Otra vergüenza más. Suma y sigue. No sé cómo afectará todo esto a las renovaciones de socios de cara a la temporada que viene. Los ánimos están encendidos y el contexto de vida que nos rodea no es nada favorable. Si le sumamos la preocupación futura de nuestros trabajos y sueldos, la posible o no asistencia a los estadios no sé cómo afectará a la intención de renovar nuestro sentimiento con el club. Yo hace tiempo que ya di orden de seguir al pie del cañón. Mi sentimiento blanquiazul no me lo va a quitar nadie.
Del partido mejor hablar poco. Parecía un encuentro de waterpolo o balonmano por tocar el balón con las manos y encima dentro del área. Dos penaltis en contra y dos goles más al saco. Apaga y vámonos. Qué aburrimiento. Encima de la vergüenza del descenso, los socios debemos seguir aguantando los tópicos en ruedas de prensa durante toda la semana. Tópicos que no sirven de nada a nivel deportivo y sirven de mucho para enfadar aún más a la afición.
Las tertulias van llenas de qué hacer la temporada que viene. Quién debe irse, quedarse, el nombre del próximo entrenador, etcétera.
Solo espero que en las dos próximas jornadas de horario unificado no haya cambios y que nuestro Espanyol juegue a la misma hora que todos los otros partidos. Si es así, no los veré. Lo que estamos viviendo es indigno y la única manera de protegerse y no sufrir es mirar hacia otro lado. Ya saben el dicho “ojos que no ven, corazón que no siente”.