El Espanyol ha arrancado la semana con una sonrisa de esas que no se ven desde hace tiempo. Ganar en Balaídos no es poca cosa, y menos tal y como está la Liga. El 0-2 ante el Celta ha sido algo más que tres puntos: ha sido un respiro, un chute de energía y una confirmación de que este equipo, pese a todo, sigue muy vivo. Pero ojo, que nadie se despiste. El vestuario, al menos por lo que ha transmitido Omar El Hilali, tiene los pies bien pegados al suelo.
El joven lateral, que este año se ha ganado galones a base de rendimiento, no se ha mordido la lengua en la rueda de prensa previa al partido contra el Getafe. Y es que ese duelo, que se jugará en casa este viernes, tiene pinta de ser otro de esos partidos que marcan el rumbo de una temporada.
“El equipo está centrado solo en ganar”, ha dicho, cuando le han preguntado si cree que con una victoria más ya se podrá hablar de salvación. Nada de cuentas, ni de mirar el calendario con la calculadora en la mano. “Los puntos que pueda marcar la permanencia no lo tenemos en mente”, ha dejado claro.
La mentalidad del grupo ha cambiado, y eso se nota. Ahora, según el propio Omar, se sienten “capaces de competir de tú a tú ante cualquier rival”. Nada de complejos, ni siquiera fuera de casa. “Vamos con esa mentalidad, salimos a por el partido desde el minuto uno”, ha explicado con la seguridad de quien sabe que está haciendo bien su trabajo.
Y hablando de partidos… ¿mejor abrir jornada o cerrarla? “Me da igual. Mientras ganemos, como si nos toca jugar en martes”, ha soltado con una naturalidad que ha arrancado alguna sonrisa en la sala de prensa. Porque sí, este Espanyol está en modo supervivencia, pero también ha recuperado el alma.
Cuando las cosas iban mal —y han ido muy mal—, Omar ha querido poner en valor la unión del grupo: “Todos hemos trabajado mucho y sufrido. Y lo hemos hecho juntos”. Nada de salvadores individuales, aquí la historia va de equipo. “Cuando el equipo estaba mal, siempre lo vi entrenar con muchas ganas e ilusión para sacar esto adelante”, ha añadido.
Y en medio de todo este buen momento, Manolo González sigue haciendo de guía. El mensaje del míster, según Omar, es claro: “Que sigamos igual, con los pies en el suelo y sin crecerse”. Vamos, lo que viene a ser no fliparse, porque “el fútbol te pone rápido en tu sitio”.
La clasificación, por supuesto, está ahí. Y aunque digan que no la miran… “Si te digo que no, te mentiría”, ha confesado con una media sonrisa. Pero también ha insistido en lo que repiten todos dentro del vestuario: “Si nosotros ganamos, da igual lo que hagan los rivales”.
El sufrimiento, eso sí, aún no se ha acabado. “Desde el principio estábamos mentalizados de que nos tocaría sufrir”, ha reconocido. Pero lo bueno es que ahora, además de sufrir, también están disfrutando. “Estamos mucho más tranquilos y mandando un mensaje de ilusión a la afición”, ha dicho con orgullo.
Y hablando de la afición… El viernes se juega en casa, en un horario que no es precisamente el más cómodo. Pero Omar lo tiene clarísimo: “Nuestra gente nunca nos ha fallado. Ya se ha visto en partidos entre semana que había una gran entrada. Les necesitamos y creo que el viernes tampoco fallarán”.
En lo personal, lo que más le ha dolido en esta temporada ha sido imaginarse el descenso: “El poder verte en Segunda. El Espanyol tiene mucha historia y ha de estar en Primera”. Ese pensamiento, ha reconocido, le daba rabia e impotencia. Pero ahora ya no se trata de imaginar, sino de actuar: “Depende de nosotros y hemos de asaltar la salvación lo antes posible”.
Y para rematar, preguntado por las declaraciones de Iago Aspas tras el partido ante el Celta, El Hilali ha pasado del tema con una elegancia desganada: “Me dieron igual. Me enteré de ellas un par de días después. Me da igual lo que diga, lo importante es que nosotros nos llevamos la victoria”.
Así está el Espanyol: concentrado, sin distracciones y con la vista puesta en un solo objetivo. Este viernes hay otra final, y parece que todos —afición incluida— ya saben lo que toca.