La jornada 8 de LaLiga EA Sports ha quedado cerrada y con ella llega una nueva pausa de la temporada. Octubre arranca con compromisos internacionales y los equipos tendrán dos semanas para ajustar ideas, recuperar efectivos y preparar el siguiente bloque de partidos.
Por lo que respecta al Espanyol, cayó por primera vez en casa esta temporada al perder 1-2 frente al Real Betis. El conjunto perico afronta este parón con 12 puntos, en 9ª posición, aunque a sólo 3 de zona Champions. Tras los compromisos de los diferentes combinados nacionales, los de Manolo González visitarán al Real Oviedo en el Carlos Tartiere, en un partido clave para volver a sumar y recuperar confianza.
El viernes en Osasuna remontó al Getafe en El Sadar (2-1) con un gol de Catena en el minuto 90. Los azulones se habían adelantado en la primera parte con un tanto de Mayoral tras asistencia de Milla y parecían tener el partido controlado, pero un golazo de Bretones al borde del descanso dio vida a los rojillos. En la segunda mitad, Osasuna apretó más, Soria salvó al Getafe en varias ocasiones, y cuando el empate parecía definitivo, Catena decidió el duelo con un cabezazo en un córner botado por Rubén García.
El sábado se jugaban otros cuatro encuentros. El Levante se llevó un triunfo de oro en el Tartiere tras imponerse 0-2 al Oviedo. Los asturianos arrancaron dominando, pero les faltó claridad y lo pagaron caro. Carlos Álvarez abrió el marcador tras una buena jugada de Manu Sánchez y Etta Eyong sentenció en la segunda parte con su quinto gol del curso. El Oviedo apretó con la entrada de Cazorla y Viñas, pero se topó con un inspirado Ryan. Los granotas suman 8 puntos y superan al conjunto carbayón, que se queda con 6.
El Girona logró su primera victoria de la temporada al superar 2-1 al Valencia en Montilivi. Los de Corberán volvieron a firmar una primera parte indigna y encajaron pronto el tanto de Vanat tras un error defensivo. Diego López empató tras el descanso, liderando una reacción momentánea junto a Javi Guerra. Sin embargo, Arnau Martínez cazó un rechace para devolver la ventaja al Girona. Ni con uno más en el tramo final logró el Valencia remontar, que entra en crisis con un punto de los últimos nueve.
El Athletic rompió su mala racha con un sufrido 2-1 ante el Mallorca en San Mamés. Iñaki Williams adelantó a los leones desde el punto de penalti, rompiendo cinco meses sin marcar. El Mallorca reaccionó tras el descanso y empató con un golazo de Samu Costa en el 77’. Cuando más sufrían los rojiblancos, el canterano Rego apareció para firmar el tanto del triunfo. Los de Arrasate acabaron con diez por la expulsión de Antonio Sánchez. El Athletic respira, aunque pierde a Iñaki por lesión.
En el último choque del día el Real Madrid venció 3-1 al Villarreal en el Santiago Bernabéu. La primera parte acabó 0-0, con falta de puntería blanca y un paradón de Courtois a Oluwaseyi. Vinicius abrió el marcador en el 47’ con un disparo desviado y luego firmó el 2-0 de penalti en el 66’. Mikautadze recortó distancias con un golazo desde la frontal en el 73’. La expulsión de Mouriño poco después dejó sin opciones al Villarreal y Mbappé con un gol a 9 minutos del final aseguró el triunfo para el Madrid.
Ya el domingo, de entrada el Alavés firmó su mejor encuentro con Coudet en Mendizorroza y derribó al hasta entonces invicto Elche de Sarabia (3-1). Con 25 disparos y 15 córners, los vitorianos fueron una avalancha ofensiva. Carlos Vicente abrió el marcador de penalti y Toni Martínez amplió con un golazo tras provocar una expulsión, aunque Da Silva recortó diferencias. El broche lo puso Lucas Boyé, que estrenó su cuenta como albiazul ante su exequipo. Sarabia, muy nervioso en el palco, vivió su primera derrota con los franjiverdes.
