Ya ha finalizado la tercera jornada de LaLiga vive su tercera jornada, la última antes del primer parón de selecciones. Así han quedado los resultados y así está la clasificación antes de que vuelva la competición, el viernes 12 de septiembre con un Sevilla – Elche; la cita para el Espanyol, que se ha plantado en este punto del curso con 7 puntos, será el lunes 15, a las 9 de la noche, en casa y ante el Mallorca.
Elche hunde al Levante y el Valencia resucita ante el Getafe
El viernes dejó dos partidos con guiones muy distintos. En el Martínez Valero, el Elche tumbó al Levante con un 2-0 decidido en apenas cinco minutos tras el descanso, con Rafa Mir y Mendoza como verdugos. Los granotas siguen sin puntuar y se van al parón llenos de dudas. Más tarde, Mestalla vivió una noche feliz: el Valencia se impuso 3-0 al Getafe con goles de Diakhaby, Danjuma y Hugo Duro. El equipo de Corberán recupera oxígeno y la afición vuelve a ilusionarse.
El Madrid sufre para tumbar al Mallorca, el Sevilla golpea a un Girona que se hunde, el Oviedo somete a la Real y el Atlético se deja puntos ante el Alavés
La jornada del sábado dejó emociones fuertes y partidos que dieron mucho que hablar. En Mendizorroza, el Atlético se llevó un empate (1-1) con sabor amargo ante un Alavés que nunca se rindió y acabó celebrando como si fueran tres puntos. En el Carlos Tartiere, el Oviedo vivió una fiesta: primera victoria en su regreso a Primera (1-0), con Dendoncker y Hassan como héroes, y una Real Sociedad que se marcha tocada y con dudas. En Montilivi, el Sevilla respiró aliviado: ganó 0-2 con goles de Alfon e Isaac Romero y hundió un poco más a un Girona que sigue sin estrenar el casillero. Y ya por la noche, el Bernabéu vibró con una remontada del Madrid frente al Mallorca (2-1), con goles de Arda Güler y Vinicius antes del descanso. Los blancos mantienen pleno de victorias, aunque esta vez acabaron sufriendo más de lo previsto frente a un rival que rozó la machada.
El Villarreal perdona en Balaídos, el Athletic asalta Sevilla, triunfo de carácter del Espanyol y el Barça sobrevive en Vallecas gracias a la ayuda arbitral
Domingo de emociones fuertes que comenzaba en Balaídos: el Villarreal rozó el pleno de victorias, pero un cabezazo de Borja Iglesias en el minuto 94 rescató un empate para el Celta (1-1) y dejó a los groguets con cara de haber perdido más que dos puntos. En Sevilla, el Athletic se llevó un duelo de ida y vuelta contra el Betis (1-2). Un autogol de Bartra abrió el marcador, Paredes amplió la renta y aunque Bakambu recortó distancias, los de Valverde se marcharon con premio gordo. El Espanyol firmó un triunfo de carácter en casa ante Osasuna (1-0). El zurdazo de Carlos Romero en el 52’ decidió un choque intenso en el que los pericos defendieron con uñas y dientes hasta el final para irse al parón con 7 puntos. La jornada se cerró en Vallecas con polémica. El Barça se adelantó con un penalti inexistente que transformó Lamine Yamal, pero Fran Pérez empató en el 67’ para un Rayo que fue mejor y acabó con la sensación de merecer más (1-1).
