El Espanyol se tuvo que conformar con un empate (0-0) ante el Burgos este viernes en el inicio de la jornada 33 de LaLiga Hypermotion. Los blanquiazules, en su tercer partido con Manolo González, no pudieron cambiar la dinámica de resultados de esta fase del curso: pese a que los pericos suman siete jornadas sin caer derrotados, la que es la mejor racha de lo que llevamos de temporada -no se pierde desde el 10 de febrero en la derrota ante el Racing de Santander en El Sardinero (2-0), aún con Luis Miguel Ramis en el banquillo- lo cierto es que únicamente se ha logrado una victoria en los últimos cinco partidos, en La Romareda el día del estreno de Manolo González. Precisamente la llegada del técnico gallego al banquillo blanquiazul despertó una unánime oleada de entusiasmo en el entorno perico, en parte por la marcha del anterior inquilino y también por lo que suponía de apuesta por un hombre de la casa y con una clara vocación ofensiva: los elogios se multiplicaron tras el triunfo ante el Zaragoza, se vieron un tanto mitigados tras el empate frente al Tenerife, y en cambio tras sumar un punto en El Plantío ya han comenzado a aparecer voces críticas respecto a su propuesta. La duda es si las mismas, aún incipientes, se deben a algunas sombras que se vieron tanto en el planteamiento del último partido como al pobre desempeño de los blanquiazules en la primera parte ante el Burgos CF, o a la preocupación, lógica y comprensible por otra parte de parte del entorno viendo que con tan pocos partidos por delante no se puede permitir ni un fallo en esta carrera por los puntos.

El ideario de Manolo González para su Espanyol no ha cambiado, pese a que sorprendieron algunos cambios en el once
La alineación titular del Espanyol propuesta por Manolo González ante el Burgos trajo alguna sorpresa, como prescindir de Víctor Ruiz en defensa cuando la vocación del técnico es salir desde atrás con balón jugado; la apuesta ante las molestias de Martin Braithwaite por un hombre, Pere Milla, muy señalado por parte de la afición; y también que por primera vez desde la llegada del gallego al banquillo Álvaro Aguado no era de la partida, jugando Keidi Bare más avanzado.
📋 𝐉𝐚 𝐭𝐞𝐧𝐢𝐦 𝐚𝐥𝐢𝐧𝐞𝐚𝐜𝐢𝐨́!
▶️ Aquest és l’11 de Manolo González!#BurgosCFEspanyol #RCDE pic.twitter.com/QASICzEJzt— RCD Espanyol de Barcelona (@RCDEspanyol) March 29, 2024
Algo que parecía traicionar los principios de Manolo González, pero que él mismo aclaraba posteriormente en sala de prensa: “Aguado juega más cómodo en la base y Keidi salta mejor a la presión. Sabíamos que Nico -el de Castelldefels fue de la partida por vez primera en cinco meses- no aguantaría los 90 minutos y por eso jugó de inicio. Si no quizá hubiesen jugado Aguado, Nico y Gragera”. Ciertamente, sin Aguado al Espanyol le precipitación, en ataque y defensa, y le faltó la paciencia que sí fue hallando en la segunda mitad ; hubo, como admitía el técnico blanquiazul, al que no se le puede reprochar no ser autocrítico, un punto de inseguridad. Lo que no mejoró son los problemas de finalización, la capacidad de definir en los últimos metros, al igual que ante el Tenerife, y el dar demasiadas concesiones al rival. El mensaje transmitido por Manolo González a los suyos con el paso por vestuarios pareció surgir efecto -“Uno era finalizar las contras, otro las vigilancias porque ellos corrían muy bien. Luego estar más activos en las segundas jugadas. Ellos salieron muy intensos y ganaron al inicio las segundas jugadas”- y los cambios introducidos, con intención claramente ofensiva, dando entrada a Braithwaite, Aguado y Salvi, más Lazo y Gastón Valles, dejan claro que el ideario de Manolo González no ha cambiado, a pesar de estar atravesando un tramo de temporada especialmente exigente y jugar el viernes ante un rival con un acreditado historial en casa. El nuevo técnico del Espanyol Manolo González, al que se le puede achacar que no acabó de acertar con el planteamiento inicial, sigue inamovible respecto a su mensaje ambicioso e inconformista, y ya van dos ruedas de prensa tras sendos empates insistiendo en su decepción por no ganar, un ideario muy distinto al de Ramis, que daba por buenas las igualadas.

Ante el Albacete ya no sirven los empates: el Espanyol de Manolo González ha de volver a ganar
Evidentemente, sigue el trabajo contra el reloj de Manolo González en el Espanyol para eliminar rémoras del pasado como cierta inconsistencia defensiva, el salir a los partidos sin la necesaria intensidad y la falta de punch arriba; y es que como decíamos al inicio de esta pieza, pese a que el Espanyol lleva siete partidos sin perder, en los últimos 5 únicamente ha logrado un triunfo, demasiado poco para poder aspirar al premio del ascenso directo. El equipo acabará la jornada fuera de las dos primeras plazas, por lo que necesariamente deberá volver a conseguir sumar de tres ante el Albacete Balompié si no quiere ver muy tocadas sus opciones en esta lucha por subir a Primera división de manera directa, y que las críticas, de momento incipientes a la figura de Manolo González no se hagan extensivas a un sector mayor del entorno.