El Sevilla de Almeyda arrolló al Barça en el Sánchez-Pizjuán con una victoria aplastante. Alexis Sánchez adelantó a los locales de penalti y un gran Isaac Romero puso el 2-0, aunque Rashford recortó antes del descanso. En la segunda parte, Lewandowski falló un penalti que pudo cambiarlo todo y Vlachodimos sostuvo al Sevilla. Carmona y Akor Adams sentenciaron al contragolpe en los últimos minutos. El Barça mostró su peor cara y el Sevilla recuperó su gen competitivo.
El Espanyol cayó en Cornellà en su primer tropiezo en casa, pese a un gran inicio con golazo de Pol Lozano. El Betis reaccionó tras el descanso y remontó con los tantos de Cucho Hernández y Abde. En el minuto 102, el VAR señaló penalti sobre Cabrera, pero Pau López detuvo el lanzamiento de Puado y celebró con un gesto polémico hacia la grada. Los de Manolo González acumulan cuatro jornadas sin ganar, aunque mostraron personalidad y ambición. Cornellà registró su mejor entrada del curso con 32.778 espectadores.
La Real se estrelló en Anoeta ante un Rayo que aprovechó su oportunidad (0-1). El partido comenzó con polémica: Lejeune pudo ser expulsado por una entrada a Oyarzabal, pero no se señaló nada. Los de Iñigo Pérez fueron más prácticos y resistieron las acometidas locales tras el descanso, con Batalla salvando varias ocasiones. En el 84’, Pacha Espino culminó una contra con el 0-1 definitivo. Anoeta despidió a su equipo con pitos y la Real se marcha al parón en descenso.
Para finalizar, reparto de puntos en Balaidos entre Celta y Atlético. El conjunto colchonero se adelantó muy pronto gracias a un gol en propia de Starfelt y dominó hasta la expulsión de Lenglet en el 40’. Con uno menos, Simeone replegó líneas y sacrificó a Griezmann para reforzar la defensa. El Celta fue creciendo y encontró premio gracias a Iago Aspas, que cazó un balón suelto tras un disparo de Borja Iglesias. Balaídos celebró el sexto empate a uno de los vigueses en ocho partidos. El Atlético corta su racha de victorias y se va al parón fuera de Champions.
Los partidos
La clasificación
Osasuna – Getafe (2-1)
El Sadar volvió a ser ese estadio que nunca se rinde. El Getafe se adelantó pronto, dominó durante muchos tramos, pero acabó claudicando en el minuto 90 ante la fe rojilla. Catena, con un cabezazo imponente en un córner, firmó el 2-1 definitivo y desató la locura en Pamplona. Los de Bordalás entraron mejor en el partido. Bien plantados y con un Luis Milla que manejaba el centro del campo, encontraron premio en el minuto 23: asistencia medida del mediocentro y definición de Borja Mayoral para adelantar a los azulones. 0-1 y sensación de superioridad visitante. El Getafe incluso pudo ampliar la renta, pero también jugó con fuego. Mario Martín se libró de la roja tras una dura entrada a Torró y de un penalti sobre Budimir, anulado por fuera de juego milimétrico en la acción previa. Cuando peor lo pasaba Osasuna, apareció Aimar Bretones con un auténtico golazo desde fuera del área. Minuto 48, tablas en el marcador y el choque que daba un giro radical. El tanto levantó a la grada y al propio equipo, que a partir de ahí empezó a crecer. La segunda parte fue más rojilla, aunque el Getafe tuvo la primera: Domingos Duarte rozó un córner de Milla y Mayoral remató en fuera de juego. Después, David Soria sostuvo a los suyos con varias intervenciones clave: sacó como pudo una falta envenenada de Rubén García y repelió un zurdazo de Raúl García cuando más apretaba Osasuna. Mientras tanto, Budimir rondaba el gol sin acierto: no llegó por centímetros a un centro de Bretones y más tarde, resbalándose, mandó alto una volea dentro del área. El partido parecía morir en el empate. Con más empuje que claridad, Osasuna apretaba sin generar excesivo peligro. Hasta que en el minuto 90, en un saque de esquina perfecto de Rubén García, Catena se elevó más que nadie y con un cabezazo potente mandó el balón a la red. 2-1, remontada completa y El Sadar convertido en una fiesta.
