Nico Melamed era uno de los canteranos más prometedores que ha dado el Espanyol en los últimos años, pero su historia de amor con la grada perica se rompió al no aceptar la propuesta de renovación de la entidad y protagonizar una controvertida salida al Almería. El ex perico se confesó esta semana en El After de Post United. Durante la entrevista repasó su llegada al club, el peso de llevar el 21 de Dani Jarque, los descensos, la rivalidad eterna con el Barça y su recordado cruce con Gerard Piqué. También habló de entrenadores, compañeros y directivos, y no esquivó la polémica que marcó su salida al no renovar. Y, pese a todo, dejó un mensaje que resuena: “Siempre, por mi parte siempre van a estar las puertas abiertas de volver”.
Los orígenes: un torneo y cero dudas
Melamed contó cómo el Espanyol se cruzó en su camino: “Yo estoy en el Cornellà, en la etapa de Alevines… se hacía un torneo de comunidades autonómicas de fútbol siete… y allí nos llevan a cinco del Barça, a cinco del Espanyol… y en ese par del Cornellà me cogieron a mí… hicimos un equipazo… ganamos el torneíto, hice muy buen papel y de ahí me ficha el Espanyol. Recuerdo el día en que me viene a buscar David Fernández, que ahora está en el Barça, y va a hablar directamente con mi madre. No tuve ningún tipo de duda en ir para allí”.
El derbi desde niño: Barça como examen
Desde pequeño, vistiendo la blanquiazul, aprendió que los partidos contra el Barça eran otra cosa: “Siempre, siempre. Eso se inculcó desde bien pequeño… había un paréntesis que era el partido contra el Barça, que era el derbi. El día que te jugabas las castañas era contra el Barça. Desde bien pequeño sabes que el Barça es el rival, que es otro tipo de partido, y que esos jugadores contra los que competías de niño eran los que te encontrarías de adulto”.
Estreno europeo: nervios y debut soñado
Su debut oficial con el primer equipo llegó en la previa de Europa League contra el Lucerna, con David Gallego en el banquillo: “Ese día estaba nerviosísimo… no había pisado el estadio aún… me olía que podía hacerme debutar… me dije: tranquilo, sal ahí, disfruta, demuestra ser tú. Estoy muy contento con cómo fue mi debut, porque incluso tuve un par para marcar. Fue un día muy especial para mí, para mi familia, para mi gente”.
El vestuario: capitanes, Wu Lei y RDT
Melamed se acordó de quienes le hicieron más fácil integrarse: “Los que más me arroparon fueron los capitanes, Javi López y Víctor Sánchez, y Marc Roca, con el que guardo una gran amistad”.
También habló del fenómeno Wu Lei: “Era una barbaridad el recibimiento que tenía en los aeropuertos… teníamos en el vestuario al mejor jugador de China, y no te dabas cuenta de su repercusión hasta que salías de Barcelona”.
Sobre RDT, se mostró contundente: “Para mí, sin duda, ha sido el jugador con más calidad con el que he compartido vestuario. En el campo tenía esa personalidad distinta que lo hacía destacar. En el vestuario, un diez como persona”.
El golpe del descenso en el Camp Nou
Menos grato es el recuerdo del primer descenso: “Aquello fue durísimo… se me pone la piel de gallina… además llega en el Camp Nou contra el Barça. Me sentía partícipe, aunque llevaba pocas jornadas con el primer equipo. Llevaba en el club desde los 11 años y te llega el duelo hasta lo más profundo”.
De la gestión de aquel año, añade: “No sé por qué no se gestionó tan bien el tema de los fichajes… llegaron más tarde de lo que deberían”.
El dorsal 21 de Jarque: orgullo y responsabilidad
El club le entregó el número más especial para todos los perico, ese ’21’ que simboliza tanto entre el espanyolismo: “Recuerdo que estaba en una convocatoria con la Sub-21… me llaman del club y me emociono. Este número no se lo dan a cualquiera. Es un orgullo inmenso… Dani lo llevaba con tanta fuerza y orgullo que dije: esto me lo dan a mí y tengo que demostrar que sé llevarlo. Es una presión bonita, porque es un número que identifica mucho al club y que cualquier canterano sueña con vestir”.
El derbi con Piqué y la expulsión que dolió por el empate
Uno de sus episodios más mediáticos fue el choque con el blaugrana Gerard Piqué, en un 2-2 ante el Barça en el RCDEStadium, en el que ambos se encararon y acabaron expulsados: “Bueno, íbamos ganando en casa con nuestra gente. Yo había salido hace unos minutos, había que defender el marcador como fuera. Recuerdo que es una jugada en la que yo se la doy a Pedrosa, me parece, se le va larga, sacan ellos desde su córner, sacan rápido y pasa Piqué por al lado. Pasó Piqué, o podía haber pasado Pedri o cualquiera, que simplemente me puse delante para obstaculizarle y para que no avanzara más porque no quería que llegaran rápido al área y tenemos que defender el marcador. Y me puse delante y él, al ponerme delante, me dio por atrás. Entonces ahí ya se generó un típico pique de partido. Él tenía amarilla, yo no tenía. Yo creo que, claro, mi versión es que el árbitro sabía que era amarilla para él y que no iba a expulsarlo de él y a mí no. Entonces nos expulsa a los dos y nos vamos. No hablé con él ni nada, ni tampoco tenía ganas. Y me fui al vestuario. Lo que más me dolió fue desde el vestuario escuchar que nos empataron en el último minuto. Eso me mató. Pero bueno, al final estábamos los dos con los mismos jugadores. No había sido que yo hubiera dejado mi equipo un día así”.
