Marko Dmitrovic no pudo tener un estreno más redondo con la camiseta del Espanyol. El portero serbio, que se ha ganado la confianza de Manolo González para ocupar la portería tras la marcha de Joan García, habló tras el triunfo ante el Atlético con la satisfacción de quien sabe que ha empezado con buen pie en su nueva casa.
El guardameta no escondió su alegría al valorar lo que supuso este arranque: “Victoria de oro, inmejorable primer partido, por mi parte no podía imaginar mejor debut, es un placer jugar aquí de local. Enhorabuena a mis compañeros, a la grada, es sólo el primer paso, quedan 37, orgulloso de ser parte de esta familia, que lucha día a día en los entrenos, y lo que hacemos durante la semana lo trasladamos a los partidos. El equipo no ha bajado los brazos aunque iba un gol por debajo de un grande de esta Liga, jugando así podemos plantarle cara a cualquiera. Queda mucho, hay que seguir en la misma línea”. Palabras que reflejan orgullo, pero también esa prudencia necesaria en una temporada tan larga.
Dmitrovic también dejó claro que la forma en la que se consiguió la remontada da un plus de valor al triunfo: “Cuanto más sufrimiento, más celebración. Estamos preparados para todo, es mejor adelantarte pronto pero en esta Liga nunca sabes lo que te puede esperar, pero nunca puedes bajar los brazos, hasta que el partido termina y el árbitro no pita el final hay que luchar, por un punto, por tres, por la diferencia de goles, cada ataque es de oro, enhorabuena a mis compañeros que han hecho un esfuerzo brutal, y a la gente de la grada, su apoyo ha sido espectacular”.
En definitiva, un discurso que encaja perfecto con lo que el espanyolismo quería escuchar. Dmitrovic se vistió de líder desde el primer día y dejó claro que, con compromiso y trabajo, este equipo puede competir de tú a tú contra cualquiera.