El escándalo arbitral en Son Moix ha dejado en un segundo plano a quien realmente debería haber acaparado todos los focos: Joan García. El portero del Espanyol, con una actuación sencillamente espectacular, se plantó ante el Mallorca con una exhibición que ya forma parte de la historia blanquiazul. Pero claro, cuando te pitan cuatro penaltis en contra en un mismo partido, poco importa lo que haga tu guardameta.
Desde hace un año, Joan García ha pasado de promesa a realidad. Se ha ganado la titularidad tras una paciencia infinita y un aprendizaje con maestros de la talla de Tommy N’Kono y Diego López. A sus 23 años, el canterano se está consolidando como uno de los porteros más en forma del momento. No lo llamaron con la Selección, pero ¿qué más tiene que hacer para que Luis de la Fuente lo tenga en cuenta?

En Son Moix, la actuación de Joan García bajo palos fue sencillamente magistral, para enmarcar. No solo evitó una goleada mayor, sino que se permitió el lujo de detener dos penaltis, algo reservado a muy pocos -curiosamente, lo hizo el pasado curso en Albacete el mayor damnificado con su irrupción, Fernando Pacheco, pero fue en Segunda-. El primero, a Muriqi, en una estirada digna de postal. El segundo, a Abdón Prats, con un paradón que incluyó un segundo rechace. Joan, que se enfrentaba a los lanzamientos con una tranquilidad pasmosa, con una sonrisa en los labios, lo paraba todo, pero el arbitraje se empeñó en que el Espanyol no saliera con vida y su actuación quedase en segundo plano. A la cuarta pena máxima, en el minuto 97, llegó el 2-1 definitivo. Imparable, aunque Joan rozó la pelota.

Pese al robo arbitral, porque no hay otro modo de calificarlo, la actuación de Joan García dejó claro que es, a día de hoy, uno de los mejores porteros del fútbol español, y no parece aventurado afirmar que también del europeo. Lo que sí parece evidente es que el Espanyol tiene decidido que sea el protagonista del gran traspaso del verano, aunque el sábado Fran Garagarza, director deportivo perico, sorprendió con sus declaraciones: “Tampoco diría que es muy complicado”, señaló en Movistar LaLiga TV antes del partido cuando se le preguntó lo que costará evitar su marcha cuando comience el mercado.
Garagarza explicó que la situación económica del Espanyol obliga a tomar decisiones, pero dejó entrever, generando ciertamente sorpresa, que la venta del guardameta no es un escenario inevitable: “Es obvio que el club tiene que darle la vuelta a una situación difícil que viene de una gestión anterior, pero hay que buscar fórmulas, y eso no quiere decir que debamos ir al mercado a ofrecer nuestro producto. Vamos a ver a dónde vamos, qué posibilidades tenemos y, sobre todo, dar valor a lo que tenemos, que es clave para mí”. Si es un brindis al sol, una manera de obviar lo inevitable o si controla una información que el resto ignoramos, lo dirá el tiempo.

Mientras el Espanyol lucha contra los elementos en forma de trencillas sin personalidad ni capacidad y siniestros personajes sentados a los mandos de la sala VOR y se acaba de decidir su futuro, Joan García sigue a lo suyo, agrandando su leyenda a base de actuaciones para enmarcar y detener penaltis. Eso, si los árbitros lo permiten, claro…