Los partidos
La clasificación
Elche CF – Levante UD (2-0)
- Viernes 29 de agosto, 19:30 h, Martínez Valero
El Levante se va al parón con cara de circunstancias. Tres partidos, cero puntos. Y la última en Elche, con un 2-0 que deja claro que al equipo de Calero todavía le falta mucho para carburar. Lo curioso es que durante gran parte del choque aguantaron bien, pero cinco minutos de desconexión tras el descanso los dejaron KO. Primero Rafa Mir (46’) y luego Mendoza (50’) firmaron la sentencia en un Martínez Valero que disfrutó de lo lindo. Calero salió con un once en el que llamó la atención la titularidad de Mathew Ryan bajo palos y de Carlos Álvarez arriba, pese a los rumores que lo colocan en el Benfica en estas últimas horas de mercado. El Elche, en cambio, fue a lo suyo: balón, control y paciencia. Los franjiverdes empezaron pronto a apretar y Ryan tuvo que ponerse las pilas con un paradón a un cabezazo de Álvaro Rodríguez. Bienvenido a LaLiga otra vez. El guion era claro: Elche dominando y Levante esperando su oportunidad al contraataque. Los ilicitanos rondaban el área, pero en la primera que los granotas hilvanaron con criterio casi marcan. Oriol Rey vio la carrera de Toljan, centro preciso y remate de Iván Romero que Dituro logró sacar por los pelos. Ahí se animó el partido. Y justo antes del descanso llegó la doble polémica. Rafa Mir parecía adelantar al Elche con un testarazo tremendo, pero el árbitro lo anuló por falta sobre Elgezábal. Y acto seguido, el Levante respondió con magia: gran giro de Iván Romero, pase atrás y Carlos Álvarez casi la clava en la escuadra. Solo el larguero impidió el 0-1. Así se llegó al descanso, con la sensación de que el choque estaba abierto. Pero nada más volver, todo se torció. En el 46’, Álvaro Rodríguez prolongó y Rafa Mir, que está en modo killer, dejó en evidencia a Elgezábal y fusiló a Ryan. Golazo y jarro de agua fría para el Levante. Y para rematar la faena, en el 50’ Mendoza aprovechó otro error defensivo, se sacó un disparo cruzado y puso el 2-0. En apenas cinco minutos, el partido estaba liquidado. A partir de ahí, poco que contar. Carlos Álvarez intentó reactivar a los suyos con un buen pase a Brugui, pero Dituro tapó bien. Luego Víctor García probó suerte desde fuera, también sin éxito. El Elche, muy cómodo, se dedicó a controlar y a dejar que el reloj corriera mientras la grada celebraba. El Levante, por su parte, se marcha al parón con muchas dudas y cero puntos. Toca reflexionar y corregir, porque los errores atrás se pagan caros y la paciencia de la afición granota tiene un límite.
Valencia CF – Getafe CF (3-0)
- Viernes 29 de agosto, 21:30 h, Mestalla
El Valencia necesitaba una noche así. Después de dos jornadas sin sumar de tres en tres, el equipo de Corberán firmó un partido muy serio y le pasó por encima al Getafe de Bordalás con un claro 3-0. Los goles de Diakhaby, Danjuma y Hugo Duro devolvieron la alegría a Mestalla, que volvió a creer en los suyos tras un inicio de temporada con dudas. El choque empezó con un Getafe más enchufado. Uche tuvo un par de ocasiones que pudieron complicar la noche, pero poco a poco el Valencia fue entrando en calor. A partir del minuto 20, el balón ya era suyo y el equipo empezó a empujar hacia adelante. Eso sí, ocasiones claras no hubo demasiadas, más allá de un par de tiros que Soria atrapó sin problemas. El que sí apareció fue Mouctar Diakhaby. Primera titularidad del curso y primer gol. A la media hora, en un córner, el central se desmarcó como quiso y cabeceó solo para el 1-0. Gol importante, porque rompía la tensión y dejaba tocado al Getafe, que no acababa de reaccionar antes del descanso. La segunda parte siguió con el mismo guion: el Valencia cómodo y el Getafe esperando ese contragolpe que nunca llegó. Y ahí apareció Arnaut Danjuma para poner la puntilla. Corrida veloz, recorte dentro del área y derechazo al palo largo. Golazo y Mestalla de pie ovacionando al neerlandés, que fue de lo mejorcito del partido. Con el 2-0, Bordalás movió el banquillo en busca de aire. Luis Milla y los centros a balón parado fueron el plan, pero entre la defensa local y un Agirrezabala muy seguro, el Valencia resistió sin demasiados problemas. Y todavía hubo tiempo para la fiesta final. Debut de Ramazani con la camiseta che y asistencia incluida: jugada individual del ex del Almería y pase para Hugo Duro, que en el 97’ firmó el tercero y cerró la goleada. Mestalla estalló de alegría y el equipo se marchó ovacionado. En resumen, victoria clara y contundente que corta la mini-mala racha y da aire a un Valencia que necesitaba reivindicarse. El Getafe, en cambio, ve frenada su buena dinámica y se va del feudo che con la sensación de que apenas tuvo opciones de rascar algo.
