La salida de Joan García del RCD Espanyol ya es oficial. Y el modo en que se ha producido -tanto por parte del jugador como por parte del club- ha marcado de forma clara el programa de hoy de La Grada Ràdio, en una edición cargada de análisis, contexto y lecturas que van más allá de lo puramente deportivo.
Pocos minutos antes del mediodía, Joan retiraba de su perfil la conocida imagen besando el escudo y eliminaba la mención al Espanyol como su equipo actual. Poco después, publicaba un vídeo de despedida, acompañado de música de fondo de corte sentimental, en el que confirmaba su marcha:
“Ha llegado el momento de separar nuestros caminos. Hoy me toca despedirme del club que ha sido mi casa desde los 15 años”, arrancaba el mensaje, extenso en la forma pero medido en el fondo. El portero agradece su etapa en el club, menciona a entrenadores, compañeros y trabajadores del día a día, y dedica palabras también a la afición. Sin embargo, hay dos hechos que no han pasado desapercibidos: no cita en ningún momento al FC Barcelona -su nuevo destino- y ha decidido cerrar los comentarios en la publicación, evitando así cualquier interacción con los seguidores del Espanyol.
Desde el entorno blanquiazul, la sensación general es de decepción. Tal y como se ha comentado en el programa, Joan había comunicado tanto al vestuario como al cuerpo técnico que su intención era marcharse a Inglaterra. El desenlace ha sido otro, y mucho más doloroso: firmar por el eterno rival.
La respuesta del club no ha tardado en llegar, y lo ha hecho con una contundencia poco habitual. El comunicado oficial es breve, directo y completamente aséptico: “OFICIAL | Joan García abona la seva clàusula de rescissió i posa fi a la seva etapa com a jugador de l’#RCDE.” Sin agradecimientos. Sin deseos de éxito. Sin referencias a su trayectoria en la cantera. Un texto que, por su frialdad, evidencia el profundo malestar que ha generado el desenlace de esta operación.
✍️ OFICIAL | Joan García abona la seva clàusula de rescissió i posa fi a la seva etapa com a jugador de l’#RCDE.
— RCD Espanyol de Barcelona (@RCDEspanyol) June 18, 2025
En el espacio, en concordancia con la reacción de la afición perica, se ha valorado de forma muy positiva la reacción del club, que por una vez ha hablado sin ambigüedades. Para una gran parte de la pericada, el silencio institucional ha sido una forma de preservar la dignidad de la entidad y de enviar un mensaje claro: hay decisiones que pueden romper vínculos irremediablemente.
Lejos de lo que podía haber sido una despedida cálida para un canterano con futuro, el caso Joan García ha terminado convirtiéndose en un punto de inflexión. El Espanyol ha trazado una línea, y la afición ha respondido con aplausos a una postura firme que, en tiempos de discursos vacíos, ha sabido estar esta vez a la altura del sentimiento blanquiazul