La herida sigue abierta. Y para muchos, aún sangrando. La marcha de Joan García al Barça ha removido los cimientos emocionales del espanyolismo, y aunque la operación está cerrada desde hace días, el malestar no deja de crecer. Este jueves, el expresidente del Espanyol, Joan Collet, ha puesto palabras -dolorosas pero también sensatas- al sentir de gran parte de la afición. Lo ha hecho en una entrevista en El Món a RAC1, donde no se ha mordido la lengua.
“No estoy enfadado, estoy decepcionado”, ha confesado Collet, en un tono más de tristeza que de rabia. No es que no esperase una salida -porque propuestas no faltaban-, pero sí las formas. El ex presidente perico ha dejado claro que la decepción no solo viene del destino final del portero, sino de cómo ha manejado la situación: “Me jode mucho que haya ido al rival que, por desgracia, no es un rival deportivo, pero sí social. Y las maneras no han sido las correctas, ha engañado a compañeros de vestuario, al entrenador y a la afición”.
Palabras duras, sin duda. Y más aún viniendo de alguien que conoce los entresijos del club. Collet no ha ocultado que el club tenía ofertas de la Premier League, que podrían haber dejado más margen de negociación, pero el jugador y su entorno optaron por centrarse en la propuesta culé. “El club no tenía ganas de venderlo al club donde ha ido”, ha recalcado. Y ahí ha soltado la frase que más ha dolido a muchos pericos: “Se ha ido junto al monstruo”.
Pero que nadie lo malinterprete. El expresidente, aún tocado por la marcha del que hasta hace unos días era el ídolo de la afición, ha pedido cabeza y contención: “Pagando la cláusula, a mí no me hacía falta ningún comunicado. No lo quiero. ‘Bon vent’ y cierra la puerta cuando salgas”, ha dicho sin contemplaciones. Ni perdón ni despedida, pero tampoco violencia. Ni insultos. “Quiero que haya pitidos, pero sin violencia ni insultos”, ha subrayado, dejando claro que la indignación no puede cruzar ciertas líneas.
Y por si quedaba duda de que Collet también sabe cómo canalizar ese sentimiento, ha lanzado una propuesta que seguro hará ruido entre la afición: “Yo haría una pancarta gigante con una foto de Joan Garcia vestido del Espanyol y dándose un beso al escudo”. Sin necesidad de palabras. Solo una imagen. La imagen que ahora más duele. Y que será imposible de olvidar.