No falta la crítica al ex capitán culé y sus constantes menosprecios al Espanyol: “Hay cosas que él hace que para mí no vienen a cuento, porque son ganas de ser protagonista fuera del campo. Y que si eres bueno dentro, demuéstralo dentro y cállate fuera. No hace falta que opines de más del equipo rival de la ciudad, que de hacer comentarios que no son ni ciertos. Al final, si tú tienes comentarios sobre algo que pueden generar controversia o lo que sea, cállatelos. Y más si involucra a tanta gente y haces daño, de verdad, por cosas que no son ciertas”.
Después de ese partido y ese pique con un jugador tan importante en ese momento, provocó ataques por parte de algunos seguidores azulgrana: “En mis redes sociales estuve una semana recibiendo muchísimos mensajes, incluso whatsapps de gente que no tenía ni idea de cómo habían conseguido mi número, mensajes incluso a mis padres. Solo por el hecho del minuto 80 y largo de haberme encarado con Piqué, por una jugada tonta de un rifi rafe. Pero bueno, al final, eso se deja pasar. En la calle también. Gente que me paraba decía, joder, pero al revés. Bien hecho, bien plantado cara. Y yo decía, pero no he plantado cara por querer encararme, ni mucho menos. Es porque en el juego, con la tensión, la adrenalina, los nervios de querer ganar sí o sí, de defender el marcador, hizo que yo, al rebotarme de esa manera, surgieran chispas. Pero yo ni mucho menos quería encararme con este personaje. Yo no quería que se me diera a conocer, que reforzara mi fútbol por eso. Al final, yo quiero que se me reconozca por lo que doy dentro del campo, no por encararme con Piqué”.
Diego Martínez, Luis García y diferencias en el banquillo
Melamed no se mordió la lengua al referirse a Diego Martínez, del que no guarda precisamente buen recuerdo: “Al final si muchos comparten la misma sobre alguien es también por algo. Creo que en su momento no sacamos buenos resultados con él. Hicimos una temporada bastante floja y creo que hubo decisiones por su parte con jugadores como Raúl o como algunos otros que no fueron las adecuadas ni las formas. ¿Él por qué decide no contar en ese momento con Raúl?: Creo que buscaba otro perfil de futbolista. Es cierto que traen a Joselu y todo lo que ha demostrado ya son buenas palabras. Pero en su momento creo que Raúl merecía un gran respeto por todo lo que había hecho en el club y selección y demás. Entonces creo que las formas no fueron las adecuadas”.
Con Luis García, en cambio, todo fue distinto: “Fue un cambio… al principio costó adaptarse, pero luego el estilo fue muy cómodo para nosotros y nos hizo competir en campos donde antes era imposible”.
La noche del Barça campeón en Cornellà
El 2-4 que dio la Liga al Barça en el RCDE Stadium aún le duele por aquella famosa celebración que coincidió con la pérdida de categoría: “Se junta todo… teníamos inmensas ganas de ganarles y ellos de ganar la Liga. Estás en tu derecho de celebrarlo, pero no lo hagas delante de la gente que está jodida por no lograr el objetivo, como nosotros o nuestra afición. Hay que guardar respeto”.
Lesión, operación y desencuentro con la afición
Sobre su operación de hombro, polémica entre algunos aficionados al considerar que se borró del campo cuando su futuro en el club estaba en el aire, se defiende: “Yo en pretemporada es la primera vez que se me sale el hombro, en la pretemporada con Diego y a partir de ahí yo juego ya con hombrera y de hecho en el primer partido contra el Celta que además creo que el partido allí en los juegos de inicio fue en una acción, me chocan, caigo al suelo, se me sale el hombro y ya en el suelo recuerdo que Yago Aspas me viene y me toca así con esa picardía… Yo no fuerzo nada. Doy hasta el punto en que ya no puedo dar más. Son operaciones que hay que hacerlas porque no puedes jugar al fútbol a medio gas. Llegué a un punto en que no estaba a mi nivel y tenía que operarme sí o sí”.
La afición le pitó por no renovar, algo que le dolió: “Fue muy difícil… pero yo aposté mucho por el club que me lo dio todo. Me quedé otro año más, aún jodido del hombro, porque quería devolver al Espanyol a Primera”.
