La política de cambios introducida por Fran Garagarza en la estructura del Fútbol Base del RCD Espanyol continúa generando debate. Uno de los principales afectados, Javi Chica -exjugador blanquiazul y, hasta el pasado curso, entrenador del Juvenil A- ha ofrecido en el programa Tiempo de Espanyol, conducido por Javier de Haro en COPE, su versión más extensa y precisa sobre las circunstancias que precipitaron su marcha.
El técnico, que ya se había despedido a través de las redes sociales con un mensaje de gratitud y lealtad al club, reconoció que el último ejercicio resultó especialmente exigente: “Fue duro, es verdad es que entrenar desgasta mucho, pero este año ha sido la gota que colmó el vaso por la gente que llegó al club, porque al final casi que más vale amigos que no trabajadores, ha sido duro porque no parecía nada bien de lo que se hacía. De estos seis años en el club los primeros 5 he aprendido mucho; con el paso de los años he aprendido muchísimo y esto no se trata de ganar, a mucha gente se le llena la boca con lo de formar pero cuando llegan las derrotas se ponen nerviosos. Ha ido de aprender mucho en 5 años, y este último también he aprendido pero no porque nadie me haya enseñado sino porque vas tropezando con las cosas. Ha sido un año de un desgaste brutal, cuando hay tantos jugadores que suben y bajan es difícil, es mejor centrarse en el proceso”.
Falta de coordinación interna
Chica subrayó la inexistencia de una coordinación definida tras la llegada de la nueva dirección deportiva: “Este año y con el cambio de coordinación aunque no había una como tal, y que ha cambiado todo el club por dentro, siempre pienso que cuando eres dueño o jefe de una empresa has de conocer a los trabajadores, quien lo hace mejor y peor; quien entra en un club y dice voy a traer a mis amigos, tal cual, antes ha de valorar lo que hay. Si no lo haces como persona dice mucho de lo que vas a querer para el club. Me considero una persona del Espanyol, he estado más de media vida y creía que había de estar ahí. Propuse antes de marcharme estar en el área de análisis individual, que me llena, creo que mi etapa no había acabado en el club pero el desgaste ha sido tanto que hasta suspiré cuando vi que no me iba, que me dejaban ir”.
Relación con Garagarza y modelo de juego
Aunque insistió en que la relación personal con Fran Garagarza fue correcta, el ex entrenador denunció la imposición de un modelo de juego que, a su juicio, no se ajustaba al perfil de plantilla disponible: “Con Fran he tenido siempre una relación buena, como entrenador-formador he hecho lo que se me ha dicho y al creer que no era bueno para el jugador, me he tenido que regir por lo que se me pedía. He jugado como se me pedía, pero, ¿tenemos jugadores para eso? Como entrenador al final he de ser capaz de adaptarme a los jugadores que tengo y encontrar un sistema para sacarles el mejor rendimiento. He pasado por todo, pero al final el rendimiento baja. Lo que pones en el disparadero es que el Juvenil A no gana, pero es que está haciendo lo qu queréis, si pierdo haciendo lo que he querido soy malo y me echan, pero por ejemplo la primera vuelta fue increíble, tras perder en Copa del Rey la gente del Fútbol Base y el club se puso nerviosa, empiezan a apretar a los chicos, les entran las dudas a los jugadores y cuesta levantarlos. Es el devenir de lo que ha pasado esta temporada”
En términos todavía más contundentes, calificó de “dictadura” la presión operativa a la que, según explica, se vio sometido el cuerpo técnico: “Nadie puede sacar su 100% si hay una persona que te obliga a hacer lo que él cree, no lo que tú crees. Al final has de intentar adaptarte y más si la persona que manda cree que es lo mejor, pero esto se llama dictadura. Gente en el fútbol Base con algo más de nivel de lo que he podido ver sigue en el club porque dice sí a todo, allá cada uno con su conciencia. No puede ser que cada 3 días tengas reuniones, casi todas las horas eran reuniones, hablar, y poco para formar a los chicos. Son cosas que han ido mermando, cuando perdimos hacíamos lo mismo que cuando ganábamos pero entonces se atrevían con nosotros, a eso le llamo oportunistas”.
