Se suponía que el Newcastle – Espanyol iba a ser ese partido que los entrenadores llaman “el ensayo general”, ese en el que todo el mundo espera ver ya el equipo que arrancará la Liga. Pues no. En lugar de despejar dudas, el amistoso en St. James’ Park dejó al espanyolismo con más preguntas que respuestas. Y ojo, que eso no tiene por qué ser malo,baunque tampoco tranquiliza a nadie a falta de solo una semana para recibir al Atlético de Madrid.

La alineación de Manolo González estaba marcada, como toda la pretemporada, por la ausencia de esos fichajes que deben subir el nivel y que se están haciendo de rogar. Así que salieron Dmitrovic en la portería, con Omar, Miguel Rubio, Leandro Cabrera y Carlos Romero en defensa; Pol Lozano y Edu Expósito en el doble pivote; Rubén Sánchez y Antoniu Roca por las bandas; y arriba Puado y Roberto. Nada especialmente raro… salvo que Rubio, que hace un mes sonaba más para salir cedido que para ser titular, apareciera de inicio. Y no porque no lo merezca -en Alemania estuvo muy bien-, sino porque parecía que Calero era el elegido para acompañar al “casi intocable” Cabrera.

En el medio, poca historia: la falta de efectivos deja el margen justito. Y arriba, Roberto parece ganarle la carrera a Kike García, aunque el delantero de Motilla del Palancar, que demostró el tiempo que estuvo sobre el campo que le sobra oficio y se le caen los goles, tendrá minutos y peso seguro durante la temporada. También llamó la atención la suplencia de Jofre y, sobre todo, de Ramon Terrats, al que muchos veían como fijo contra el Atlético… aunque el fallo en la jugada del 2-1 de ayer no le ayudará demasiado. El buen mediocentro cedido por el Villarreal corre el riesgo de que toda la expectación generada con su llegada se le vuelva a primeras de cambio en contra en forma de críticas, lo que sería dicho sea de paso una auténtica injusticia.

El partido sirvió, más que para ensayar, para poner frente al espejo las carencias del equipo. Siguen costando los duelos ante rivales físicos, y hasta los suplentes del Newcastle mostraron un nivel que exigió lo suyo. Eso sí, hubo cosas positivas: Fortuño, que entró tras el descanso, volvió a dejar muy buenas sensaciones y abre debate en la portería; Calero, pese a no salir de inicio, tuvo momentos brillantes; y Dolan y Kike García se combinaron en la acción del empate. El inglés, otro que ya había sido objeto de críticas tras su debut, demostró que tiene cosas que pueden ayudar y mucho este año.

La sensación final es rara: lo que debía despejar incógnitas ha sembrado más dudas. Y mientras tanto, el mercado sigue abierto y Fran Garagarza tiene tres semanas para moverse y traer ese pivote defensivo, un central de jerarquía y a poder ser un extremo que pide a gritos este puzzle. Otra cosa es que, con la toma de posesión de Velocity todavía retrasada, haya margen económico para meter un empujón extra. Ayer mismo, en plena retransmisión, Robert Hernando contaba que pudo hablar unos minutos con Alan Pace, que le confesó, muy sonriente, que ha llegado “a hacer cosas bonitas”. Ojalá empiece pronto. Como explicamos ayer en nuestro programa, el DD perico y el CEO Mao Ye estarán hoy en Burnley para asistir al partido de los Clarets ante la Lazio, y tendrán tiempo para departir con el nuevo propietario del club, que ayer pudo comprobar de nuevo en directo las virtudes y más que defectos, carencias de este equipo.
Lo bueno de todo esto es que hay perfiles distintos y competencia en varias posiciones. Lo malo… que ahora le toca a Manolo González decidir quién empieza la Liga. Y ahí ya no hay ensayos: hay que acertar.
