Entre tanto susto en Lleida, hubo también sitio para una sonrisa. El partido fue más sufrido de lo que se esperaba, pero dejó una imagen que vale su peso en oro: el debut con el primer equipo de Ferran Gómez, mediocentro del filial que llevaba tiempo empujando fuerte. Su entrada en el segundo tiempo no solo fue un premio, fue una necesidad: hacía falta orden, y lo dio.
“Muy contento porque son muchos años soñando poder debutar un día así, lo hemos pasado un poco mal porque el partido estaba igualado pero he intentado estar lo más concentrado posible y ayudar al equipo en lo que creo que puedo ayudar“, explicó tras el pitido final, todavía con la emoción a flor de piel.
Nervios, sorpresa y un “vas tú” que cambió su historia
La anécdota de su entrada define bien lo que fue esta noche para él. Estaba en el banquillo, viendo cómo Dolan era llamado por el míster, cuando de golpe el plan cambió y le tocó a él.
“El míster ha llamado primero a Dolan y pensaba que no me tocaba a mí, que lo había oído mal, pero me han dicho ‘vas tú’, me he puesto un poco nervioso, es normal, pero al final los nervios se han quedado en la banda y cuando he entrado he estado concentrado y ayudando al equipo“, relató, con ese punto de naturalidad que tienen los jugadores que aún no se han contaminado del fútbol profesional.
Manolo confía en él, y se nota
Ferran no llegó por azar a esa convocatoria. Manolo González ha señalado en rueda de prensa que era el jugador del filial que más estaba destacando en los entrenamientos. No sorprende, por tanto, que su nombre acabara sobre el césped en un partido exigente.
“Poca cosa, que sea como soy y que ayude al equipo a defender, que creo que se me da bien“, fue el mensaje que le dio el técnico justo antes de entrar. Y lo cierto es que cumplió. Sin alardes, pero con personalidad. Como piden este tipo de partidos.
Un camino largo, paso a paso
El debut de Ferran no fue casualidad, fue el resultado de años de trabajo. Lo sabe él y lo saben en el club, que han visto cómo este central diestro ha ido creciendo en silencio, sin hacer ruido pero sin dar un paso en falso.
“Un orgullo, son años que das pasos poco a poco y cada vez ves que estás más cerca. Cuando estás en el filial y lo haces bien antes o después te puede llegar la oportunidad, sabía que un día como este podría llegar y contento de poder aprovecharlo“, cerró con una madurez que invita al optimismo.