Real Oviedo – Levante (0-2)
El Levante firmó un valioso triunfo en el Carlos Tartiere tras imponerse al Real Oviedo (0-2) en un partido que fue de menos a más para los de Julián Calero. Los goles de Carlos Álvarez y Etta Eyong decidieron un duelo directo entre recién ascendidos que acabó con sabor a revancha: 60 años después, el marcador se invirtió respecto al último enfrentamiento entre ambos en Primera, cuando el Oviedo ganó por 2-0. Eric Bailly y Salomón Rondón fueron las novedades en el once del Oviedo, que salió con fuerza y se adueñó del balón durante el primer cuarto de hora. Los asturianos encerraron al Levante, pero les faltó claridad arriba: los centros de Rahim y las intentonas de Hassan no se tradujeron en ocasiones claras. Con el paso de los minutos, el Levante se sacudió el dominio y encontró en Carlos Álvarez la llave para crecer. El sevillano se adueñó del centro del campo y activó a Manu Sánchez, que castigaba por la izquierda. Así llegó el 0-1: centro raso del lateral y remate de Álvarez al fondo de la red, en una jugada polémica en la que el colegiado Munuera Montero estorbó a Reina antes de la acción. El descanso llegó con ventaja visitante y con tensión, tras un empujón de Rondón a Vencedor que le costó amarilla. Tras la reanudación, Paunovic movió ficha con Chaira, Cazorla y Fede Viñas, en busca de más llegada. El Oviedo creció y tuvo el empate en un cabezazo de Carmo, pero Ryan respondió con reflejos. El Levante, que ya había avisado con Oriol Rey, sentenció en el 72’: disparo al palo del centrocampista y Etta Eyong, siempre atento, empujó el 0-2. Quinto gol en su cuenta y partido cerrado. El Oviedo apenas reaccionó en los últimos minutos, con un tímido intento de Viñas, mientras el Levante controlaba el ritmo y se aseguraba una victoria de mucho peso. Los granotas suman 8 puntos y superan en la tabla a un Oviedo que se queda con 6.
Girona – Valencia (2-1)
Era el partido que el Valencia no podía perder: ante un Girona colista, sin victorias hasta la fecha y con la obligación de dar un paso al frente tras la debacle en Oviedo. Pero lo hizo. Y lo hizo con estrépito. Una primera mitad indigna condenó a los de Carlos Corberán, que se fueron al descanso por detrás y con todo en contra. Ni siquiera jugar 20 minutos con un futbolista más sirvió para rescatar algo en Montilivi. El Girona, con oficio y pegada, encontró por fin su primera victoria de la temporada. El partido arrancó con un golpe inesperado: la lesión de Mouctar Diakhaby en el minuto 3. El central se echó la mano al isquio en plena carrera con Portu y pidió el cambio. Fue solo el inicio de una tarde negra para los blanquinegros, que nunca se sintieron cómodos. El Valencia se mostró endeble y sin reacción, hasta que una jugada bochornosa en defensa abrió la lata. Thierry rompió el fuera de juego y, en lugar de despejar, regaló una asistencia de espuela a Vanat. El delantero ucraniano fusiló a la escuadra para el 1-0. Era el minuto 20 y Montilivi celebraba lo que parecía inevitable. El Valencia no tiró a puerta hasta el 32’, con un zapatazo lejano de Jesús Vázquez que Gazzaniga repelió sin problemas. Demasiado poco, demasiado tarde. Al descanso, el Girona vivía cómodo con la mínima ventaja y hasta pudo ampliar la renta. Corberán se marchó al túnel cabizbajo, consciente de que el equipo volvía a caminar sobre el mismo