El Espanyol intenta todo tipo de artimañas contables para poder rebañar unos cuantos millones a la masa salarial y poderlos emplear en refuerzos para Diego Martínez. La exigencia del entrenador es muy grande e incluso ha sorprendido al propio club, que se afana para dar al míster blanquiazul las herramientas suficientes conscientes de la debilidad de la plantilla. Eso si, siempre desinvirtiendo lo ya invertido mediante ventas o, como en la opción que relatamos a continuación, mediante un ardid contractual.
Y es que el Espanyol se plantea alargar el vínculo contractual con algunos jugadores a los que todavía resta amortización pendiente a fin de diferir la misma en varios años de contrato y así que el impacto en el límite sea menor. Los dos casos que podrían significar un avance en este sentido serían Calero y Cabrera. Ambos fueron fichados en 2019 y 2020 respectivamente por 8 y 9 millones de euros hasta 2024. Su amortización pendiente anual es de 1.6 y 2,2 millones de euros y les quedan dos temporadas, así que podrían verse reducidas hasta la mitad de alargar ese vínculo simplemente un par de años más. Ambos, además, son jugadores a los que la dirección deportiva desea dar continuidad.
Con este movimiento, el Espanyol podría conseguir ganar algunos millones más dentro de la masa salarial para poder efectuar algunas operaciones. No quiere decir que el mismo llegue a realizarse, pero el club ya estudia esta posibilidad mientras sigue a la caza de un extremo y un central con nivel para ser titulares en el equipo. Todo ello a expensas de la hipotética salida de RDT sobre la que vuelven a planear los rumores pero siguen sin concretarse las ofertas.