El ex entrenador del RCD Espanyol Mauricio Pochettino comenzó con el pie derecho su etapa como seleccionador de Estados Unidos al conseguir una trabajada victoria por 2-0 ante Panamá en un amistoso disputado en Austin, Texas. Los goles de Yunus Musah y Ricardo Pepi en la segunda mitad decidieron un encuentro que marcó el comienzo de la nueva era del argentino al frente del equipo norteamericano.
El debut de Pochettino no fue sencillo, ya que se enfrentó a un rival complicado como Panamá, selección que había dejado tocada a Estados Unidos tras su victoria por 2-1 en la fase de grupos de la pasada Copa América. Aquel tropiezo fue la estocada que provocó la salida de Gregg Berhalter, hoy entrenador del Chicago Fire, y abrió paso a una etapa de incertidumbre que Pochettino busca revertir.
Aunque el amistoso comenzó con pocas emociones, la tensión era palpable. Brendan Aaronson estuvo cerca de inaugurar el marcador antes del descanso, pero su remate fue detenido por el arquero panameño Orlando Mosquera. Todo cambió en la segunda mitad, cuando Christian Pulisic jugó a Musah en una pared rápida, permitiendo al jugador del Milan anotar su primer gol como internacional absoluto en el minuto 49. La alegría de Musah reflejaba la confianza que Pochettino había intentado transmitir a sus jugadores desde su llegada.
Panamá no se rindió y exigió al portero Matt Turner, quien respondió con dos paradas cruciales para mantener la ventaja. La incertidumbre no se disipó hasta el tiempo añadido, cuando Ricardo Pepi sentenció el encuentro con su undécimo gol internacional tras una gran jugada colectiva.
En la rueda de prensa posterior al partido, Pochettino mostró su habitual serenidad, aunque admitió sentirse sorprendido al ver una pancarta con su imagen detrás de una de las porterías. “Fue un shock enorme, pero estoy feliz. Hay una buena conexión con los fans”, confesó el técnico argentino, que sabe que la construcción de la confianza será clave en este proceso de reconstrucción.

El entrenador panameño, Thomas Christiansen, reconoció que Pochettino necesitará tiempo para implantar sus ideas, pero confía en su experiencia para revertir la situación. Este primer paso, aunque positivo, también dejó tareas pendientes: la selección estadounidense mostró debilidades en las transiciones defensivas y errores puntuales que podrían costar caro en partidos más exigentes.
El defensa Tim Ream destacó la importancia de la confianza en el planteamiento de Pochettino. “Nos ha pedido que seamos sólidos atrás y juguemos con libertad en ataque. Se nota que confía en nosotros, y eso hace la diferencia”, señaló el jugador. El caso de Musah es un ejemplo de esa gestión individual: el técnico argentino le asignó un rol más cómodo en la banda, maximizando su potencial pese a su falta de minutos en el Milan.
Pochettino ha iniciado su etapa con una victoria, un resultado especialmente valioso tras un verano complicado para Estados Unidos, que acumuló un preocupante récord de 1-4-2 desde junio. Sin embargo, el verdadero reto llegará el próximo martes en Guadalajara, donde Estados Unidos se enfrentará a México en un duelo que pondrá a prueba tanto al equipo como a su nuevo entrenador.
El enfrentamiento contra El Tri marcará la introducción de Pochettino en una de las rivalidades más intensas del continente, un desafío que medirá la evolución del equipo bajo su mando. Tras este esperanzador debut, la expectativa es alta, pero Pochettino sabe que el camino apenas comienza. “Esto es un proceso”, afirmó el ex técnico del Espanyol, que remarcó que “lo importante es que el equipo confíe en lo que estamos haciendo”.
Con la primera victoria en el bolsillo, Estados Unidos y Pochettino miran hacia adelante, conscientes de que aún queda mucho trabajo por hacer, pero con la ilusión renovada de quienes buscan dejar atrás tiempos difíciles y escribir una nueva historia en el fútbol norteamericano.