El Espanyol atraviesa una crisis de resultados preocupante en LaLiga EA Sports, ubicado en la 17ª posición, a solo dos puntos de la zona de descenso, tras las primeras ocho jornadas disputadas. El equipo, que acumula tres derrotas consecutivas ante rivales como Real Madrid, Villarreal y Betis, su peor racha de resultados del curso -el equipo no perdía tres o más encuentros seguidos desde la racha de seis caídas entre marzo y abril de 2023, cuando el equipo estaba bajo las órdenes de Diego Martínez primero y luego de Luis García- se enfrenta ahora antes del parón a un Mallorca en estado de gracia, ocupando posiciones europeas. Este próximo duelo podría marcar un punto de inflexión, pero la situación actual del club revela problemas estructurales que van más allá de los resultados sobre el verde.
La falta de refuerzos de calidad: la raíz del problema
Aunque el técnico Manolo González ha recibido críticas por la falta de resultados, el análisis de fondo apunta a una mala gestión en la planificación, especialmente en el mercado de fichajes. Fran Garagarza, el director deportivo, no contó con los recursos necesarios para reforzar adecuadamente la plantilla por la decisión de Chen Yansheng de cerrar el grifo. Sin la inversión necesaria, el vasco se vio obligado a explorar el mercado en busca de jugadores cedidos o con fichas libres, una estrategia que de momento no ha dado el salto cualitativo esperado. El tema es sangrante: además de echarse en falta un jugador creativo, en la delantera por primera vez en muchos años el equipo no tiene un ‘9’ diferencial que aporte el gol necesario para lograr los objetivos deportivos: siete tantos lleva tan solo el Espanyol en ocho jornadas, los tres de Puado ante el Alavés, uno en propia puerta de Thibaut Courtois en el Bernabéu, y salen a uno por cabeza Jofre Carreras, Alejo Veliz y Carlos Romero. Dicho de otro modo, entre los tres delanteros recién llegados suman únicamente un gol, algo claramente insuficiente en un equipo que los últimos años ha tenido en nómina a hombres como Braithwaite, Joselu, De Tomás o Borja Iglesias.
Partido de supervivencia ante el Betis: una constante apuesta a la ruleta
El jugado ante el Betis fue planteado como un partido de supervivencia, una nueva partida a la ruleta en lo que todo últimamente todo está saliendo cruz. Sin embargo, el equipo volvió a tropezar en los mismos errores y su suerte sigue echada en la ruleta, siguiendo un mismo plan de ruta: fiar la consecución de resultados a resistir gracias al coraje y entrega de los futbolistas los envites del rival, algo que en los últimos encuentros no está surtiendo efecto. En las últimas tres derrotas ante Madrid, Villarreal, y Betis el equipo ha dado la cara pero ha pagado cara la falta de calidad individual, mientras que en sus rivales han destacado futbolistas como Ayoze Pérez o Lo celso, igual que lo hizo en su día el delantero de la Real Sociedad Take Kubo. El Espanyol es un equipo flojo pero que mantiene el tipo por el compromiso de los jugadores, y que compite hasta que los jugadores con talento que tienen casi todos los rivales deciden. En todos estos partidos el talento del rival se acaba imponiendo al trabajo del equipo.
Ciertamente, en las últimas tres derrotas ante Madrid, Villarreal, y Betis el equipo ha dado la cara pero ha pagado cara la falta de calidad individual, mientras que en sus rivales han destacado decisivamente futbolistas como Ayoze Pérez o Lo Celso, igual que lo hizo en su día el delantero de la Real Sociedad Take Kubo. El Espanyol es un equipo objetivamente justo de calidad pero que mantiene el tipo por el compromiso de los jugadores, y que compite hasta que los futbolistas de talento que tienen casi todos los rivales deciden. En todos estos partidos la virtud a nivel individual del rival, algo que no se entrena, se acaba imponiendo al trabajo del equipo blanquiazul.
El Espanyol tiene una defensa apañada, pero sin grandes nombres, y al final acaba cometiendo errores. Además, adolece de una delantera carente de gol, sin un futbolista que parezca capaz de garantizar el número de dianas necesario para competir con garantías por el objetivo de la permanencia. El Espanyol ha de pisar más el área, es algo totalmente necesario para que vuelvan las victorias.
Ahora, con un Mallorca en plena forma visitando el RCDE Stadium, la presión es máxima. Este próximo partido no solo se presenta como una oportunidad de revertir la dinámica, sino como una prueba de carácter. El Espanyol debe encontrar una solución para su falta de gol, pisar más el área rival y, sobre todo, mantener la concentración defensiva. De lo contrario, la temporada puede convertirse en una lucha constante por evitar el descenso.
Manolo González sigue confiando en que el trabajo dará frutos, pero sin refuerzos de calidad ni una plantilla capaz de competir de tú a tú con sus rivales, la situación podría empeorar. La directiva del club deberá asumir la responsabilidad por las decisiones erróneas en el mercado de verano y buscar soluciones, antes de que sea demasiado tarde, aunque si la racha negativa se mantiene lo más fácil para eludir culpas será para la cúpula blanquiazul apuntar al eslabón más débil, el banquillo, y aumentar en uno más la larga lista de entrenadores decapitados ante el enésimo proyecto fracasado en la era Chen Yansheng y RASTAR.