Gestión de renovaciones y planificación deportiva
Chica reveló que, además de dirigir al equipo, se le solicitó mediar en renovaciones de futbolistas cuya continuidad estaba en entredicho: “Soy trabajador del club y me debo a él lo primero, si un jugador no quiere renovar vale que no juegue pero, ¿hacerlo faltando un año y medio? También se han aprovechado para que hablase con jugadores para renovar, también he hecho mi función en este sentido. Cuando te ves en una situación así, soy trabajador del club y si el director deportivo dice esto es así es así, pero no acabas de ganar y el que está en el disparadero es el técnico. Es una manera de administrar alineaciones y estructuras” La combinación de presión competitiva y demandas administrativas se tradujo, sostiene, en una sobrecarga que comprometía la atención formativa que exige un equipo juvenil.
Cuestionado por si se han perdido jugadores en el camino por decisiones personales del staff, reflexiona: “Parece que sea un mensaje muy negativo y no es tanto, en todo club hay apuestas pero a veces va en detrimento del resultado, no podemos querer ganar y tener hombres muy jóvenes. Hay que ser conscientes que si juegas de una manera y con determinados jugadores hay que estar tranquilo si no hay resultados, y es lo que no ha pasado. Hemos llevado bien hacer buenos partidos y no ganar, el problema es que se han puesto nerviosos y con Chica se sienten más cohibidos para decir, han aprovechado que no había buenos resultados para venir y decir la suya”
Consecuencias deportivas y sensación de desgaste
Interrogado sobre el posible efecto desencadenante de la derrota frente al CE Europa, admite que aquel marcador fue decisivo: “Probablemente. Ese resultado no gustó, hablé con Garagarza y avisé que nos pasaría un rodillo por encima. Por suerte o desgracia hablé con Fran y se lo dije, y así fue. He vivido toda la vida el fútbol y sé lo que hay, se jugaban ascender y era fácil de saber. Que no gusta por imagen, bien, pero hay que saber contra quien vas a jugar. De hecho acaban firmando a su técnico”
Sobre esa sospecha que Garagarza quiso eliminar a los técnicos con pasado perico, explica: “Si le ha salido bien o no, no lo podemos juzgar, pero gente que siente el club está saliendo, aunque ahora ha entrado Víctor Ruiz. Hay mucha gente capacitada y muy buena, pero has de saber encontrarlos y valorarlos, es un problema que hay, se oye que el Espanyol en currículum y yo contesté que eso no se los pongo a mis hijos para cenar. En todo el fútbol catalán los técnicos están muy mal pagados, en el Espanyol hay que dividir mejor los esfuerzos para que los técnicos no hayan de tener dos trabajos para vivir, formarlos mejor, que puedan reunirse para debatir tareas, es primordial para esa mejora del jugador, pero si vienes a la Ciutat Esportiva y no hay tiempo para nada… imagina uno como yo que de diez de la mañana a las siete de la tarde además de entrenar te has reunido”
Futuro inmediato
Por el momento, Javi Chica descansa y vuelve su atención a la vida familiar: “Ahora estoy sescansando en paz. El Espanyol es como una droga que cada vez quieres más, pero cuando Fran me dice que mi etapa en el Juvenil se acaba y los caminos se separan casi suspiro, es como descansar en paz. Estoy disfrutando con mis hijos, que me hacía falta, porque ya dije que mis hijos nunca van a tener seis y nueve años y he de pasar ratos con ellos, y cuando te hacían seguir determinado calendario ni está pagado ni puedes descansar para rendir. ¿Volver? El día uno de marchar pensaba que era mi objetivo, pero a medida que pasan los días y estoy descansando, feliz, te planteas si esa droga es buena o no. Ya dije que siempre tendré las puertas abiertas para el Espanyol, pero ahora necesito descansar, este año en principio voy a estar parado”
El testimonio del ex entrenador revela un año de gran desgaste interno y expone las tensiones que, todavía hoy, condicionan la reorganización del fútbol base del RCD Espanyol. Su relato sitúa el foco sobre la necesidad de un liderazgo coherente, capaz de armonizar objetivos formativos y competitivos, y de valorar la experiencia de profesionales arraigados al club. La ‘fábrica’ perica, en definitiva, tendrá que encontrar pronto la estabilidad que demanda el proyecto blanquiazul para que los jóvenes talentos puedan crecer sin trabas estructurales.
