Marko Dmitrovic no necesita presentación, pero si alguien aún dudaba de qué tipo de profesional ha aterrizado en el Espanyol, basta con leer la entrevista que le ha concedido a Mundo Deportivo, con Anna Cordovilla al frente. Directo, sin postureos y con esa mezcla de madurez y sinceridad que solo tienen los que ya se han curtido en mil batallas, el meta serbio deja claro que llega al Espanyol con ilusión y sin fantasmas. Ni siquiera el de Joan García. El nuevo portero blanquiazul deja claro que no viene a sustituir a nadie, sino a aportar desde el primer minuto. Sin dramas, con los pies en el suelo y muchas ganas de debutar en Cornellà-El Prat.
“Estoy muy feliz y contento por la decisión que tomé”, arranca Dmitrovic, que aterrizó en el club el pasado 19 de junio. “Hay un grupo maravilloso y estoy ilusionado de formar parte. Ahora toca trabajar duro y lograr una amistad. Son semanas muy positivas”.
Garagarza, clave sin ser determinante
Sobre su fichaje, no esconde que Fran Garagarza tuvo peso. “Fran tuvo una buena culpa de que viniera. Nos conocemos desde la etapa de Eibar, pero conociéndolo, si me llamó es porque me veía a mí como una pieza importante para este proyecto”. Aunque añade que la decisión no fue solo por eso: “Entre todos los intereses/ofertas que tuve, el Espanyol era mi favorito. Era el sitio ideal”.
Sin galones de titular
Uno podría pensar que, con el historial que trae, se ve como el ‘1’ indiscutible. Pero nada más lejos: “No me veo como el titular. Llevo años con una mentalidad diferente, no me veo ni como el primer portero, ni el segundo, ni el tercero. Solo quiero ser mejor persona y profesional”. Declaración que define su carácter: competitivo, sí, pero sin necesidad de marcar territorio.
Amistades que no necesitan palabras
Dmitrovic también habla de reencuentros, como el que ha vivido con Kike García y Edu Expósito, compañeros en el Eibar. En el caso del delantero, confiesa entre risas que “no me dijo nada y yo tampoco. Yo le preguntaba pero no me confirmaba nada, sólo se reía. Y yo tampoco entonces le contestaba”.
El tema Joan García, con respeto y madurez
La pregunta era inevitable: ¿le pesa la sombra de Joan? Y su respuesta, de manual para entender que la experiencia es un grado: ““No me pesa nada la sombra de Joan, de verdad. Aprendí mucho en la época del Sevilla donde tuve que ser el recambio de Bono, que dejó una sombra brutal en Sevilla y ahí sí que a nivel mental, yo cometí algunos errores. Y ahora, gracias a eso, valoro mucho todo y no lo voy a volver a repetir. No me pesa nada, yo no vengo a sustituir a Joan Garcia, vengo a aportar todo lo que depende de mí. La afición lo recordará pero yo vengo a hacer todo lo posible por el equipo y lograr el objetivo. No lo afronto como un reto por ser el recambio de Joan, sino como una etapa muy ilusionante para mí. Espero aportar mi granito de arena y que tengamos un buen año”.
Sobre la marcha del de Sallent al Barça, Dmitrovic es claro: “Entiendo que los pericos estén enfadados pero Joan, desde mi punto de vista, fue la pieza más importante el año pasado en el Espanyol. El mejor portero de la pasada campaña en Primera con diferencia. Al final tenía una cláusula en su contrato, la pagó y se ganó el derecho a decidir dónde quería ir. No quiero opinar si lo entiendo o no, pero le deseo todo lo mejor a nivel personal menos cuando juegue contra nosotros. Y es normal que la afición del Espanyol se enfadase, pero pagó su cláusula y es su decisión, pues valoró sus cosas (familia, jugar en España) y le puede pesar la presión o no. Pero fue el mejor portero de LaLiga y se ganó el derecho a ir donde quisieras”.
Atlético en el horizonte, el derbi en la cabeza
El calendario aprieta y el debut no será cualquiera: Atlético de Madrid en casa. “Es un debut ilusionante, sin duda. El año pasado con el Leganés les ganamos y también con el Eibar… pero el pasado ya no cuenta. Nuestro objetivo es mantener la categoría y cada punto es oro”. Eso sí, también se le escapa una sonrisa al hablar del derbi: “Será precioso. Con ganas de vivirlo, disfrutarlo e intentar ganarlo aunque será difícil, claro está”.
Manolo, liderazgo sin artificios
De su nuevo míster, Manolo González, solo tiene buenas palabras: “Con el míster tengo una relación muy natural, muy sana… Es muy abierto pero en el campo es muy exigente porque debe ser el capitán del barco y todos debemos seguir sus pasos”.
Un proyecto que ilusiona, pero con cautela
Y sobre el equipo, no vende humo: “Teóricamente tiene buena pinta este equipo, pero luego hay clubs sin fichajes que se meten arriba y otros que fichan muy bien y están abajo… Lo importante es que la gente está metida y se trabaja bien. Cuando lleguen los malos momentos, arremangarse; y cuando estemos bien, no subirnos a las nubes”.