Kiko Casilla pasó anoche por El Chiringuito. Y como siempre que se le pregunta por el Espanyol, volvió a dejar claro que su vínculo con el club perico no es algo que el tiempo haya gastado. Al contrario, sigue tan vivo como cuando defendía la portería del RCDE Stadium.
Un inicio humilde y una confianza que marcó su carrera
Con la naturalidad que le caracteriza, Casilla recordaba cómo empezó todo: “Cuando no era nadie, entre comillas, confiaron en mí, tuve cesiones, me renovaron cuando estaba en cesiones”. Esa frase resume perfectamente lo que siempre ha significado para él el Espanyol. Un club que, mientras muchos no lo veían, decidió apostar por él sin condiciones.
Su salida del Madrid… y el camino de vuelta a casa
En la conversación, Kiko también explicó cómo se fraguó su llegada al Espanyol tras su etapa en el Real Madrid: “Me fui casi gratis, entre comillas… se portaron bien conmigo, me quedaba un año y me dejaron irme. Yo quería jugar”.
Y ahí apareció el club perico: “Me voy al Espanyol, que ya me había tanteado en el mercado de invierno”.
El debut inesperado con Valverde, a los 22 años
Otro momento clave fue su debut en Primera, que aún recuerda con claridad: “Yo debuté en Primera división con Ernesto Valverde. Kameni estaba en la Copa de África… Se lesiona Iñaki Lafuente y me toca debutar así, con 22 años. Un poco no preparado del todo, pero tuve que jugar cuatro partidos”. Lo cuenta sin épica, pero cualquiera que conozca el mundo del fútbol sabe lo que significa salir a jugar de repente, en un estadio lleno, sin apenas margen para pensárselo.
La etapa entera en blanquiazul, explicada desde dentro
Casilla habló también de lo que significaron aquellos años: “Al final ahí me sentí… ¿Con qué me quedo del Espanyol? Con todo. No tengo nada malo. Cuando juegas un derbi o contra el Real Madrid, la afición quiere que des el 100%. Creo que dimos siempre la cara”. Esa frase resume un sentimiento muy espanyolista: competir siempre, incluso en las malas, sin esconderse nunca.
Orgullo, gratitud y un mensaje que cala en la afición
Porque no todo fueron buenos momentos. Él mismo lo recordó: “Pasamos momentos malos también, de estar en descenso, cosas complicadas, pero lo sacamos adelante”. Y el cierre de su reflexión fue de los que quedan marcados: “Creo que si soy alguien en el fútbol ahora mismo, es gracias en gran parte al Espanyol”. Él, que pasó por Real Madrid, Leeds, Elche o Getafe, vuelve siempre al mismo punto: su casa fue el Espanyol.
Un jugador muy querido… y con razón
Kiko Casilla siempre ha sido de esos futbolistas que conectaron fácil con la afición. Por su forma de ser, por su sinceridad y por aquella decisión que no se olvida en el espanyolismo: renovó su contrato antes de irse al Madrid para que el club cobrara traspaso y no se marchara gratis. Un gesto que aún hoy se recuerda con respeto.

