Joan García ya ejerce como futbolista del FC Barcelona. El portero de Sallent, uno de los jugadores más prometedores del fútbol español, ha concedido su primera entrevista como azulgrana a los medios oficiales del club. En ella, además de hablar de sus objetivos deportivos y de su adaptación al nuevo entorno, también abordó de forma directa -aunque medida- lo que ha supuesto su salida del RCD Espanyol, la entidad en la que se formó y en la que se consolidó como guardameta de élite.
“¿Si me he dejado todo hasta el final? Claro, he estado nueve años, ha habido momentos de todo, complicados y felices, desde el primer día tenía claro que quería, jugar en Primera con el Espanyol, y lo conseguí. Ayudé a conseguir los objetivos, siempre lo he dado todo por el club, ha sido una decisión complicada. Pero era el momento de dar un paso adelante y era lo que había de hacer”. Así define Joan la decisión de abandonar el Espanyol para incorporarse al proyecto del Barça. Una operación que no ha estado exenta de tensión por la carga simbólica de un traspaso que se produjo mediante el pago íntegro de la cláusula de rescisión, sin negociación entre clubes. A pesar de ello, el jugador no rehuyó la cuestión y se mostró claro en su razonamiento: “Evidentemente, por donde vengo, ha sido complicado. Tenía sentimientos un poco raros”.
Joan García defiende que no fue hasta finalizar la temporada, en la que el Espanyol logró la permanencia en la última jornada, cuando empezó a valorar seriamente su futuro. “Hasta que no acabáramos la temporada, que estuvimos luchando por lograr el objetivo hasta el último día, no me quería desestabilizar”, subrayó. A partir de ahí, llegaron “días y semanas intensos”, en los que consultó su decisión con su entorno más cercano. “Lo he consultado mucho conmigo mismo, con mi gente, con la familia. Estaba bastante convencido de que era el paso a hacer y estoy contento de haberlo dado”, afirmó.
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Sobre su etapa en el Espanyol, Joan no hizo grandes declaraciones ni se detuvo en valoraciones profundas, pero dejó entrever que la toma de decisiones no fue fácil. A sus 24 años, y tras una temporada de gran nivel individual, entiende su traspaso como un movimiento natural dentro de su crecimiento profesional. “Es uno de los mejores proyectos que hay en el mundo del fútbol y, además, estoy en mi casa”, destacó.
En cuanto al plano deportivo, el ex perico admitió que el estilo de juego que le exigirá el Barça será muy diferente al que venía practicando en el Espanyol, aunque se mostró confiado en su capacidad de adaptación: “El nuevo estilo es muy diferente al que estoy acostumbrado, pero estoy muy convencido de que podré adaptarme”. También habló de la competencia en la portería azulgrana, actualmente con Ter Stegen, Iñaki Peña y la posible renovación de Szczesny: “Cuando estás en un equipo de este nivel tiene que haber competencia, es muy sano que la haya. Nos hace mejores a todos”. Con un punto de humor, asumió que “el marrón lo tiene el míster”, en referencia a Hansi Flick.
Finalmente, el ya ex portero del Espanyol hizo un breve balance de su última campaña, la primera como titular en Primera división. “No podía ir mejor, por lo que estoy muy contento. Pero soy muy exigente conmigo mismo y hay cosas a mejorar”, señaló. Y dejó claro que espera el día de volver al RCDE Stadium, pese a que le espera un ambiente no especialmente favorable: “Me es igual cuando toque. Será complicado pero intento sacar cosas positivas, será diferente y especial jugar en el campo del Espanyol con otra camiseta. Tengo ganas y me hará especial ilusión”
En el test final, también ha dejado alguna perla, como cuando ha dicho que tras responder a “no creo” si hubiese habido tanto lío si hubiese ido a otro equipo diferente del Barça que entre todos los rivales a los que le gustaría parar un penalti sería “a Javi Puado, me podría reír un poquito de él…” Como curiosidad, explica que el contacto más famoso de la agenda de su móvil es “Tommy N’kono”.
La entrevista no pretende cerrar heridas abiertas en el entorno blanquiazul, pero sí ofrece una primera lectura de cómo Joan García afronta esta nueva etapa. Sin entrar en provocaciones, sin declaraciones grandilocuentes, pero también sin evitar del todo la incomodidad de un traspaso que ha tocado una fibra especialmente sensible entre los aficionados del Espanyol.