Vivir deprisa. Así transcurre nuestro día a día. Aunque lo intentamos, tenemos poco tiempo para reflexionar. Escribir este artículo es un buen ejercicio que contribuye a la calma. Espero que leerlo, también. Ahora, hagan una pausa y pónganse las notas del Canon en D de Pachelbel, una de las piezas clásicas barroca más bonitas que escribió este compositor alemán. Destapen la mente a la esperanza.
El domingo se juega quizás uno de los derbis más desiguales en mucho tiempo. Las diferencias entre Barça y Espanyol son abismales. Si echamos un vistazo a lo estrictamente deportivo, las cifras y récords del equipo culer, ya nos tendríamos que poner a temblar. Y si echamos cuenta de lo económico, los números son aplastantes. Y ya no hablemos del poderío mediático y la colonización escolar.
No se amarguen queridos lectores pericos. Déjense llevar por la progresión armónica de las notas de Johann Pachelbel. Saquen pecho. Los pericos ganamos en algo que su poder no puede comprar: el sentimiento. Así que busquemos nuestras propias razones para creer que mañana domingo podemos sacar algo positivo de allí.
Pasión. El derbi es uno de los partidos que los pericos viven con más emoción, ineludible en el calendario futbolero, y que se afronta con vehemencia. Algunas citas memorables hacen revivir esta pasión una y otra vez al recordarlas: el Tamudazo o el Delapeñazo, por ejemplo.
Fe y esperanza. Si la partitura del compositor alemán trasciende el sentido mismo de la música, la fe perica trasciende más allá de la lógica del fútbol. Se transmite entre generaciones, con independencia de contextos deportivos y económicos.
Lucha y entrega. Aunque se supone que los jugadores son profesionales y se toman en serio su trabajo, un derbi es un derbi. En este partido se les exige, si cabe, un esfuerzo extra de perspicacia grecoromana.
Espíritu y orgullo. A pesar de las estadísticas en contra, los nuestros visitarán el campo del líder con el ánimo, el valor y el aliento que caracteriza el particular orgullo perico.
Resignación. Y si después de todo, salimos de allí con un carro de goles, nuestra tolerancia al dolor y la paciencia en las adversidades nos harán soportar lo que haga falta durante toda la semana. Pero… señores, pongan música para la esperanza a su vida. Vienen los Reyes.
Abran el baúl de los sueños.