Deportivo Alavés – Atlético de Madrid (1-1)
- Sábado 30 de agosto, 17:00 h, Mendizorroza
En Mendizorroza se vivió un partido de esos que no dejan indiferente a nadie. Alavés y Atlético empataron a uno en un choque con ritmo, tensión y un puntito de drama hasta el final. Para los rojiblancos, el empate sabe a poco; para los babazorros, es un premio trabajado ante un rival de mucho más peso. El guion arrancó pronto con sorpresa. Apenas habían pasado seis minutos cuando Giuliano Simeone, en una especie de déjà vu familiar, cazó un centro al área y lo mandó a la red. El hijo del Cholo abrió el marcador y silenció a medio estadio con un gol de esos que valen por el apellido y por la sangre fría con la que lo definió. El Atlético estaba arriba y daba la sensación de que podía seguir hurgando. Pero Mendizorroza no es cualquier sitio, y el Alavés tampoco es un invitado de piedra. Al cuarto de hora, Carlos Vicente transformó un penalti y puso el empate. El público explotó y el partido entró en una fase de ida y vuelta, con los locales creciendo y los visitantes intentando imponer su peso. La segunda parte fue toda rojiblanca en cuanto a iniciativa. Simeone padre movió el banquillo y, cuando en el minuto 79 entró Griezmann, la dinámica cambió. El francés agitó el ataque con un par de detalles marca de la casa. La mejor ocasión llegó en el 84: falta lateral, centro de Griezmann, peinada de Sorloth… y paradón de Sivera, que voló para mantener el 1-1. Ese gesto del portero bien vale un punto. El tramo final fue una montaña rusa de nervios. El Atleti apretaba con más corazón que cabeza, mientras el Alavés se aferraba al empate como oro en paño. Cuando el árbitro pitó el final, las sensaciones eran claras: Simeone se marchaba con la sensación de haber perdido una buena oportunidad, mientras que los de Vitoria celebraban un empate que, por la forma de conseguirlo, sabe casi a victoria. Un partido de los que, aunque acabe en tablas, deja claro que LaLiga no regala nada y que Mendizorroza sigue siendo un campo de batalla complicado para cualquiera.
