El RCD Espanyol se enfrenta a una situación delicada tanto dentro como fuera del terreno de juego. Mientras Manolo González y sus jugadores se preparan para el crucial duelo de este sábado contra el Leganés, los despachos se convierten en el epicentro de una lucha paralela: la necesidad de reforzar una plantilla que está mostrando carencias en todas las líneas.

El club, sin embargo, está atado de manos por el límite salarial. Joan Fitó, director financiero, fue claro en la última Junta de Accionistas: “No hay margen para hacer operaciones en el mercado invernal”. Pero la realidad deportiva obliga a buscar soluciones, y la única vía posible es aligerar la masa salarial mediante la salida de algunos jugadores.
Dos vías para liberar espacio
La “operación salida” liderada por Fran Garagarza se enfrenta a un doble escenario: traspasar a futbolistas que no cuentan para el entrenador o finalizar de manera anticipada algunas cesiones realizadas en verano. En el primer grupo destacan algunos nombres como los de Fernando Pacheco, Pere Milla y Salvi Sánchez.

Pacheco perdió mediada la pasada temporada en Segunda su lugar bajo palos, y a la vista de que eliminado el equipo de la Copa y con pocas opciones de tener protagonismo dada la eclosión de Joan García se había especulado con la posibilidad de su marcha. Pere Milla, quien ha tenido pocas oportunidades esta temporada, se ha convertido en uno de los jugadores más señalados por la afición. Aunque no es en absoluto el principal responsable del mal momento del equipo, su relación con parte de la grada es tensa, y su continuidad se antoja complicada. Osasuna ha mostrado un leve interés, pero su entorno descarta nada concreto por ahora. Por otro lado, Salvi Sánchez, otro fichaje del primer mercado de Garagarza que no ha cumplido las expectativas, no ha disputado ni un minuto en Liga y ha sido excluido de varias convocatorias. Su situación parece sentenciada pero al igual que sucede con otros nombres candidatos a dejar el club, la dificultad radica en que encuentren una opción que les ofrezca lo mismo deportiva y económicamente que el Espanyol, algo que de momento no ha sucedido.

En cuanto a las cesiones, hay jugadores que sin haber brillado tampoco a gran altura sí se han ganado por haber mostrado regularidad que no se discuta su continuidad como Álex Kral y Marash Kumbulla. Diferente es el apartado goleador: pese a que aportación a nivel numérico es pareja, respecto a Irvin Cardona, Walid Cheddira y Alejo Veliz únicamente se ha venido especulando con la posible salida del argentino si el Tottenham, club propietario de sus derechos, le encontraba un destino más idóneo, aunque su entorno filtra que su intención es que acabe el curso como perico. Quien no cuenta es Naci Ünüvar, lo que lo coloca como un candidato propicio para salir.

Una solución parcial
Hay que matizar que incluso si se logra concretar alguna salida, algo que en estos momentos no está para nada claro, el Espanyol no tendrá libertad total para reinvertir lo ahorrado en nuevos fichajes. La normativa impone que solo una parte del ahorro derivado de una baja puede destinarse a refuerzos, lo que implique que cualquier incorporación llegue en forma de cesión o como agente libre con una ficha tremendamente ajustada.

La situación actual deja claro que cada decisión en los despachos será crucial para determinar las posibilidades del equipo en su lucha por la permanencia. Con Pablo Ramón como único refuerzo hasta la fecha, y siendo el mallorquín una apuesta más de futuro que de presente y de rendimiento inmediato a causa de su lesión, el Espanyol necesita un giro de timón inmediato en su “operación salida” si quiere llegar al final del mercado con opciones reales de fortalecer su plantilla.
