La sexta jornada de LaLiga EA Sports 25-26 llega sin respiro, repartida entre martes, miércoles y jueves, con duelos que huelen a partidazo en casi cada esquina. El arranque de Liga ha dejado a un Madrid intratable, a un Barça que sigue de cerca y a un Espanyol que, pese a la derrota en el Bernabéu, se mantiene en puestos de Champions. Por abajo, el Girona ya empieza a ver fantasmas. Con todo este contexto, vamos con lo que viene, recordando que el Celta – Betis ya se jugó a finales de agosto (1-1); ambos equipos, clasificados para la Europa League, debutarán en el torneo europeo esta misma semana.
El martes se jugaban cuatro partidos. De entrada, San Mamés vivió un duelo de urgencias entre dos equipos con rachas negativas. El Girona se adelantó muy pronto gracias a un tanto de Ounahi tras pase de Bryan, en el único momento de inspiración de los de Míchel en el arranque. El Athletic ofreció una primera parte plana, sin apenas mordiente ofensiva y con la grada impaciente. Valverde reaccionó tras el descanso con cuatro cambios de golpe, y Jauregizar firmó el empate en el 48’ para reactivar al equipo. Los leones apretaron en el tramo final, con ocasiones de Paredes y Berenguer, pero Gazzaniga sostuvo al Girona. Reparto de puntos que no deja satisfecho a ninguno: alivio por cortar la sangría en Bilbao y resignación en Girona, aún sin conocer la victoria.
A la misma hora, partidazo en Cornellà con un final de infarto. El Valencia se adelantó en el 15’ con un gol de Danjuma tras una gran jugada por la izquierda. El Espanyol reaccionó en la segunda parte y Cabrera empató de cabeza en el 58’, pero Hugo Duro devolvió la ventaja a los ché en la siguiente jugada. Con el 1-2, los de Corberán se encerraron bien atrás, resistiendo las acometidas blanquiazules. Cuando parecía que los tres puntos viajaban a Mestalla, apareció Puado en el último segundo: prolongación de Roberto y cabezazo del ‘9’ para el 2-2. Cornellà estalló como si fuera una victoria, mientras que el Valencia se marchó con cara de derrota.
El Madrid sigue intratable: pleno de 18 puntos de 18 posibles tras golear en el Ciutat de València al Levante. Vinicius abrió el marcador con un disparo con el exterior y Mastantuono se estrenó como goleador blanco con un tanto de calidad. El Levante se enganchó al inicio del segundo tiempo con un gol de Etta Eyong tras un centro de Iván Romero que desvió Huijsen. Pero Mbappé apagó las ilusiones locales: primero con un penalti a lo Panenka y luego con otro tanto tras regatear a Ryan en el mano a mano. Doblete del francés para sentenciar un 1-4 que refleja la enorme pegada blanca frente al orgullo granota.
El Pizjuán se quedó helado con la victoria del Villarreal por 1-2. Tani adelantó al conjunto groguet en el 18’ tras un despiste defensivo sevillista. El Sevilla fue creciendo de la mano de Januzaj, el mejor de los locales, y en el 51’ Sow empató con un zurdazo tras una jugada embarullada en el área. Vlachodimos sostuvo a los de Mendilibar con una parada decisiva a Pepe en el 75’. Sin embargo, cuando el empate parecía inamovible, una contra liderada por Mikautadze terminó con el gol de Solomon, que empujó a placer el 1-2 definitivo. El Villarreal se llevó tres puntos de oro y el Sevilla se quedó sin premio pese a su empuje.
El miércoles abría el telón el Getefe – Alavés: el Coliseum vivió un empate con sabor muy distinto para cada equipo. El Getafe marcó en su único disparo a puerta, un zapatazo de Mauro Arambarri desde la frontal que sorprendió a todos. El resto del partido fue un monólogo del Alavés, que generó mucho más y se topó una y otra vez con un imperial David Soria. El portero azulón paró lo imparable: mano a mano a Abde, un remate de Calebe bajo palos y un disparo de Mariano. Al final, Guevara logró el empate en un córner, pero los de Coudet merecieron bastante más. Bordalás, por su parte, celebró un punto que sabe a oro.