Real Oviedo – Real Sociedad (1-0)
- Sábado 30 de agosto, 19:00 h, Carlos Tartiere
En el Carlos Tartiere se vivió una de esas tardes que hacen afición. El Real Oviedo logró su primera victoria en su regreso a Primera y lo hizo frente a una Real Sociedad que sigue sin arrancar y que se marcha al parón de selecciones con más dudas que certezas. El marcador final fue 1-0, gracias a un golazo de Dendoncker tras una jugada marca de la casa de Hassan, el héroe inesperado de la tarde. El choque empezó con los asturianos sin complejos, probando a Remiro desde el principio, aunque sin demasiado acierto. La Real, algo atascada, intentó dormir el partido a base de posesión, pero sin la chispa de otros cursos. Y justo cuando mejor parecían estar los donostiarras, llegó el jarro de agua fría: Chaira se lesionó y Pauvanovic metió en el campo a Hassan. El francés, en la primera que tuvo, se recorrió medio campo y la puso para que Dendoncker fusilara con la zurda en el minuto 40. Golazo y estallido de un Tartiere que estaba deseando celebrar. Con el 1-0, el Oviedo se creció y hasta pudo ampliar la renta antes del descanso. La Real, por su parte, se fue al vestuario con cara de no entender nada, repitiendo errores de las dos jornadas anteriores. En la segunda mitad, los de casa salieron a por el segundo. Hassan volvió a liarla con una jugada de crack y un disparo que se estrelló en el poste. El Tartiere se levantó, consciente de que el equipo estaba dejando la piel. La Real, en cambio, se desangraba poco a poco: primero cayó Aihen Muñoz, luego Oskarsson, y Sergio Francisco tuvo que improvisar. El tramo final dejó imágenes emotivas: la entrada de Cazorla, recibido con ovación cerrada, y la de Rondón, otro de los que aportó oficio para cerrar el duelo. La Real lo intentó más con la inercia que con fútbol, pero se topó con un Oviedo sólido, muy serio atrás y con una afición empujando hasta el pitido final. Con este 1-0, el Oviedo suma tres puntos que saben a gloria y que alimentan la ilusión de quedarse en la élite. En cambio, la Real Sociedad se marcha de vacío y con la sensación de que algo no funciona. Crisis es una palabra que ya empieza a sonar en San Sebastián, mientras en Asturias se habla de esperanza y de un regreso a Primera que promete emociones fuertes.
Girona FC – Sevilla FC (0-2)
- Sábado 30 de agosto, 19:30 h, Montilivi
En Montilivi se vivió una tarde de esas que dejan sensaciones opuestas: mientras el Sevilla respiraba aliviado con su primera victoria de la temporada (0-2), el Girona se hundía todavía más en el pozo, encadenando su tercera derrota seguida. El guion fue sencillo: los de Matías Almeyda pegaron dos zarpazos a la contra y los de Míchel, pese a tener más balón, volvieron a mostrar una fragilidad preocupante atrás. El Sevilla empezó serio, con ganas de quitarse de encima la ansiedad de las primeras jornadas. Ya en el primer minuto Gabriel Suazo metió un centro peligroso, casi como aviso de lo que vendría. Al equipo le tocó recomponerse tras la lesión de Ejuke, pero a la media hora encontró el premio: Rubén Vargas robó, condujo y sirvió para Alfon, que debutaba. El ex del Celta no perdonó delante de Gazzaniga y celebró a lo grande. El Girona lo intentó con Joel Roca y un Asprilla eléctrico, pero cada pérdida en campo propio era una invitación para que el Sevilla corriera. Al borde del descanso, los andaluces tuvieron hasta tres ocasiones claras para sentenciar: Vargas probó un chut, Alfon tuvo otra clara y Romero la más clara de todas, con un remate al palo estando solo. Si el Girona llegó vivo al descanso fue casi de milagro. Nada más arrancar la segunda parte, parecía que los locales se enchufaban: dominaban la posesión y hasta tuvieron una clarísima. David López rozó el empate en un córner, pero Nyland le dijo que no… ¡con la cara! Una parada tan rara como decisiva. Y claro, cuando perdonas, lo pagas. Tres minutos después, en el 55’, Vargas volvió a asistir y esta vez Isaac Romero cruzó perfecto para firmar el 0-2. De ahí hasta el final, el Girona fue más corazón que fútbol. Lo intentó con centros y remates, pero se topó siempre con un Nyland en modo muro: sacó dos cabezazos espectaculares de Camara y Álex Moreno, y hasta un disparo de Hugo Rincón. El Sevilla, mientras tanto, se limitó a esperar su momento y dejar que el reloj corriera. Al final, triunfo de aire puro para Almeyda, que por fin pudo celebrar, y mazazo para Míchel, que sigue viendo a su equipo colista y sin puntos. El Girona necesita reaccionar ya, porque la sensación es que cada contragolpe del rival es medio gol. El Sevilla, en cambio, se va con la mochila llena: tres puntos, confianza y dos jóvenes como Alfon e Isaac Romero que apuntan a dar mucho que hablar.
