En el fútbol hay heridas que cicatrizan mal, y otras que directamente no lo hacen nunca. Para el Espanyol, pocas cosas escuecen más que ver a uno de los suyos cruzar la calle —en sentido figurado— y enfundarse la camiseta del FC Barcelona. No por una cuestión de rivalidad cualquiera, sino por lo que eso implica: jerarquía, historia, y sobre todo, una sensación muy conocida en el entorno blanquiazul… la de perder talento propio en beneficio de quien no lo necesita tanto. Y ahora, con Joan García en el foco, ese temor vuelve a hacerse muy real.
Tal como recuerda ElNacional.cat, han pasado 31 años desde que un jugador del Espanyol dio el salto directamente al Barça. Fue en 1994, cuando Igor Korneiev dejó el club perico tras tres temporadas y fichó por el Barça B, aunque llegó a disputar partidos con el primer equipo en plena transición post-Cruyff. Desde entonces, silencio absoluto. Hasta ahora.
Porque lo de Joan García no es cualquier cosa. Es un canterano, un referente emergente, un portero que ya suena en las quinielas de Luis de la Fuente. Y si se confirma su fichaje por el Barça, se convertiría en el 15º jugador de la historia en cruzar directamente del Espanyol al eterno rival. Tan solo dos porteros lo han hecho antes: Cristòfol Solà, en 1930, y Urruti, en 1981.
Solà, curiosamente, es un caso casi calcado al de Joan: portero, joven, y con tres años en el primer equipo blanquiazul antes de dar el salto al Barça. Pero su paso fue efímero: apenas una temporada, antes de irse al Racing. Urruti, en cambio, es historia viva del barcelonismo, con su parada mítica en Valladolid como sello final de una carrera de élite.
Desde entonces, los trasvases han sido escasos pero significativos. En los años 30, además de Solà, pasaron también Conrad Portas y Antonio Franco. En los 40, Jaime Elías. Luego, entre los 50 y 70, llegaron con cuentagotas: Isidre Flotats (1952), Antoni Camps (1962), Marcial (1969) y Pepitu Ramos (1976).
La década más “movida” fue la de los 80. En 1981, el Barça fichó a Urruti y Urbano, y en 1988 llegaron desde Sarrià al Camp Nou dos nombres que aún resuenan: Miquel Soler y Ernesto Valverde. Ambos se ganaron el respeto en ambos bandos, algo que hoy suena impensable con el clima actual.
Y es que, como también subraya ElNacional.cat, es mucho más frecuente ver a jugadores del Barça acabar en el Espanyol. En total, 67 futbolistas han vestido ambas camisetas, pero la gran mayoría lo hicieron en dirección opuesta. Porque ir del Espanyol al Barça no es solo cambiar de equipo: es cruzar una línea roja emocional para muchos.
Hace un par de veranos, Sergi Darder estuvo en el radar azulgrana. Pero el entonces capitán perico descartó esa opción y acabó recalando en el Mallorca. Hoy, con Joan García, la historia parece ir por otro camino. Y si se concreta, más allá del ruido, quedará como una de esas decisiones que marcan una época.



