Lo del traspaso de Joan García al Barça ya está, y por fin el Espanyol puede cambiar de chip. Por mucho teatrillo, filtración coreografiada y relatos de “operación relámpago” que nos quieran vender, la única verdad que le interesa ahora mismo al espanyolismo es que, por fin, va a entrar dinero en caja. Y eso significa una cosa: comienza la reconstrucción.
Este viernes, mientras desde el entorno culé se filtraba a sus medios de cabecera que el portero de Sallent ya era suyo, en el Espanyol se encendía otra luz mucho más importante: Garagarza puede empezar a ejecutar su plan, trazado desde hace semanas y se apoya en dos patas clave: los 25 millones de Joan -en realidad, 26,4 por el incremento por el IPC- y la ampliación de capital de unos 38 millones que se activará el 27 de junio. Cuando eso ocurra, el club volverá a la regla del 1:1. O lo que es lo mismo: podrá fichar con normalidad, sin hacer malabares.
Roberto, la prioridad
La primera línea en la hoja de ruta está clara: Roberto Fernández. El delantero cordobés dejó huella. Y eso que el club no ejecutó la opción de compra de 10 millones. Pero Garagarza nunca lo ha escondido: es el objetivo número uno. El jugador, por su parte, siempre ha dejado claro que quería seguir. Ahora falta convencer al Braga, que se ha subido a la parra con las cifras, y evitar que otro se lo lleve. Pero, por primera vez en mucho tiempo, el Espanyol tiene algo más que buenas intenciones: tiene dinero.
Portero y extremo, lo siguiente
Después de Roberto, las miras están puestas en dos posiciones clave: portería y extremo. Más allá del mal sabor de boca que deja el tema, deportivamente la salida de Joan ha dejado un hueco enorme bajo palos, y nombres como Leo Román ya han salido a la palestra. Pero ojo, el portero del Mallorca no saldría barato: piden entre seis y siete millones. Es decir, nivel prohibitivo, al menos por ahora. Hay otros nombres sobre la mesa, comoJulen Agirrezabala, que se queda sin sitio en el Athletic Club, y Marko Dmitrović, agente libre tras activar su cláusula de liberación con el Leganés.
En alguna de esas dos posiciones podría llegar un cedido o un fichaje a coste cero. Dependerá de cómo se cierren las operaciones prioritarias. Lo que está claro es que esta vez, a diferencia de otros veranos, Garagarza podrá elegir… no solo mendigar.
Las primeras piezas ya están aquí
Mientras tanto, el club ya ha anunciado tres caras nuevas: Hugo Pérez y Miguel Rubio, para el eje de la defensa, y Marcos Fernández en ataque. Todos firmados a coste cero y hasta 2028. La política es clara: juventud, contratos largos y solvencia.
Y en breve deben sumarse dos más: José Salinas (lateral izquierdo del Elche) y Kike García, el veterano delantero que viene de su mejor temporada en Primera con el Alavés (13 goles en 35 partidos).
Puado, el siguiente capítulo
Y si hay un nombre que flota con fuerza en todo este proceso es el de Javi Puado. El capitán, el referente, el que parece que, por fin, va a renovar.
Al menos, se da prácticamente por hecha, apuntan fuentes cercanas a la negociación, aunque todo apunta a que se hará pública cuando se oficialice al 100% la salida de Joan. Cuestión de tiempos. Cuestión de ayudar a cerrar heridas con una buena noticia respecto a un jugador que ha priorizado seguir como perico.
Muchas carpetas, pero también ilusión
Lo de Roberto, lo del portero, lo del extremo, lo de Salinas, lo de Kike, lo de Puado… muchas carpetas abiertas, sí. Pero, por fin, con margen para moverse. Se acabó mirar el mercado desde la ventana. Ahora toca fichar, reforzar y reconstruir. Y hacerlo con criterio, sin pánicos ni fichajes de relleno. El futuro del Espanyol se juega, de verdad, en lo que viene ahora. Y ahí, por primera vez en mucho tiempo, parece que Garagarza dispondrá al menos de algunos medios para moverse en la jungla que es el mercado de fichajes.