abismo de los últimos partidos. El técnico reaccionó tras el descanso dando entrada a Javi Guerra, y el centrocampista fue lo mejor del Valencia. Su despliegue devolvió algo de dignidad al equipo y encendió la chispa de una remontada que nunca llegó. Diego López rozó el gol con un disparo al larguero y, poco después, Danjuma centró para que el propio Diego López empatara con un gran remate al área pequeña. Con el empate, el Valencia vivió sus mejores minutos. Hasta cuatro ocasiones claras en apenas cinco minutos: Guerra, Tárrega, Thierry y Copete rozaron el segundo. Pero cuando más cerca estaba, llegó la bofetada. En una falta lateral, Vanat remató, Julen rechazó y Arnau Martínez cazó el rebote para hacer el 2-1. Un gol que desmoronó al Valencia. La expulsión de Iván Martín en el 80’ parecía abrir una ventana de esperanza. Pero el Valencia, falto de calidad y de ideas, nunca volvió a generar verdadero peligro. Solo algún chispazo de Ramazani, bien resuelto por Gazzaniga, agitó a los visitantes. Los 10 minutos de añadido no sirvieron para nada: el Girona se encerró y resistió hasta el pitido final. El Valencia acumula un punto de los últimos nueve contra Espanyol, Oviedo y este Girona que por fin respira tras un pésimo inicio de curso.
Athletic – Mallorca (2-1)
El Athletic necesitaba aire y San Mamés lo encontró con un triunfo que no llegaba desde agosto. Los de Valverde fueron muy superiores en la primera parte, pero acabaron sufriendo en un segundo tiempo en el que el Mallorca se decidió a competir. Decidió un gol del canterano Rego, que se estrenó como goleador con el primer equipo. La nota amarga, la lesión de Iñaki Williams, que se marchó tocado y se perderá la convocatoria con Ghana. El guion de la primera mitad fue un monólogo rojiblanco. Simón apenas apareció porque todo el juego se disputó en campo contrario. El Athletic sumó 12 remates en 45 minutos por solo 1 del Mallorca. El premio llegó pronto: en el minuto 8, Quintero revisó en el VAR un derribo de Valjent sobre Iñaki Williams y señaló penalti. El capitán lo transformó, rompió una sequía de cinco meses y lo celebró dedicándoselo a su hijo en camino. Antes, Guruzeta, Vivian y Robert Navarro ya habían tenido ocasiones claras. Arrasate tuvo que agitar a los suyos en el vestuario, y en la segunda parte el equipo balear dio un paso al frente. Con más verticalidad y mejor ritmo, los bermellones metieron dudas en San Mamés. El empate llegó en el 77’ con un zapatazo de Samu Costa que superó a Unai Simón. El Athletic, que había dejado vivo a su rival, se veía de nuevo enredado en la frustración de las últimas semanas. Pero esta vez la historia tuvo final feliz. Rego, canterano ascendido este año por la lesión de Prados, apareció para poner el 2-1 y estrenarse con el primer equipo en el mejor escenario posible. El tanto desató la locura en San Mamés y dio al Athletic tres puntos que necesitaba como el comer. El Mallorca terminó con 10 por la expulsión de Antonio Sánchez y hasta Leo Román subió a rematar las últimas acciones a balón parado. No hubo premio. El pitido final trajo alivio para el Athletic, celebración en las gradas y una pitada monumental al árbitro Alejandro Quintero, como las de antaño. El Athletic se reconcilia con la victoria, el Mallorca sigue sin levantar cabeza y la Liga se va al parón con dos equipos en dinámicas opuestas.
