En una semana que ha venido desgraciadamente marcada por las decepciones e incertidumbres que, desde hace algún tiempo, parecen rodear al RCD Espanyol, ha sucedido algo que trasciende lo meramente deportivo, mereciendo ser resaltado y también celebrado: el reconocimiento a Jordi Sabaté Pons, destacado activista y apasionado seguidor perico, quien ha sido distinguido con la Creu de Sant Jordi 2024.

Este premio es una de las máximas distinciones que otorga la Generalitat de Catalunya, que reconoce a aquellas personas y entidades que han prestado servicios destacados a la comunidad en aspectos cívicos y culturales. El Govern ha querido rendir homenaje a Sabaté por su incansable lucha para concienciar sobre la ELA o esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad que padece desde hace años, y por su firme compromiso con causas sociales de gran impacto. En su labor como activista, Jordi ha utilizado su voz, que ahora nos llega a través de tecnología de asistencia, para denunciar la falta de apoyo institucional a los enfermos de ELA y para exigir medidas que dignifiquen su calidad de vida. Este galardón ha de ser motivo de orgullo para los pericos: su resiliencia y fortaleza representan perfectamente lo que es el Espanyol, un club que desde siempre se ha caracterizado por tener que luchar contra la adversidad.
Desde estas líneas no queda más que felicitar a Jordi y darle las gracias por recordarnos que, como él mismo diría, “rendirse no es una opción”. Hoy gracias a él la Creu de Sant Jordi es también un poco blanquiazul.
