José María es un mito tanto para el Real Oviedo como para el RCD Espanyol. Con solo 20 años, formó parte del equipo azul que acabó tercero de la Primera división (1962-63) y es aún el tercer futbolista con más partidos con la camiseta blanquiazul, 344; “Mis dos únicos equipos”, afirma con orgullo en entrevista que publica ‘La Nueva España’ en que habla de su pasado en ambos clubes, y cómo los ve en la actualidad
Tras triunfar en el Oviedo, José María ficha por el Espanyol; no fueron unas negociaciones sencillas
Tras marcar una época en el mejor Oviedo de la historia, la entidad azul lo traspasó al Espanyol; así lo recuerda José María: “Era un club vendedor y llegaban equipos que te ofrecían el triple de lo que ganabas aquí. Era complicado mantener el equipo. Tenían que vender, y así fue. –Me llama el club y me dice que tiene que vender porque habíamos bajado. Había salido en la prensa que me quería el Barcelona, pero a mí directamente nadie me dijo nada. El Oviedo me dice que tiene un acuerdo con el Espanyol y que ahora tengo que arreglarme yo. ¿Si fue fácil? No, que va. Vino Emil Ostreicher, un húngaro que había estado en el Honved y era secretario técnico del Espanyol. Nos reunimos en Gijón, en el Hotel Asturias, porque estaba concentrado con la selección militar. En la primera reunión pedí una cantidad elevada, quizás disparé un poco alto, y él me decía ‘no ser posible, no ser posible’, y salimos sin acuerdo. Cuando lo conté en casa mi padre me dijo: ‘¡Pero quién te crees que eres!’. Ostreicher volvió a los dos días, con una oferta mejor. Dije que quería lo mismo que el primer día. Y nos fuimos sin acuerdo. Pero tres días después volvió y me dijo: ‘Te acepto lo que me pides, pero que no lo sepa nadie'”.
“Que la gente te recuerde medio siglo después es lo más bonito del fútbol”, afirma José María
En Barcelona su carrera da un paso adelante: “El Espanyol era otro mundo. Un club diferente, más avanzado, con un ambiente importante en torno al equipo. la gente iba hasta a los entrenamientos. Era un equipo ambicioso. Sarrià tenía una grada vertical que impresionaba, ¡qué tribuna! Yo no alternaba, era una vida muy dirigida al fútbol. El club tenía residencia de solteros, pero yo quería ir a mi aire. Sentó un poco mal…” Tras explicar que no tuvo problemas por el idioma -“el catalán lo entiendo al escucharlo, pero es más difícil hablarlo. Era diferente, no estaba todo tan politizado. Si alguien te hablaba en catalán y contestabas en castellano en seguida se esforzaban por ayudarte”- aborda la cuestión de si se siente más valorado en el Espanyol que en el Oviedo: “Me siento muy querido en los dos lados, hay mucha gente que para a hablarme, que me recuerda. Es verdad que en el Espanyol hace unos meses me hicieron un homenaje y la gente se volcó. Iba por la calle Gracia y uno bajó la ventanilla y me gritó: ‘¡José María, viva el Espanyol!’. Que la gente te recuerde medio siglo después es lo más bonito del fútbol”.
“El Espanyol vendió mucha gente, es una gestión difícil allí. Ahí andan. Fue una pena que echaran a Luis García, que es de aquí”, explica José María
José María, este auténtico mito tanto de Oviedo como de Espanyol, analiza la actual temporada en LaLiga Hypermotion donde ambos equipos luchan por volver a Primera: “La Segunda es muy complicada, muy larga. Ojalá los dos consigan el objetivo y suban. El Espanyol vendió mucha gente, es una gestión difícil allí. Ahí andan. Fue una pena que echaran a Luis García, que es de aquí. Y el Oviedo me transmite más dudas, parece que siempre le falta algo. Apunta, pero no acaba de disparar. Tienen actitud, pelean… No se les puede pedir más. Pero falta algo… Gol y verticalidad”.
