Decía en mi artículo del pasado sábado que el problema económico del Espanyol es financiero, en cuanto a que, aunque el club pueda dar señales de recuperación y esté en condiciones de ir rebajando deuda y dar ‘beneficios’ –sobre el papel-, las necesidades de tesorería y los pagos a Hacienda imposibilitan el día a día. Además el club no tiene capacidad para refinanciar los compromisos por las ataduras del crédito sindicado y por no poder dar garantías al estar todo el activo del club pignorado.
¿Qué hacer entonces? Una solución para estabilizar la economía del club sería una ampliación de capital, pero la última ya demostró que los accionistas no están por la labor. Otra podría ser una gran entrada de dinero a corto plazo, pero ni parece que vayamos a dar un ‘pelotazo’ haciendo una gran venta ni somos un claro aspirante a jugar la próxima Champions, más teniendo en cuenta las noticias que van llegando en el plano deportivo y que no son, precisamente, halagüeñas… Aunque la gestión económico-deportiva nos ha mantenido a flote haciendo verdaderos milagros, no podemos seguir eternamente vendiendo solo para pagar deudas y fiarlo todo a que los fichajes a coste cero salgan ‘buenos’. Esa no es la mejor manera de dar el salto de calidad que necesita el club y reclama la afición.
Entonces parece que el margen de elección es pequeño, sobre todo cuando los máximos accionistas han dejado clara su intención de vender. Llegado a este punto, los seguidores, socios y accionistas debemos reclamar más transparencia en la venta, porque aunque las acciones tienen dueño el club es de todos.
El proceso de venta del Levante, un club que ha pasado hasta por un concurso de acreedores, me ha parecido mucho más ejemplar que el nuestro. Entre otras cosas porque a las reuniones en las que se decidió la venta asistió un ‘Sindicato de accionistas minoritarios’, que debe ser algo así como nuestra APMAE. En esas reuniones se pusieron las condiciones sociales que debía cumplir la posible la venta: que no se cambiarán los colores del club; que no saliera de la ciudad, etc. etc.
Desconozco si la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas pone algún tipo de limitación o cláusulas de salvaguarda a la venta de un club de fútbol que respeten el papel de las minorías, por eso me parece una gran idea la de la APMAE de organizar un coloquio monográfico sobre la venta del club en los próximos días. De ese coloquio debería salir el compromiso de exigir unos mínimos que garanticen que los socios y accionistas de a pie puedan opinar sobre el cómo, ya que en el porqué y en el cuánto está claro que poco podremos decir.
Y si al coloquio asisten accionistas de referencia que den su opinión sobre la venta y sus consecuencias, aún mejor.