El Metropolitano se rindió a Julián Álvarez, héroe del Atlético – Rayo con un hat-trick (3-2). El argentino abrió la cuenta con una volea fantástica a centro de Llorente, pero Chavarría empató antes del descanso con un misil que se coló en la escuadra. En la segunda parte, el Rayo llegó a ponerse por delante con un tanto de Álvaro García en el 77’, aunque la alegría duró poco: Julián respondió dos minutos después y, ya en el 88’, selló el 3-2 con un zapatazo brutal. El Atleti sufrió, pero acabó llevándose tres puntos de oro ante un Rayo que no se rindió nunca.
En Anoeta, la Real Sociedad firmó una victoria trabajada ante un Mallorca competitivo (1-0). El equipo de Sergio Francisco fue superior en la primera parte, aunque sin puntería. Tras el descanso, llegó el gol que decidió el choque: acción de Barrenetxea por la izquierda y pase de la muerte para que Oyarzabal empujara el 1-0. Leo Román mantuvo vivos a los baleares con un par de paradas espectaculares y el VAR anuló un penalti a favor del Mallorca en el tramo final. La Real resistió y sumó tres puntos que consolidan su fortaleza en casa.
El jueves se cierra la jornada con dos partidos. A las 19:30 horas, El Sadar acoge un Osasuna – Elche con trampa: los rojillos, que no levantan fuera de casa, se enfrentan a un Elche invicto y en zona europea que se ha convertido en la revelación. Y a las 21:30 horas llega una cita especial en el Carlos Tartiere, donde el Oviedo, aún sin estrenar victorias en su regreso a Primera, se mide a un Barça lanzado tras golear al Getafe, con Ferran Torres como gran protagonista y Flick empeñado en seguir el pulso con el Madrid.
Los partidos
La clasificación
Athletic Club – Girona (1-1)
- Martes, 19:00 horas, San Mamés
San Mamés acogía a dos equipos necesitados. El Athletic llegaba con tres derrotas seguidas y el Girona aún no sabía lo que era ganar en esta Liga. Con semejante contexto, el empate parecía escrito de antemano, aunque el partido dejó sus momentos. El arranque fue para los de Míchel. En el minuto 9, Ounahi aprovechó un gran pase de Bryan para poner el 0-1 con un remate ajustado. Antes ya había avisado con otro disparo, y su tanto alimentó la esperanza gerundense de estrenar el casillero de victorias. El Athletic, en cambio, ofreció una primera parte muy floja: plano en el juego, sin profundidad y con sus hombres de ataque desconectados. Ni Sancet ni Guruzeta encontraron portería, y Nico Serrano e Iñaki Williams apenas inquietaron. La bronca al descanso se notó. Valverde movió ficha con cuatro cambios de golpe -Areso, Yuri, Galarreta y Berenguer- y la sacudida dio resultado inmediato. En el 48, Jauregizar cazó un balón dentro del área y firmó el empate. San Mamés despertó, pero el ímpetu inicial se diluyó rápido y el Girona supo sujetarse bien. El tramo final fue rojiblanco, con ocasiones claras: un cabezazo de Paredes y una llegada franca de Berenguer. En ambas apareció Gazzaniga, que fue decisivo para mantener el 1-1, aunque también tuvo un par de acciones poco seguras que hicieron sufrir a su equipo.El pitido final dejó a ambos equipos con la misma sensación: alivio por no perder, pero preocupación porque las dudas siguen ahí. El Athletic corta la sangría de derrotas, aunque sin convencer. El Girona, por su parte, todavía no logra la ansiada victoria, aunque al menos sumó en un escenario complicado.