La salida al Almería y las críticas
Melamed agradece a Manolo González que le diese minutos una vez recuperado pese a que muchos aficionados pedían que no jugara porque no había renovado, diciendo que manchaba el dorsal: “La verdad es que Manolo en cuanto a gestión de eso fue ejemplar. Él sintió que debía hacerme jugar, que yo iba a ayudar al equipo y que iba a hacerlo en el momento que tenía que hacerlo. Y él cuando pensó que él necesitaba de mí, me sacó a jugar y yo di lo mejor de mí en el momento que tocaba. Es decir, ni me sentó porque no había renovado, ni hizo que jugara menos porque le decían… No, él hizo lo que él creía que tenía que hacer y al final eso es de valorar y es de agradecer. Y creo que es algo que él tiene muy dentro y es lo que está haciendo que ahora mismo el Espanyol esté en tan buena dinámica también, él es entrenador, él cree, él gestiona el vestuario como él cree y él va a hacer lo que él sabe hacer”.
Su fichaje por el club andaluz generó una gran división en la grada: “Al final cada uno toma las decisiones en su carrera. Yo estoy más que satisfecho, contento y tomé una decisión muy firme en mi carrera, que era venir a Almería. Y es verdad que el Almería en ese momento estaba a punto de descender, pero yo sabía que apostando por este proyecto iba a ser un feliz y así lo soy hoy en día. Y yo sigo apostando por estar aquí porque creo que este es un club maravilloso para seguir creciendo a nivel personal y profesional. Y yo creo que Almería va a ser grande en los próximos años, Y en ese entonces, cuando se me critica tanto por esta decisión, bueno, yo creo que hay que ponerse en la piel del otro también. Y hay que ver lo que haría el otro también, pues siendo yo en ese caso. Entonces cada uno tiene su opinión, la respeto al 100%, pero que se sepa y creo que demuestre hasta el último día, incluso cogiendo el micrófono cuando ascendimos delante de todo el estadio, que yo al Espanyol le voy a tener una estima eterna por todo lo que ha sido y porque me considero un perico más”.
Tras el ascenso, considera que “sentí que había hecho lo que tenía que hacer. Que había vuelto al campo después de unos largos meses de recuperación de hombro, de no poder ayudar al equipo, porque yo lo único que quería, más allá de lo que pasara en el futuro, era estar en el campo para volver al club donde tenía que estar. Y yo una vez demostré y una vez volvimos a Primera división, dije que quería que volviera e iba a hacer todo lo posible para eso. Yo creo que ese momento también fue más de unión, de intentar zanjar ese tema que había estado en el aire tantos meses”.
Muchos le tildaron de “pesetero” por decidir aceptar la oferta del club indálico: “No, al final en ese momento tú te das cuenta de que cuando te presentan un proyecto a nivel deportivo que hay tanta responsabilidad detrás, que ves que es un club que puede crecer tanto, que está haciendo las cosas de una manera buena y estable y que además tu familia te apoya en eso y tal, tienes que ser frío y pensar por ti. Y creo que tomé una decisión desde mi corazón, desde lo que sentía yo en ese momento y sabía que podía ser muy importante era lo que me transmitía el club. Y así lo siento y así lo sentí en el momento en que firmé con el Almería. Porque al final cuando te demuestran que vas a ser importante y que te quieren de verdad en un sitio, tienes que ir para allá”.
También admite que a nivel salarial la oferta del Almería estaba por encima de la de equipos de Primera división: “Sí, eso sí. Eso es uno de los puntos también de ese proyecto que me hizo que me decantara por venir. Pero evidentemente no solo es el dinero que también forma parte de esto, ¿no? Y que es verdad que era superior a todo el resto, pero creo que lo más importante era que me transmitieran la confianza en mí de saber que yo iba a ser un jugador diferencial aquí y que en los próximos años íbamos a hacer grandes cosas en Segunda y en Primera”.
Pese aque muchos creen que se equivocó al cambiar de aires, no cambiaría la decisión que tomó en su momento de marcharse para ir al Almería: “No, para nada. Estoy muy contento, te lo dije antes. Estoy muy feliz con la decisión que tomé de estar aquí. Y creo que es algo que a mí me ha ayudado mucho a crecer como futbolista y estoy feliz y con mucha ilusión de poder hacer grandes cosas aquí en Almería”.
Amor eterno y la puerta abierta al regreso
El final de la entrevista dejó la frase más esperada: cuestionado por qué siente por el Espanyol a día de hoy, se sincera: “Pues amor, la verdad. Le tengo mucho cariño y sé que va a ser quizá el club de mi vida o quizá el club en el que me haya sentido más acogido. ¿Si me plantearía volver en un futuro si se diera la opción?: “Siempre, por mi parte siempre van a estar las puertas abiertas de volver”.
Un mensaje que, pese a todo lo vivido, conecta de nuevo con un sentimiento perico que a tenor de las mismas, nunca desapareció.