Joan García vive el mejor momento de su carrera. El joven guardameta del Espanyol se ha consolidado como una de las grandes apariciones del fútbol español y, con cada partido, refuerza su papel de pieza clave en el proyecto blanquiazul. Su progresión no ha pasado desapercibida para nadie y, de hecho, todo el mundo en el club asume que será él quien protagonice la gran venta del próximo verano por una cifra que para cumplir lo presupuestado debe estar cubrir los 15 millones de euros. Lo que no es inamovible es su cláusula de rescisión, de 25 millones, 30 en las últimas dos semanas del mercado. Y es que ayer mismo, el director deportivo, Fran Garagarza, dejó claro que el Espanyol no exigirá necesariamente la totalidad de lo que figura en el contrato de Joan García para dejarle salir. Además, está claro que deberá cerrarse la operación antes del 30 de junio, para que compute en este ejercicio.

En este contexto, Joan García ha pasado por el Twitch de Javier de Haro para analizar su gran momento y hablar de su futuro. Tranquilo y centrado en el presente, el canterano no se deja distraer por lo que vendrá. Su única obsesión es seguir creciendo y ayudar al Espanyol en una temporada crucial. El popular periodista ha reconocido que ha sido una entrevista complicada a nivel personal, al tener la percepción de que es la última que puede hacerle como jugador blanquiazul: “O no, nunca se sabe… Si al final se da que me he de ir, cómo no me voy a despedir bien del club que me lo ha dado todo. Si me tengo que ir y me voy por la puerta de atrás, no me iría bien. Pero estoy aquí”. “De momento no pienso en eso, suficiente tenemos con pensar en el partido fuera de casa. Nunca se sabe, si se da, que sea de la mejor manera”, ha insistido el meta.

Joan ha protagonizado una historia de resiliencia y convicción en sus propias posibilidades hasta acabar triunfando en el Espanyol, ya que fueron muchos años a la sombra de muchos otros porteros sin decidirse a salir, sabedor de que llegaría su oportunidad. Y ello, pese a que se fue injusto con él en diferentes ocasiones, buscando soluciones fuera cuando en casa había un meta de su potencial, con personas como su mentor Tommy N’kono y Jesús Salvador defendiendo a capa y espada que estaba ya capacitado para dar el salto. Domingo Catoira, sin ir más lejos, nunca le vio capacitado para defender la portería del primer equipo mientras apostaba por traer a otros porteros que supusieron un dispendio para el club. Pese a ello, ni un reproche por su parte: “No es que no me importe pero cada uno piensa como quiere. Al final el mundo del fútbol es así, cada uno mira por su bien y hay decisiones constantes. Sus decisiones fueron las que fueron, pero yo respeto a todo el mundo, lo digo de verdad. Hay cosas que a lo mejor no entendí, pero no el hecho de jugar o no, el fútbol es así”.

Esa calidad humana le ha podido pasar factura en algunos momentos: “Quiero pensar que no, si eres buena persona y haces cosas buenas siempre te viene de vuelta. Ahora estoy jugando, quiero pensar que ser bueno te recompensa. Hay momentos de todo, en que puedes cambiar el pensamiento, pero siempre he sido fiel a mis ideales y me ha ido bien”. Cuestionado por si llegó a llorar por todos los obstáculos que se encontró, reflexiona: “no, me cuesta mucho llorar. Seguro que había momentos en que lo llevaba por dentro pero siempre intento sacar las cosas positivas, no jugaba pero disfrutaba el día a día y eso te hace sentir motivado”.
Para acabar, ha hablado de la posibilidad de ir a la selección española absoluta: “No es llamarlo esperanza, es algo que hace ilusión pero no es algo que sea mi objetivo prioritario. Si se tiene que dar que se dé, pero no es algo que me impida dormir por las noches”.