Espanyol – Valencia CF (2-2)
- Martes, 19:00 horas, RCDE Stadium
Espanyol y Valencia firmaron un empate (2-2) que dejó a todos con la sensación de que el fútbol había sido justo, pero que a los ché les supo a derrota. Los de Corberán acariciaban su primera victoria fuera de casa, pero apareció Javi Puado, en el último segundo, para salvar un punto y volver a convertirse en la pesadilla de los valencianistas. El Espanyol salió con chispa y nada más empezar tuvo una clarísima ocasión en las botas de Kike García, desbaratada por Agirrezabala. Pero ese empuje inicial se fue apagando. El Valencia creció y golpeó primero: minuto 15, jugada por la izquierda, centro medido de Luis Rioja, aclarado de Hugo Duro y Danjuma, libre de marca, fusiló a Dmitrović para poner el 0-1. El segundo tiempo fue un carrusel de emociones. El Espanyol salió decidido y en el 58 encontró premio: córner servido al corazón del área y Leandro Cabrera, con un cabezazo imponente, igualó la contienda. Cornellà rugía, pero la alegría duró un suspiro. En la siguiente acción, otro córner, y Hugo Duro, de cabeza, devolvió la ventaja al Valencia (1-2). Con el marcador a favor, los de Mestalla se replegaron y resistieron los intentos blanquiazules. El Espanyol lo intentaba una y otra vez, pero entre la zaga ché y un Agirrezabala muy seguro, parecía que los tres puntos viajarían a Valencia. Y entonces llegó la última jugada. Falta en la frontal, de esas que siempre generan polémica. Edu Expósito la puso al área, Roberto prolongó de cabeza en el primer palo y por el segundo apareció Puado, letal, para cabecear el 2-2. Cornellà estalló de alegría, mientras el Valencia se quedaba helado. No era la primera vez: Puado ya suma cuatro goles en siete partidos ligueros ante los ché, su víctima favorita. El pitido final dejó dos sensaciones opuestas. El Espanyol celebró el punto como un triunfo, porque lo arrancó con fe y corazón. El Valencia, en cambio, se marchó con la amargura de ver escapar dos puntos en el último suspiro. Un empate que, más allá de las emociones, refleja bien lo que pasó sobre el césped.
Levante – Real Madrid (1-4)
- Martes, 21:30 horas, Ciutat de València
El Real Madrid no afloja. Con su triunfo en el Ciutat de València, el equipo de Xabi Alonso firma un impresionante pleno de 18 puntos de 18 posibles en este arranque de Liga. Lo hizo con autoridad, goleando al Levante por 1-4 y confirmando que, ahora mismo, es el rival a batir en el campeonato. El partido empezó con dos zarpazos que dejaron al Levante contra las cuerdas. Vinicius abrió la cuenta con un disparo precioso con el exterior, de esos que parecen imposibles, y Mastantuono se estrenó como goleador madridista tras haber rozado antes el larguero. El joven argentino no falló a la segunda. Los blancos fueron un asedio constante sobre la portería de Ryan, que multiplicó intervenciones para evitar un resultado aún más abultado. Eso sí, el Levante también tuvo sus balas: Iván Romero y Dela gozaron de dos clarísimas en el arranque. La segunda mitad arrancó sin demasiada chispa, pero el Ciutat de València se encendió en el 48’. Iván Romero metió un centro, Huijsen lo desvió y el balón se envenenó. Etta Eyong lo cazó para empujar y poner el 1-2. Courtois protestó por una posible falta, pero el gol subió y el estadio creyó en el empate. Con el ambiente apretando, el Madrid respondió a lo grande. Mbappé se coló en el área y Elgezabal lo derribó abajo. Díaz de Mera señaló penalti y el francés no dudó: lo tiró a lo Panenka, con una tranquilidad pasmosa, para firmar el 1-3 y dejar helado al Ciutat. El crack blanco forzó y ejecutó, demostrando por qué siempre aparece en los momentos clave. El golpe fue demasiado para el Levante, y en el 66’ llegó la puntilla. Arda Güler filtró un balón perfecto al espacio, Mbappé se plantó solo ante Ryan, lo regateó con calma y marcó a puerta vacía. Doblete del francés en apenas un cuarto de hora para cerrar el 1-4 y confirmar la goleada blanca. El Levante compitió con orgullo, tuvo su momento con el gol de Etta Eyong y un par de ocasiones claras, pero la diferencia de pegada fue abismal. El Madrid, con Vinicius, Mastantuono y Mbappé encendidos, firmó otro triunfo que lo mantiene con paso perfecto en Liga: seis partidos, seis victorias.
