En el RCD Espanyol saben que retener a Joan García será una misión casi imposible este verano; es más, su venta es una necesidad para equilibrar su economía. Su espectacular temporada, sus 146 paradas —líder absoluto en LaLiga— y su madurez bajo palos lo han convertido en una joya del mercado. Arsenal, Newcastle, Aston Villa, Manchester City, el United, Inter, Bayer Leverkusen, incluso el Real Madrid han preguntado por él. Y entre todos esos gigantes, el que más duele al oído perico: el FC Barcelona.
El espanyolismo vive días de máxima tensión. Porque Joan no es solo un portero. Es emblema, es símbolo, es el espejo donde se mira la afición. Y porque el Barça, que ya celebró estos últimos años dos Ligas en el RCDE Stadium —una en el césped y otra en el vestuario—, amenaza ahora con llevarse al jugador más querido por la grada.
Fuentes de la Comisión Deportiva del Barça reconocían a ESPN que fichar un portero no es una prioridad ahora mismo, posponiéndola hasta el próximo mercado. Solo se plantearían esa incorporación si surge una “oportunidad de mercado”. Y Joan García entraría en ese perfil. Pero también dejan claro —y aquí está la clave— que con las condiciones económicas actuales del club azulgrana, hacer frente a los 25 millones de cláusula no es tan sencillo. Antes de plantearse el fichaje de Joan García, el Barça trabaja para resolver el futuro de Frenkie de Jong, Eric García e Íñigo Martínez, principalmente, cuyos contratos finalizan en 2026. A partir de ahí, confiando en la regla del 1-1, podría plantearse plantearía la operación.
Por su parte, Mundo Deportivo insiste en que Joan Garcia ya tiene la oferta del Barça, y que entre el viernes y el lunes acabará de elegir su nuevo destino tras una reunión con sus representantes. La propuesta barcelonista la tienen sus representantes encima de la mesa desde hace un tiempo con las condiciones muy claras. Según el diario, habría un principio de acuerdo con los agentes del portero, que tendrá lógicamente la última palabra para escoger. Las bases del contrato que tendría como culé estarían encarriladas sobre la base de unas cinco temporadas y un bonus si es internacional como ya tiene en su contrato con el Espanyol.
El club perico, por su parte, ya ha transmitido a Joan y a su entorno que no negociará con el Barça. Si se marcha, que sea a la Premier. Y si es al eterno rival, que paguen hasta el último céntimo de la cláusula. Desde el espanyolismo se recuerda además que el Barça descartó años atrás al propio Joan para su fútbol base. Tenían buenos informes, sí, pero no les convencía su juego con los pies. Ahora, en cambio, parece que sí les vale, deslizan con ironía.
El historial también pesa. En décadas pasadas, el Barça pescó en el Espanyol con fichajes como Urruti, Canito, Soler, Escaich o Valverde. Más reciente es el caso de Ferran Jutglà, que se fue al filial azulgrana. Pero llevarse ahora a Joan, con todo lo que representa, sería un golpe seco, directo al corazón del club.
Mientras tanto, Joan intenta mantenerse al margen del ruido. “Estoy muy tranquilo y lo que tenga que decidir lo pensaré mucho con mi gente”, dijo en TV3. “Seguro que escojo la mejor opción para mí”. Palabras prudentes, que no descartan opciones… pero tampoco abren ninguna puerta de par en par.
Y ahí es donde aparece una voz con peso: Thomas N’Kono, mito espanyolista y uno de sus formadores. En declaraciones a Sport, fue tajante: “Joan García es el mejor portero de LaLiga. Nadie sabe su techo”. Para N’Kono, Joan lo tiene todo: reflejos, dominio del área, inteligencia táctica y templanza.
Así que el escenario está servido. El Barça lo observa, pero con dudas sobre si puede afrontar su precio. El Espanyol aprieta, decidido a evitar lo que sería un traspaso muy difícil de digerir. Y Joan, en el centro de todo, sabe que le toca tomar una decisión que no solo marcará su carrera, sino también una página delicada de la historia reciente entre dos clubes condenados a no entenderse.
Porque, si algo está claro, es que Joan García no es un fichaje más. Es una línea roja. Y cruzarla no saldría gratis.





