Los momentos difíciles se han alejado. En las aguas del Espanyol de Vicente Moreno ahora reina la calma. Tres partidos seguidos sin lograr la victoria en noviembre hicieron temblar todos los cimientos, todo parecía irse al garete. El entrenador no servía; los jugadores, mercenarios y el año que viene, otra vez, en el infierno. En cambio, ahora todo eso ya no está: son cuatro triunfos al hilo, tres porterías a cero y apenas un gol encajado. En esa trayectoria el equipo ha cambiado, ha sabido adaptarse a lo que ahora le pedía la categoría. La entrada en el once de Nico Melamed es una de las noticias más positivas del Espanyol en el año 2020: su descaro, su facilidad para el desborde, la lectura prodigiosa del juego en su cabeza ha hecho evolucionar al equipo. Menos nervioso en ataque y con una amplía paleta de recursos con el ‘33’ sobre el verde. La titularidad de Keidi Bare es otro motivo de alegría perica. Con él en el terreno de juego, el Espanyol es un equipo mucho más seguro. El albanés abarca mucho campo, su capacidad para encadenar esfuerzos es encomiable y su intensidad contagia al resto de compañeros. Es un factor muy importante, pues la velocidad de reacción de Keidi permite al Espanyol vivir más seguro durante el desarrollo de los partidos. Un centro del campo que en tiempos pasados se había caracterizado por ser demasiado tierno, por reaccionar tarde a situaciones que se le presentaban, ahora se ha adaptado como nadie a las necesidades que le ha presentado la Segunda. De ahí la importancia de Keidi: probablemente no es el centrocampista más técnico que ha vestido la camiseta blanquiazul, pero sí el que más se necesitaba en estos momentos. Su sacrificio ha permitido que, por ejemplo, ante la UD Logroñés, Sergi Darder pudiese brillar y se centrara en la creación. Lo hizo, fue el jugador perico que más ocasiones generó (3) y se llevó como premio un gol en una estupenda llegada desde atrás.
El momento ahora es ideal. Restan dos partidos para terminar el año, uno de Copa del Rey ante el Llagostera, y otro de Liga Smartbank como local frente al Almería. Dos, a priori, escenarios con los que cerrar el año con una sonrisa. Un año horrible, un año no para el olvido, porque no hay que olvidar lo que ocurrió para poder construir desde ahí, pero un año demasiado doloroso. Una mancha que siempre se encargarán de recordar aquellos que lo vieron desde el otro lado, pero una oportunidad para resarcirse, para sanear, para valorar. El equipo es el máximo goleador de las dos principales divisiones del fútbol español y su camino para regresar allí dónde merece estar es firme. Solo restan 24 partidos más.