Real Madrid – Villarreal (3-1)
El Real Madrid venció 3-1 al Villarreal en el Santiago Bernabéu en un partido mucho más peleado de lo que refleja el marcador. Los blancos se atascaron en la primera parte, con falta de acierto en el remate y un Courtois salvador para evitar el 0-1 en un mano a mano de Oluwaseyi. Tras el descanso, Vinicius apareció para abrir el camino con un gol afortunado y un penalti transformado. Mikautadze dio emoción con un golazo, pero la expulsión de Mouriño mató las opciones del Villarreal. El encuentro se fue al descanso con empate a cero y con las sensaciones divididas. El Madrid llevó el peso del partido, con ocasiones de Mbappé, Güler y Mastantuono, pero se estrelló contra un gran Arnau Tenas. El Villarreal, serio atrás con Comesaña y Rafa Marín brillando, se animó en los últimos minutos de la primera parte. Oluwaseyi tuvo el gol en sus botas tras un pase de Moleiro, pero Courtois sacó un brazo milagroso para mantener el 0-0. El segundo tiempo empezó con dinamita. A los dos minutos, Vinicius recortó dentro del área tras un centro prolongado por Mbappé y su disparo tocó en Comesaña para convertirse en el 1-0. Fue el golpe que necesitaba el Madrid. El Villarreal, pese al mazazo, no se rindió: Pépé rozó el empate en el 62’ con un centro peligroso que no encontró rematador. En el 66’, Rafa Marín derribó a Vinicius dentro del área. El árbitro lo tuvo claro y señaló el punto de penalti pese a las protestas amarillas. El brasileño asumió la responsabilidad y firmó el 2-0, confirmando su papel protagonista. El Villarreal respondió con orgullo. Mikautadze, con espacio en la frontal, colocó un disparo perfecto junto al palo para el 2-1 en el 73’. Un golazo que devolvía la emoción y metía presión al Madrid, que veía cómo su rival aún tenía vida. Pero en el 77’ llegó la acción que cambió el partido. Vinicius volvió a encarar a Mouriño y el central lo frenó con el brazo. Segunda amarilla y expulsión. Con uno menos, el Villarreal se desmoronó y el Madrid controló el tramo final, rematando la faena Mbapée en el 81′. Ya no hubo sobresaltos: el Bernabéu celebró un triunfo trabajado en una tarde en la que Vinicius fue el gran protagonista.
Alavés – Elche (3-1)
El Deportivo Alavés firmó en Mendizorroza su mejor partido con Coudet en el banquillo y tumbó al hasta ahora invicto Elche de Eder Sarabia, que vio la derrota desde un palco de la parte alta del estadio. Fue una tarde de esas en las que el Glorioso impuso un ritmo frenético, acabando el choque con 25 disparos y 15 saques de esquina, cifras que reflejan la avalancha que vivieron los franjiverdes en su partido número 800 en Primera. El duelo arrancó igualado, con un Elche bien plantado que enseñó credenciales. Febas y Germán se mostraban muy activos, conduciendo con calidad y generando juego. Pero a medida que pasaban los minutos, el Alavés empezó a ajustar la presión y a ganar metros. Boyé, Otto y Pablo Ibáñez tuvieron ocasiones, y los albiazules llegaban con mucho peligro por bandas gracias a Yusi y Calebe, aunque sin acierto en la definición. El primer cambio llegó antes del descanso: Carlos Vicente, sorprendentemente suplente, entró por Calebe Gonçalves en el minuto 37. En el Elche también hubo problemas, ya que Diang se lesionó y Sarabia decidió esperar al descanso para introducir a Neto, aunque esa gestión dejó a su equipo dos minutos con diez. En la segunda mitad, el Elche se adueñó de la posesión durante un tramo, pero los cambios de Coudet resultaron decisivos. En el 75’, Álvaro Núñez cometió penalti por mano y Carlos Vicente abrió la lata desde los once metros. A partir de ahí, el choque se volvió loco. El protagonista fue Toni Martínez, que en pocos minutos provocó la expulsión de Affengruber, marcó un golazo al contraataque y tuvo que retirarse por molestias musculares. Cuando el partido parecía sentenciado, Da Silva recortó con un disparo seco que Sivera no pudo atajar y que subió al marcador tras una larga revisión en la sala VOR. El broche final lo puso Lucas Boyé, que marcó su primer gol con la camiseta albiazul. El ex del Elche aprovechó una buena combinación en el área para cerrar la victoria y aplicar la siempre recurrente ley del ex. Mendizorroza estalló de alegría: el Alavés no solo tumbó al invicto, sino que sumó una victoria que deja a Coudet con mejores números que su predecesor Luis García en este arranque. Desde el palco, Sarabia no dejó de dar instrucciones, gesticulando y hasta golpeando la puerta de rabia. Su primer tropiezo al frente del Elche llegó acompañado de decisiones discutibles, como aguantar con diez hombres la lesión de Diang para no gastar una ventana de cambios. El técnico se fue de Vitoria con más preguntas que respuestas tras un partido en el que su equipo fue superado en intensidad y en acierto.