Sevilla – Villarreal (1-2)
- Martes, 21:30 horas, Sánchez-Pizjuán
Victoria del Villarreal de Marcelino en un Sánchez-Pizjuán que se quedó helado con el desenlace. Cuando todo apuntaba a un empate, apareció Solomon para firmar el 1-2 en la recta final y dejar al Sevilla sin premio en un partido en el que había trabajado duro para remontar. El choque arrancó con un Sevilla que no salió mal, pero que en los primeros minutos sufrió bastante ante un Villarreal valiente y enchufado. En el 18’, Tani castigó un despiste defensivo y adelantó al cuadro groguet después de que Vlachodimos ya hubiese salvado una clara. A partir de ahí, los de Nervión fueron creciendo, con un Januzaj que se convirtió en el mejor del equipo gracias a sus conducciones y pases filtrados. El Villarreal hizo una muy buena primera media hora, generando ocasiones y mostrando carácter ofensivo. Sin embargo, la lesión de Comesaña supuso un punto de inflexión: el equipo perdió presencia en el medio y dio un paso atrás ante el empuje local, lo que permitió al Sevilla acabar la primera mitad con mejores sensaciones pese a irse al descanso por detrás en el marcador. El Sevilla salió con otra cara tras el descanso. El premio llegó rápido, en el 51’: Januzaj apuró hasta la línea de fondo y puso un centro al primer palo. Akor Adams peinó, la defensa amarilla despejó a medias y el rechace cayó en la frontal, donde Sow soltó un zurdazo con la izquierda que hizo estallar al Pizjuán con el 1-1. El empate dio alas a los de Mendilibar, pero el Villarreal también se rearmó. En el 75’ tuvo la más clara: Parejo filtró un pase perfecto para la carrera de Pepe, que encaró a Vlachodimos y trató de definir con una vaselina. El meta griego, muy seguro todo el partido, sacó una mano providencial para evitar lo que parecía el 1-2. Y cuando el empate parecía ya escrito, el Villarreal demostró por qué con espacios es posiblemente el equipo más peligroso de la Liga. Mikautadze inició una contra de libro desde el medio, se fue de su par, llegó al área y esperó el momento justo para regalarle el gol a Solomon, que empujó a placer el 1-2 definitivo. Jarro de agua fría para el Sevilla, que se queda sin premio tras un partido trabajado y muy igualado.
Getafe – Alavés (1-1)
- Miércoles, 19:00 horas, Coliseum
El fútbol tiene estas cosas. El Deportivo Alavés fue muy superior al Getafe en el Coliseum, generó mucho más y lo hizo con personalidad, pero acabó condenado a un empate que sabe a poco. Los azulones marcaron en su único disparo a portería en todo el partido, mientras que los vitorianos se toparon una y otra vez con un enorme David Soria. Lo de los números habla por sí solo: el Getafe chutó una vez entre palos en 90 minutos y acabó marcando. El gol lo firmó Mauro Arambarri, con uno de esos derechazos suyos desde segunda línea, justo cuando el Coliseum empezaba a bostezar. Ese fue todo el bagaje ofensivo de los de Bordalás. Si el Getafe no se fue al descanso perdiendo, fue gracias a David Soria. El portero lo paró absolutamente todo: un mano a mano a Abde, un remate de Calebe que sacó casi en la línea, un disparo de Mariano desde fuera y hasta un balón al palo de Toni Martínez. El recital desesperó al banquillo del Alavés, con Coudet sin creerse lo que estaba viendo. El técnico argentino cambió medio equipo respecto al partido ante el Sevilla, y la apuesta salió bien. Entraron Mariano, Guevara, Pacheco, Yusi y compañía, y el Alavés no bajó el nivel. Al contrario, mostró una presión alta y un ritmo de juego que el Getafe no supo manejar. El gol de Guevara, en un córner, fue el premio mínimo a esa insistencia. El tramo final fue un monólogo albiazul, con el equipo empujando al Getafe contra su área y buscando el segundo. Lo mereció, pero no lo encontró. Al final, el 1-1 deja la sensación de que al Alavés le robaron dos puntos en un campo siempre complicado. Bordalás, por su parte, firmó un empate con sabor a gloria, porque con tan poco, consiguió mucho.