Real Madrid – RCD Mallorca (2-1)
- Sábado 30 de agosto, 21:30 h, Santiago Bernabéu
El Real Madrid sigue contando sus partidos por victorias, pero esta vez tuvo que sudar de lo lindo para imponerse a un Mallorca que rozó el empate en varias fases del encuentro. El Bernabéu vivió un 2-1 con remontada incluida que deja al equipo de Xabi Alonso con pleno de puntos (9 de 9) en este inicio liguero. El plan del Mallorca funcionó durante buena parte de la primera mitad. Arrasate había montado un equipo encerrado atrás, fuerte en el balón parado y con salidas rápidas. Y la jugada le salió bordada en el minuto 37, cuando Muriqi aprovechó un saque de esquina para poner el 0-1. El estadio enmudeció: el Madrid no encontraba la manera de romper el muro bermellón y daba la sensación de estar atascado en tres cuartos. Pero los blancos tienen esa capacidad de dar la vuelta a todo en un chispazo. En apenas un minuto, justo antes del descanso, Arda Güler empató tras una recuperación alta y Vinicius firmó el 2-1 con una jugada de pura determinación. El golpe fue letal: el 0-1 se convirtió en ventaja y el Bernabéu explotó de alivio. Mbappé, mientras tanto, seguía peleado con el fuera de juego: dos goles anulados en la primera mitad, y la racha que aún no le sonríe en su búsqueda de seguir la estela de Cristiano. La segunda parte arrancó con polémica. En el 55’, Güler parecía sentenciar con su segundo tanto de la noche, pero el VAR lo anuló por fuera de juego. Y casi sin tiempo para digerirlo, Darder montó un jugadón espectacular: se metió en el área, llegó a línea de fondo y la puso atrás, pero Mateo no acertó a marcar gracias a la defensa de Trent. Fue el aviso más serio de un Mallorca que ya no se conformaba con resistir. El momento más caliente llegó en el 66’. Samu Costa cazó un balón en la frontal y le pegó con todo: el disparo se colaba, pero Courtois sacó un pie milagroso para evitar el empate. Una parada de esas que valen puntos. A partir de ahí, el Madrid se fue apagando físicamente, con un centro del campo que empezaba a hundirse, y el Mallorca se vino arriba. Los últimos minutos fueron un asedio visitante, con el Madrid atrincherado y sufriendo. El Bernabéu pedía la hora, y el pitido final se celebró casi como un gol. Victoria, sí, pero con sufrimiento. El Madrid se mantiene perfecto en Liga, mientras que el Mallorca se va con la sensación de haber tenido contra las cuerdas al gigante.
Celta de Vigo – Villarreal CF (1-1)
- Domingo 31 de agosto, 17:00 h, Balaídos
En Balaídos pasó lo que tantas veces hemos visto en el fútbol: cuando perdonas, lo acabas pagando. El Villarreal tenía la victoria en el bolsillo, ya acariciaba ese pleno de 9 puntos y el liderato, pero en el minuto 94 apareció Borja Iglesias para dejarlo todo en tablas (1-1) y a los groguets con esa sensación amarga de haber dejado escapar algo más que dos puntos. El arranque del partido fue de bostezo. El Celta dominaba, llegaba, pero no lograba batir a un Villarreal que se mostró plano, frío y con muy poca chispa en la primera mitad. Sólo Foyth dio la talla, sosteniendo a los suyos atrás mientras Bryan Zaragoza probaba suerte y obligaba a lucirse a Luiz Júnior. Moleiro, que debutaba como titular tras la marcha de Yeremy Pino al Crystal Palace, apenas pudo aportar un par de disparos tímidos. La historia cambió tras el descanso. El Villarreal salió con otro aire y en cuanto Comesaña y Gueye se hicieron notar en la medular, el partido se volcó. En el minuto 53 llegó la jugada que parecía definitiva: Comesaña abrió a la banda, Etta Eyong combinó de maravilla con Nicolas Pepe y el marfileño fusiló a Radu. Golazo y ventaja amarilla. A partir de ahí, control, ocasiones para sentenciar (Gueye, Foyth…) y sensación de que los tres puntos viajaban a La Plana. Pero el fútbol no entiende de guiones fáciles. Marcelino movió el banquillo, metió piernas frescas (Parejo, Partey, Akhomach, Veiga, Oluwaseyi…) y todo apuntaba a que el resultado se amarraba. Sin embargo, en la última acción, cuando ya nadie esperaba el golpe, un cabezazo de Borja Iglesias destrozó el plan. Empate cruel para un Villarreal que pierde el liderato en el suspiro final y que se marcha al parón con 7 puntos de 9 y una lección clara: si no cierras los partidos, te los empatan.
