El Espanyol tiene una cita crucial en Montilivi el próximo fin de semana, justo dentro de siete días. El enfrentamiento ante el Girona no es solo un derbi catalán más: es el comienzo de una fase fundamental para el conjunto perico, que se encuentra en zona de descenso y con la necesidad urgente de comenzar una remontada que le permita llegar al final del año con mejores perspectivas en la tabla. Este partido marcará el inicio de un tramo de seis encuentros (el mismo Girona en Montilivi, Celta en casa, Getafe en el Coliseum, Valencia y Osasuna consecutivamente en el RCDE Stadium y para acabar Las Palmas en el Estadio de Gran Canaria, en los que el Espanyol tiene la oportunidad de sumar puntos en una de las fases del calendario que, en teoría, parece ser la más propicia para alejarse de la parte baja de la clasificación y afianzar posiciones en aguas más calmadas.

La pausa que ha supuesto el aplazamiento del partido contra el conjunto ché ha dejado un sabor algo amargo en la afición perica, que tuvo que ver cómo el equipo caía sin opción de respuesta a la zona de descenso. Ahora, el objetivo está claro: los de Manolo González necesitan un golpe de efecto, tanto en la tabla como en el ánimo de un vestuario obligado a llevar el peso de la situación. La visita a Montilivi, ante un Girona que parece haber recuperado algo el pulso tras un incio de Liga muy dubitativo, será el termómetro para medir hasta qué punto el Espanyol está preparado para este desafío.

Para Manolo González, que durante el acto del pasado martes en el Eixample Teatre insistió en que no siente pender la espada de Damocles sobre su cabeza, el duelo contra el Girona podría ser clave para reafirmarse. Pese a sentir que cuenta con el respaldo del club, es decir del director deportivo Fran Garagarza, la falta de resultados le obliga a demostrar que puede sacar al equipo de esta situación comprometida. Un buen inicio en Montilivi, sumado a buenos resultados en los siguientes partidos, serviría para consolidar su posición y dar la estabilidad que el Espanyol necesita en el banquillo para afrontar la segunda mitad de la temporada.
Con seis partidos en apenas un mes, el Espanyol tiene ante sí una secuencia que podría redirigir su rumbo en clave positiva. La afición blanquiazul confía que el equipo recupere la garra y que Montilivi sea solo el inicio de una remontada que devuelva al equipo a una zona más tranquila en la tabla.