Atlético de Madrid – Rayo Vallecano (3-2)
- Miércoles, 21:30 horas, Metropolitano
El Atlético de Madrid sufrió más de la cuenta, pero acabó encontrando premio gracias a un Julián Álvarez estelar. El delantero argentino firmó un hat-trick de oro, incluido un golazo a dos minutos del final, para derrotar a un Rayo Vallecano que nunca se rindió y que estuvo a punto de llevarse un empate del Metropolitano. El inicio fue rojiblanco. En el 16’, Marcos Llorente se inventó un centro preciso desde la derecha que Julián Álvarez voleó de primeras en el segundo palo para abrir el marcador con un golpeo espectacular. El Atlético dominaba, controlaba y parecía cerca del segundo, pero la falta de acierto mantuvo con vida al Rayo. Antes del descanso, Alemao avisó y, en la prolongación, Chavarría silenció el estadio con un misil imparable desde fuera del área. Recibió en tres cuartos, se acomodó y la clavó en la escuadra. Oblak voló, pero nada pudo hacer. Dos golazos, uno por cada bando, y 1-1 al intermedio. Nada más empezar la segunda parte, la tensión subió. En el 50’, Llorente cayó en el área pidiendo penalti, y se montó la tangana con Batalla incluido. Tres minutos después, Oblak salvó a los suyos con un paradón antológico frente a Isi, que ya se cantaba como gol del Rayo. El Atlético también tuvo las suyas: Nico González falló de cabeza una ocasión clarísima en el 59’ y Giuliano, en el 67’, no pudo superar a Batalla por la intervención milagrosa de Lejeune. El Rayo encontró premio en el 77’, cuando Álvaro García culminó una acción rápida para hacer el 1-2 y poner patas arriba el Metropolitano. Pero la alegría le duró poco a los de Vallecas: apenas dos minutos después, Pubill centró, Giuliano remató, Batalla no blocó y Julián Álvarez, atento, cazó el rechace para firmar el 2-2. El Atlético se lanzó al ataque en el tramo final, con el Rayo metido atrás resistiendo como podía. Y a dos minutos del final llegó el estallido. Julián Álvarez recibió en la frontal, se perfiló y soltó un zapatazo brutal que se coló por la escuadra. Golazo para sellar su hat-trick y dar tres puntos de oro a los de Simeone, que celebraron con rabia un triunfo trabajado y sufrido.
Real Sociedad – Mallorca (1-0)
- Miércoles, 21:30 horas, Anoeta
La Real Sociedad se impuso por la mínima al Mallorca (1-0) en un choque entretenido y con fases muy diferentes, decidido por el gol de Mikel Oyarzabal nada más arrancar la segunda parte. El encuentro empezó con claro color local. La Real Sociedad fue la que llevó el peso del juego y acumuló las ocasiones más claras. Barrenetxea perdonó hasta en dos oportunidades, mientras que Aramburu también se topó con el acierto de Leo Román. El Mallorca, por su parte, salió muy metido atrás, pero poco a poco fue estirando líneas y acabó equilibrando el partido en cuanto a juego, aunque sin llegar a concretar peligro serio sobre la portería de Remiro. Con todo, el 0-0 al descanso parecía corto para los donostiarras. Nada más volver de vestuarios, la Real encontró el premio que se le había negado en la primera parte. Una gran acción por banda izquierda de Barrenetxea terminó con un pase raso al área pequeña que Oyarzabal empujó a placer para poner el 1-0. El gol obligó al Mallorca a dar un paso adelante. Los de Jagoba Arrasate empezaron a buscar el área rival con más frecuencia, lo que a su vez permitió a la Real disfrutar de espacios para el contragolpe. En el 59’, el portero balear fue el gran protagonista con una doble intervención espectacular: primero sacó un misil desde la frontal de Pablo Marín Soler y, acto seguido, despejó un centro envenenado de Barrenetxea. La Real quería el segundo, y lo tuvo poco después en las botas de Kubo, que en el 69’ marró una ocasión clarísima tras una gran jugada colectiva. El Mallorca no se rindió y rozó el empate en varias acciones. En el 70’, Mateo Joseph dispuso de una buena oportunidad, pero Aramburu le robó la pelota in extremis dentro del área. Y en el 81’ llegó la jugada polémica: el árbitro señaló penalti por una supuesta mano de Barrenetxea, pero tras la revisión en el VAR la decisión quedó anulada. Con ese último susto para la grada de Anoeta, la Real acabó amarrando un triunfo que le permite seguir sumando en casa y dejar al Mallorca con la sensación de que mereció más, pero sin premio en el marcador.
Osasuna – Elche
- Jueves, 19:30 horas, El Sadar
Partido trampa para los rojillos. Osasuna compitió con uno menos en La Cerámica pero volvió a perder fuera de casa, mientras que el Elche es la gran revelación: invicto y en zona europea tras vencer al Oviedo. El Sadar aprieta siempre, pero la confianza de los de Sarabia puede convertir este choque en un golpe de autoridad.
Real Oviedo – Barcelona
- Jueves, 21:30 horas, Carlos Tartiere
El Tartiere vivirá una de esas noches que se marcan en rojo. El Oviedo todavía no ha ganado en su regreso a Primera y necesita sumar, aunque recibe a un Barça que viene de arrasar al Getafe con un Ferran Torres estelar. Flick quiere mantener el pulso con el Madrid, y el escenario promete ser hostil. El reto para los carbayones es no dejarse llevar por la ola azulgrana.