Real Betis – Athletic Club (1-2)
- Domingo 31 de agosto, 19:00 h, Benito Villamarín
La Cartuja fue testigo de un partido vibrante en el que el Athletic Club se llevó los tres puntos ante un Betis que peleó hasta el final pero se quedó corto (1-2). Fue un encuentro intenso, de los que se juegan con el corazón acelerado, con ocasiones claras, goles y hasta expulsiones en los banquillos. El partido arrancó con ambos equipos a toda mecha. A los 16 minutos, Lo Celso probó suerte con un disparo con el exterior que obligó a Unai Simón a estirarse. Apenas dos minutos después, Iñaki Williams tuvo el primero en un mano a mano contra Álvaro Valles, pero el meta verdiblanco le adivinó la intención. Pablo García también se animó desde fuera del área, primero con un tiro alto y luego con un chut que tocó en un rival y se estrelló en el larguero. Al descanso, 0-0 pero con la sensación de que en cualquier momento podía llegar el gol. Nada más volver de vestuarios, el choque mantuvo la misma energía. En el 53, los leones pidieron penalti sobre Sancet por un pisotón de Bartra, aunque el árbitro dejó seguir. Poco después llegó el 0-1, y además con mala suerte para el Betis: centro desde la derecha, Yuri la pone al medio y Bartra, que estaba cuajando un buen partido, acabó metiéndose en propia portería. Un golpe duro para los de Pellegrini, que veían cómo se adelantaba el Athletic sin demasiadas llegadas claras. El segundo tanto llegó en el tramo final, en el 84. Robert Navarro, recién ingresado, colgó un balón que peinó un defensor bético y que Paredes cazó de cabeza para firmar el 0-2. Parecía sentenciado, pero el Betis no bajó los brazos. Junior Firpo, con su pierna mala, colgó un centro perfecto para que Bakambu recortara con un gran cabezazo al 1-2. El tramo final fue de pura tensión, con protestas, nervios y hasta la expulsión de un miembro del banquillo del Athletic y del propio Ernesto Valverde. Al final, los tres puntos volaron a Bilbao. El Athletic demostró eficacia y pegada en momentos clave, mientras que el Betis se quedó con la sensación de que hizo méritos para más pero pagó caro sus errores atrás.
