En su participación en La opinión del día de La Grada Ràdio, Héctor García no se anduvo con rodeos. La rabia que sentía tras el infame infame arbitraje de Mallorca, que dejó al Espanyol al borde de la desesperación, seguía viva. Sin tapujos, expresó en voz alta lo que muchos pericos sienten. Dejando claro que el dolor por lo sucedido seguía intacto, fue directo al grano en su análisis de los errores arbitrales.
“Estamos a lunes, ha pasado día y medio del infame partido en Mallorca, y el sentimiento de rabia sigue allá. Mira que no soy de los conspiranoicos, de que van a por nosotros, ni hace dos años hice ruido porque para mí los grandes culpables de descender fueron la plantilla, Diego Martínez y Luis García, pero lo de Mallorca… no fueron dos, tres penaltis; el segundo lo quita el VAR, esas manos de Kumbulla que el árbitro quería que se las cortase, y el tercero, que se pitase es directamente una vergüenza”
Y es que no solo se trató de una jugada o una decisión errónea, sino de una cadena de acciones que dejaron a la afición perica con la sensación de ser víctimas de un escándalo.
Pero no todo es ira, también hay espacio para la reflexión. Héctor no se limita a quedarse en la queja. En su intervención, apuntó con desdén hacia la apatía generalizada que, en su opinión, caracteriza a la sociedad y, por ende, a la afición del Espanyol. Así, se lamentaba:
“¿Ahora qué? Ahora nada, estamos cabreados pero no pasará nada, como siempre. Se olvidará, como se ha olvidado que el Barça ha pagado 20 años a los árbitros, como se ha olvidado que hace dos años nos bajaron con dos errores más allá de que nosotros lo hiciésemos de forma pésima, pero se olvidará todo”
Héctor García criticó la actitud conformista de la hinchada, lamentando que los errores siempre se olvidan rápidamente y que nunca pasa nada.
“De aquí dos semanas cuatro silbidos a los árbitros y poco más, y ya está, porque como sociedad somos unos cagados”
A continuación, hizo una pausa para hablar de un tema que muchos consideran un tabú: el trabajo de Manolo González al frente del Espanyol. Aunque no dejó de reconocer el mérito del técnico en lograr que un equipo mediocre se mantenga competitivo, fue tajante al señalar sus carencias. Según él, el mayor defecto del gallego es su incapacidad para mantener los resultados una vez el equipo se pone por delante.
“Manolo González es un entrenador muy limitado, ya sé que nos cae bien a todos, me sabe mal porque me cae bien pero es lo que hay. Cada vez que nos ponemos por delante es incapaz de mantener el resultado; el del Girona fue eso otra vez, y el sábado igual, un ataque contínuo del Mallorca”
Por último, García apeló a la acción de la afición, o mejor dicho, a la falta de ella. Con un toque de ironía, lanzó una pregunta al aire.
“¿Haremos algo dentro de dos semanas o cuatro pitidos, el ‘corrupción en la Federación’ y a otra cosa?”