Javi López ya es historia del fútbol en activo. Este martes 13 de mayo, el que fuera durante más de una década uno de los rostros más reconocibles del Espanyol ha anunciado que lo deja. Que se acabó. Que cuelga las botas. Y para compartir este momento tan especial, ha elegido una charla cercana, distendida y muy humana con Javier de Haro en su canal de Twitch, que ha servido casi como un epílogo perfecto a una carrera sin tampoco demasiados focos, pero con toneladas de compromiso.
Han pasado ya unos cuantos años desde que se despidió del Espanyol, pero hoy la noticia de su retirada ha removido algo dentro del corazón blanquiazul. Porque Javi López, con sus 283 partidos oficiales y su brazalete de capitán durante cinco temporadas, y pese a que su última etapa no fue para nada dulce y lo que rodeó su marcha dejó algunas heridas abiertas, siempre fue considerado uno de los nuestros.
En la entrevista, el tono ha sido el de siempre: natural, sin poses. Como cuando hablaba en rueda de prensa o en zona mixta con la camiseta empapada y los ojos inyectados en ganas de seguir compitiendo. Esta vez ya sin escudo en el pecho, pero con el mismo ADN perico de siempre.
Y no, no han faltado los recuerdos a su etapa en el Espanyol, a su adiós, que como decimos no fue precisamente bonito, a la aventura australiana y al crecimiento personal que ha supuesto alejarse del ruido para reencontrarse con el fútbol. Ni tampoco el cariño —enorme— hacia la afición. Porque, como él ha repetido en más de una ocasión, el Espanyol fue, es y será su casa.
“Creo que era el momento”, soltó con la serenidad de quien sabe que ha dado todo. Su carrera, que en los últimos años se desarrolló en Australia con el Adelaide United, no termina ahí: “Seguiremos en Australia, hemos pedido el visado permanente. Seguiré en el club en otro rol por decidir, en la Academia, ayudando en el primer equipo”. El fútbol sigue, aunque desde otra trinchera.
Javi se mostró cercano, sin esquivar ningún tema, ni siquiera su salida del Espanyol, que fue todo menos ideal. “Lo ideal hubiera sido salir del Espanyol en el estadio y ganando, pero eso no es la vida, es esfuerzo y levantarte cuando caes”. Y añadió, con esa honestidad que siempre lo caracterizó: “he sido muy resiliente, cuando parecía que no podía más me levantaba de nuevo y seguía adelante, es el resumen de mi carrera”.
No faltaron los agradecimientos. “Todos los que conformáis el Espanyol sois la mayor parte de mi historia como futbolista”, soltó con emoción. Y nombró a los que marcaron su camino: Casanova, Perarnau, Pochettino, Aguirre, Rubi, compañeros como Capdevila, David López, Víctor Sánchez… y muchos más. “Los fisios, todos. Hay personas superespeciales pero me he encontrado a mucha gente que es importante”.
También dejó su visión del club en la actualidad. Cuestionado por si es éste el Espanyol que le gusta, o si se debería vender, reflexionaba: “No lo sé; no vamos a descubrir nada nuevo, todo club de fútbol necesita inversión, si quiere mejorar y tener jugadores importantes. No podemos decir que no hayan invertido, lo han hecho durante mucho tiempo. ¿Si hace falta un cambio?: “Viéndolo desde aquí, aunque no estoy en el día como antes que creía que el club era mío, he visto con la llegada de Manolo que se ha generado un ambiente entre afición, equipo y club con muy buen feeling, muy buena conexión, algo que hace tiempo que no veía, había antes mucha crispación. El discurso de Manolo, que espero que acabe bien la temporada, ha conectado, es un perico más, el club se debería agarrar a la figura de Manolo y darle las herramientas necesarias, miremos a Michel con el Girona. Parte de la afición está cansada de la no inversión, pero si se cuida Manolo el club puede avanzar”. “Nunca cuando estuve en el Espanyol el objetivo fue no bajar, como dos descensos en cinco años nadie se quiere pillar las manos y se marca ese primer objetivo, es un proceso que en los próximos años hay que exigir quedar entre los primeros diez, la única forma de crecer es marcarse objetivos ambiciosos. Entiendo de todos modos a la afición cuando ve que nos se invierte, los respeto”, insistía.
A nivel deportivo, cree que lo importante ahora es sumar los puntos que faltan para no llegar a la última jornada sufriendo, aunque admite que el tramo final está siendo más duro. “La segunda vuelta que está haciendo el equipo es para sacarse el sombrero”, defendió. Y dejó claro que se ha sido injusto con muchos jugadores de la plantilla actual: “tenemos al mejor portero de la categoría, un lateral derecho de los mejores de LaLiga, dos centrales que aportan gol…”.
Y sí, también tocó el tema más caliente: el derbi del jueves ante el Barça, posible pasillo incluido -si el Madrid no gana al Mallorca y el conjunto blaugrana llega campeón, está decidido que se hará-. “Yo he hecho un pasillo al Barcelona. En un mundo ideal de deportividad y valores, venga, pasillo, pero también deberíamos entrar con nuestra camiseta en el estadio que fuera. Pero no estamos en ese mundo idea, sólo los pericos saben lo que es ser del Espanyol en Barcelona y que no se le de el lugar que tiene a un equipo con 125 años de historia. Como capitán, no has de tomar la decisión porque es la imagen del club si haces o no el pasillo. ¿Si hablaría con el capitán del Barça para evitar lo de hace dos años? Sí, no me importaría, le diría, os felicito pero por respeto a nuestra afición y lo que pasó hace dos años celebradlo dentro o en vuestro estadio. Esperemos que no se llegue a ese puntos, que lo celebren más adelante o no lo celebren, y que ganemos los tres puntos. Es algo morboso y por eso se comenta, pero más que en pasillos y en si celebran el título nos hemos de centrar en que es un derbi y dejar a los aficionados y la prensa. Como aficionado no me gustaría que hicieran el pasillo, como hombre de fútbol, hazlo. Y si lo celebran después, que sea dentro. Lo de hace dos años no se puede volver a repetir, hay que evitarlo desde todas las partes: primero, ganando nosotros, y luego, deberían hablar y llegado el caso, que no se repita esa imagen, no nos deja en buen lugar, llama la atención de todo el mundo y dan la vuelta al planeta, no son agradables de ver”.
¿Volver al Espanyol algún día? “Es demasiado lejano… claro que me gustaría, pero ahora quiero centrarme, vivir la despedida, estoy contento, feliz y en paz”. Así, sin grandes fuegos artificiales, pero con las ideas claras.
Y cerró como solo lo hacen los que sienten de verdad: “ha sido el club de mi vida. Siempre di todo lo que tuve, con más acierto o no. No soy el jugador más talentoso del mundo, pero eso…”. Y se quedó ahí, sin terminar la frase, porque tampoco hacía falta.