Ha habido varios contratiempos, pero eso no ha mermado a un Espanyol que, pese a que actualmente atraviesa por un bache importante, ha sumado solo tres puntos de los últimos 24 en juego, está haciendo una campaña más que digna pese a haber pasado a ser un equipo amateur. Y es que el objetivo de la salvación ya es un hecho, y la clasificación para disputar la Copa de la Reina está en sus manos. Una meta que actualmente tienen a solo dos puntos de distancia.
Pero más allá de los resultados, lo más positivo en el conjunto blanquiazul es la participación de todas sus jugadoras. Puesto que a pesar de que hay un núcleo duro que lo ha jugado casi todo, como es el caso de Pereira, Inés, Elba, Paloma y Estibi, entre otras, hay que tener en cuenta que todas las futbolistas que tienen ficha con el primer equipo, como mínimo han formado parte del once inicial al menos en una ocasión. Algo que demuestra que Toni Polidano confía en todas sus jugadoras o que por lo menos les ha dado la oportunidad de reivindicarse.
Aunque la cosa no queda ahí, ya que si hay algo especialmente destacable es la participación de jugadoras del filial con el primer equipo. Algo que años atrás era muy común en el club, tiempos en los que Andrea Pereira o Alba Pomares dieron el salto a la máxima categoría con apenas 16 años, y que últimamente había caído en desuso. Al fin parece que, pese a que en el aspecto salarial la sección ha dado un paso hacia atrás, se están recuperando las buenas prácticas en la base.
Él sí mira hacia abajo
Pese a que el femenino B no está haciendo una temporada para enmarcar, no se puede obviar que en sus filas hay talento. Algo que no ha pasado inadvertido para Polidano, que ante la falta de efectivos en su equipo, ha decidido mirar en casa antes que traer a jugadoras de fuera. Al técnico perico no le ha temblado el pulso para subir a Sara Ismael a la rutina de su equipo. Ya llevaba tiempo entrenando con las mayores y ésta ha convencido semana tras semana hasta acabar recibiendo la recompensa de pasar a ser una más en el A.
Pasos que están siguiendo Maria Molina, Clàudia Daga y Mireia Gironès. La primera se estrenó en el empate en Oviedo jugando los 10 últimos minutos, Daga lo hizo en la última jornada ante el Granadilla (0-0), y Gironès se estrenó a lo grande, también en la última cita liguera en la Dani Jarque, siendo de la partida y jugando los 90 minutos. Todo un logro para jugadoras tan jovenes como también es el caso de Andrea Cucurella, la centrocampista del Juvenil A que fue convocada en una ocasión, aunque en su caso no llegó a debutar.
Así pues, parece que las más jovenes vienen pisando fuerte y ya han demostrado con sus actuaciones que cuando se las necesite allí están, ya que tal y como reconoce el propio Polidano “han cuajado perfectas actuaciones y nos han dejado muy buenas sensaciones. Han jugado con una templanza una la ambición más propias de una veterana que de una debutante. Se ha contado con ellas para sumar y no nos hemos equivocado. Estamos muy contentos con ellas”.