Sevilla – Barcelona (4-1)
El Ramón Sánchez-Pizjuán vivió una de esas noches grandes. El Sevilla de Almeyda se impuso con un contundente 4-1 a un Barça irreconocible, que nunca encontró la manera de superar la intensidad y la estrategia de los andaluces. Fue una victoria celebrada con pañuelos en la grada, un triunfo de los que marcan un punto de inflexión en una temporada. El equipo hispalense salió a morder desde el minuto uno. Vargas e Isaac tuvieron las primeras ocasiones claras y pusieron en aprietos a Szczęsny. La intensidad de los locales contrastaba con la fragilidad de un Barça superado en todos los duelos. La recompensa llegó en el 11’, cuando el colegiado señaló un penalti muy discutido de Araujo sobre Isaac Romero. Alexis Sánchez asumió la responsabilidad y engañó por completo al meta polaco con un disparo raso. Lejos de conformarse, el Sevilla siguió castigando por bandas. En el 36’, Vargas condujo una contra y cedió a Isaac Romero, que definió con calma para poner el 2-0. El canterano incluso rozó el tercero antes del descanso, pero el Barça se agarró al partido con un gol de Rashford en el descuento que puso el 2-1. El paso por vestuarios no cambió demasiado la historia. El Barça tuvo más balón, pero apenas generó ocasiones claras ante la portería de Vlachodimos. Almeyda movió el banquillo dando entrada a Gudelj y Akor Adams, refrescando un equipo que nunca bajó el pulso. El momento clave llegó en el segundo tiempo, cuando Januzaj cometió penalti sobre Balde. Lewandowski tuvo en sus botas el empate, pero el polaco falló desde los once metros. Nervión respiró y Vlachodimos volvió a sostener al Sevilla con paradas decisivas. Con el Barça volcado, el Sevilla encontró espacios. En el 89’, Carmona culminó un contragolpe con un disparo cruzado que puso el 3-1. El estadio estalló de júbilo, consciente de que la victoria estaba ya asegurada. La guinda llegó en el 96’, cuando Ejuke lanzó otra contra y asistió a Akor Adams para sellar el 4-1 definitivo. Nervión vibró como en las grandes noches europeas, con pañuelos en las gradas y el equipo abrazado en el centro del campo. El Sevilla no solo goleó al Barça, sino que lo hizo con una autoridad incontestable. Almeyda, que dio un auténtico repaso táctico a Flick, logró que su equipo fuera reconocible: sólido, intenso y letal a la contra. La afición volvió a disfrutar de un Sevilla competitivo, justo antes del parón liguero. El Barça, por contra, se marcha con un serio aviso. Los azulgrana mostraron su peor cara, superados en todas las fases del partido, y dejaron escapar una oportunidad de oro de consolidar el liderato.
