El RCD Espanyol de Barcelona B volvió con las manos vacías del siempre complicado desplazamiento a Cornellà. En un partido extremadamente igualado con opciones y momentos para ambos equipos, la eficacia local de cara a portería decidió un enfrentamiento que hubiera podido caer a favor de cualquiera de los dos equipos. El filial tuvo opciones para adelantarse y de igualar el marcador, pero una solitaria diana en el segundo tiempo hizo quedar los tres puntos en el Municipal de Cornellà.
Los del Baix Llobregat salieron muy enchufados, aprovechando la condición de local para hacerse con el control en los primeros minutos de partido, obligando a los blanquiazules a retroceder para evitar tomar males mayores. Sin embargo, a pesar de este dominio inicial, el primer portero en que hizo acto de presencia fue Ramón, con un disparo de Kevin Soni que inició el capítulo de ocasiones, mientras que, una combinación entre Pol Lozano y Nico, estuvo a punto de dejar al joven delantero solo frente al portero. Este par de sustos equilibraron las fuerzas y el gobierno del juego fluctuó. A diez minutos para el descanso apareció la figura de Adri López que salvó el 1-0 con una mano pegada al larguero tras un cabezazo de Pol Moreno.
Si bien los locales terminaron mejor el primer tiempo que los espanyolistas, la segunda mitad la inició una gran ocasión de Nico Melamed, pero el disparo seco y raso lo desvió, muy ágil, Ramón para evitar que los de Gay iniciaran el segundo tiempo con ventaja en el marcador. Como si tuviera envidia, Adri López contestó con otra gran intervención en la jugada inmediata en un remate a bocajarro de Pablo Fernández. Desgraciadamente, a la tercera fue la vencida y en un saque de esquina Becerra peinó mínimamente para mandar el balón al fondo de la red. Nico intentó neutralizar el gol con un lanzamiento de falta que salió ajustado a la escuadra. Si esta fue clara, a un cuarto de hora para el final, Jutglà acarició el gol en una acción franca ante Ramón tras una asistencia de Soria. La única explicación que, después de esta ocasión, el marcador aún fuera 1-0 es porque el fútbol lo quiso así. Los de Gay lo siguieron intentando hasta el final, dejándose la piel y sudando la camiseta, pero la pólvora estaba mojada y el esfuerzo no encontró el merecido premio.