RCD Espanyol – CA Osasuna (1-0)
- Domingo 31 de agosto, 19:30 h, RCDE Stadium
El Espanyol se apuntó un triunfo de esos que saben a gloria ante Osasuna gracias a un gol de Carlos Romero en el minuto 52. Un partido sufrido, intenso y con suspense hasta el último suspiro, pero que acabó dejando los tres puntos en casa y a los blanquiazules en el parón con una sonrisa enorme. El equipo de Manolo González salió con todo. Apenas había pasado un minuto cuando Kike García, tras un pase de Pere Milla, tuvo la primera ocasión clara. Su disparo se fue fuera, pero el mensaje estaba lanzado: el Espanyol quería mandar desde el inicio. En los siguientes minutos, Sergio Herrera tuvo que sacar un par de manos salvadoras para evitar el tanto local. Osasuna, mientras tanto, iba a remolque, pero en cuanto pudo asomarse al área, lo hizo con peligro. En el 20’, Budimir ganó la espalda tras una contra de Víctor Muñoz y obligó a Dmitrovic a intervenir. Y justo antes del descanso, Moncayola estrelló un balón en el larguero que heló a todo Cornellà. La primera parte fue un toma y daca de los que no te dejan parpadear. Tras el descanso, el guion volvió a pintarse en blanquiazul. Pere Milla tuvo un remate de cabeza que levantó al estadio, pero fue Carlos Romero quien rompió la igualdad: minuto 52, jugada iniciada por Dolan, rechace de la defensa rojilla y zurdazo del lateral que se coló en la portería. Estallido de Cornellà y 1-0 en el marcador. El Espanyol, lejos de echarse atrás, siguió apretando. Kike García no paraba de batallar y Manolo refrescó el ataque con Roberto Fernández. Los rojillos, por su parte, sufrían para tener el balón y apenas inquietaban a Dmitrovic. Con el paso de los minutos, Osasuna se la jugó al todo o nada. Víctor Muñoz y Budimir lo intentaron, pero el portero serbio del Espanyol estuvo siempre atento. El tramo final fue agónico: siete minutos de añadido, Lisci empujando a los suyos y Catena perdonando el empate a puerta vacía. El estadio aguantaba la respiración en cada jugada. Al final, Cornellà celebró una victoria de las que refuerzan. El Espanyol suma su segundo triunfo del curso y lo hace mostrando carácter, solidez y la sensación de que este año no se va a regalar nada en casa. Un gol de Romero, tres puntos y la certeza de que este equipo quiere dar guerra en Primera.
Rayo Vallecano – FC Barcelona (1-1)
- Domingo 31 de agosto, 21:30 h, Vallecas
El Barcelona no pasó del empate en su visita a Vallecas y lo hizo tras un partido marcado por una acción clave: el gol azulgrana llegó gracias a un penalti que no era. Lamine Yamal se dejó caer en el área en la primera parte y el colegiado señaló una pena máxima que desató la indignación de todo el estadio. El joven culé no falló desde los once metros, pero ese 0-1 nació de una decisión arbitral totalmente injusta. El encuentro empezó con ritmo y ocasiones claras para ambos. El Rayo pudo adelantarse con un remate a bocajarro de Ratiu que obligó a Joan García a firmar una parada espectacular. Justo después llegó la jugada que encendió Vallecas: Lamine encaró, recortó y se dejó caer sin contacto. Con el VAR inhabilitado por problemas técnicos, el árbitro pitó penalti y el Barça se encontró con un gol regalado que no merecía. Los culés tuvieron opciones para ampliar la ventaja antes del descanso con Ferran, Raphinha y Dani Olmo, pero no acertaron. El Rayo, aunque más contenido en ataque, se marchó al vestuario con la sensación de haber sido claramente perjudicado. En la segunda mitad el Barça bajó su nivel y el Rayo apretó hasta encerrar al rival. La recompensa llegó en el minuto 67: Fran Pérez, recién entrado, aprovechó un error defensivo de los azulgranas y batió a Joan García para el 1-1. El gol equilibró lo que se estaba viendo sobre el césped. El Barça no tuvo respuesta, apenas inquietó en ataque y acabó pidiendo la hora, mientras que el Rayo salió reforzado y con la sensación de haber podido ganar. El marcador final dejó un mensaje evidente: el Barça se adelantó gracias a un penalti inexistente, pero el fútbol puso las cosas en su sitio. El Rayo, intenso y valiente, se llevó un empate que sabe a poco, y el Barcelona, una vez más, se vio beneficiado por el criterio arbitral.