RCD Espanyol – Real Betis (1-2)
El RCDE Stadium vivió un partido grande, con la grada llena y ambiente de gala, pero el Espanyol cayó por primera vez esta temporada en casa. El Betis se llevó los tres puntos gracias a los goles de Cucho Hernández y Abde, en un choque que terminó con máxima polémica: un penalti en el minuto 102 que Javi Puado no pudo transformar. El Espanyol salió enchufadísimo, con presión alta, ritmo y ocasiones. El equipo de Manolo González tuvo la chispa de los mejores días y encontró pronto el premio. En el minuto 15, un rechace tras un córner cayó en la frontal y Pol Lozano, con una volea espectacular, abrió el marcador. Cornellà explotó y el 1-0 hacía justicia al buen arranque perico. Con la ventaja, el Betis reaccionó y tomó el control del balón. Los de Pellegrini empezaron a rondar el área de Dmitrović, aunque sin generar demasiado peligro real más allá de alguna acción a balón parado. El Espanyol, en cambio, supo adaptarse y buscó hacer daño a la contra. La tensión subió con una tangana antes del descanso, pero el 1-0 se mantuvo en el marcador. Nada más reanudarse el juego, el Betis avisó con un disparo de Fornals al travesaño y Pau López evitó poco después el segundo tanto de Pere Milla. Fue el preludio de lo que vendría. En el 60’, Cucho Hernández empató con un cabezazo cruzado tras un buen centro lateral. El partido se rompió y se convirtió en un ida y vuelta. En esa dinámica, Abde fue el más listo y culminó un contraataque para poner el 1-2. Manolo González reaccionó con cambios ofensivos -Urko, Koleosho y Kike García- y el Espanyol se volcó en busca del empate. Los blanquiazules apretaron hasta el último segundo. Roberto tuvo varias llegadas, Kike peleó cada balón aéreo y el Betis terminó encerrado en su área. Y cuando parecía que no habría más historia, llegó la jugada clave: en el minuto 97, Cabrera recibió un golpe en el área y, tras la revisión del VAR, Galech Apezteguía señaló penalti. Con el RCDE Stadium en pie, Puado asumió la responsabilidad en el 102’. Pero Pau López, ex perico, adivinó la intención y detuvo la pena máxima. El portero celebró el momento con un gesto hacia la grada que encendió aún más la polémica. El Espanyol pierde así su primer partido como local de la temporada, pese a haber generado ocasiones suficientes para al menos empatar. Tras el parón de selecciones, el equipo volverá a competir el viernes 17 de octubre en el Carlos Tartiere ante el Real Oviedo. Cornellà se quedó con la sensación de haber merecido más, pero también con la certeza de que el equipo compitió hasta el último suspiro contra un rival de peso.
Real Sociedad – Rayo Vallecano (0-1)
El Rayo Vallecano dio la sorpresa en Anoeta al imponerse por la mínima a la Real Sociedad gracias a un gol del Pacha Espino en el minuto 84. Fue un partido gris, con pocas ocasiones claras y mucha tensión, que acabó con Anoeta despidiendo a los suyos entre pitos. La derrota deja a los donostiarras en puestos de descenso justo antes del parón. El partido arrancó con una jugada que pudo marcarlo todo. A los cuatro minutos, Lejeune controló mal el balón y Oyarzabal le robó la cartera. El francés, último defensor, acabó pisando el tobillo del capitán txuriurdin en una acción que muchos consideraron de roja directa. Sin embargo, Guzmán Mansilla no señaló ni falta y desde el VAR tampoco corrigieron la decisión. Anoeta ya empezó caliente. La Real quiso mandar con el balón, pero fue el Rayo quien generó más peligro antes del descanso. De Frutos estuvo muy cerca del 0-1 tras una pérdida en salida, y Guedes lo intentó en una jugada individual que terminó desviada. Los de Sergio Francisco apenas inquietaron la portería rayista salvo en un remate flojo de Oyarzabal. El segundo tiempo arrancó con los mejores minutos de la Real. Barrenetxea desbordó, Oyarzabal lo intentó varias veces y Batalla tuvo que intervenir con un paradón. También Sergio Gómez probó fortuna, pero todos los disparos se toparon con defensores del Rayo. Los txuriurdin pusieron intensidad, aunque sin claridad en los metros finales. El que no perdonó fue el conjunto vallecano. Tras un aviso de Chavarría que rozó el palo, llegó la contra definitiva: Pedro Díaz condujo, el balón acabó en pies del Pacha Espino y el uruguayo, con sangre fría, batió a Remiro para firmar el 0-1. La Real reclamó que el esférico había salido por línea lateral en el inicio de la jugada, pero el VAR validó la acción. En la última, Sucic tuvo el empate, pero su remate lo sacó Batalla para certificar una victoria que vale oro para los de Iñigo Pérez. El pitido final dejó una sensación amarga. La Real, que apenas suma victorias y acumula errores en partidos clave, se marcha al parón internacional en zona de descenso. Anoeta despidió al equipo con pitos, reflejando el nerviosismo en la grada. El Rayo, en cambio, celebra su segunda victoria liguera y respira un poco más tranquilo en la clasificación.
Celta – Atlético de Madrid (1-1)
El Atlético llegaba a Vigo lanzado, con tres victorias seguidas y una pegada demoledora. Pero Balaídos le frenó en seco. No fue el Celta quien lo tumbó, sino una expulsión de Lenglet en la primera parte que cambió el guion por completo. Con uno menos, el equipo de Simeone aguantó como pudo y acabó sumando un punto gracias al tanto en propia puerta de Starfelt, hasta que Iago Aspas, eterno salvador celeste, igualó en el tramo final. Sexto empate a uno de los gallegos en ocho jornadas y tropiezo colchonero antes del parón. El partido no pudo empezar mejor para el Atlético. A los seis minutos, un centro de Barrios hacia el área generó el caos en la defensa viguesa. Starfelt, en su intento de despejar, acabó metiéndose la pelota en su propia portería. 0-1 y la sensación de que los rojiblancos podían encarrilar otra noche plácida. La primera media hora fue de control absoluto del Atlético, con llegadas de Griezmann y Nico que pudieron ampliar la renta. El Celta apenas se asomaba con un tímido intento de De Frutos y una jugada aislada de Guedes. En el minuto 40 llegó la acción clave. Lenglet vio la segunda amarilla por un leve agarrón sobre Oyarzabal. La decisión fue muy discutida, pero el central francés se expuso y dejó a su equipo con diez. Simeone reaccionó de inmediato: sacrificó a Griezmann para meter a Javi Galán y reorganizar la zaga. Borja Iglesias probó a Oblak antes del descanso, pero el esloveno respondió con seguridad. A partir de ahí, el guion se inclinó hacia el lado celeste. En la segunda parte, el Atlético retrocedió metros y el Celta empujó con más corazón que ideas. Borja Iglesias tuvo dos ocasiones, pero fue el de siempre, Iago Aspas, quien rompió el muro. Entró desde el banquillo, participó en la jugada, cazó un balón muerto tras un disparo de Borja repelido por Oblak y lo mandó a la red. 1-1 y delirio en Balaídos. El Cholo agitó el banquillo en busca de aire fresco, incluso retiró a Javi Galán poco después de haberlo metido, pero esta vez no funcionó la fórmula. El Atlético resistió los últimos minutos con oficio y terminó agradeciendo el punto tras jugar 50 minutos en inferioridad. El Celta suma ya seis empates a uno en ocho jornadas, un dato que refleja su dificultad para cerrar partidos. Por su parte, el Atlético corta su racha de victorias y se va al parón fuera de los puestos de Champions. Para unos, un punto con sabor amargo; para otros, un resultado que mantiene la esperanza de salir pronto del pozo.