“La plantilla es casi la misma del año pasado”. Esta ha sido, seguramente, la frase que más hemos oído los pericos desde el club tras el cierre de mercado de fichajes. Y, en cierta medida, no les falta razón ya que solo han llegado dos caras nuevas, si no contamos los cedidos que han regresado y los canteranos que han subido del filial. Ante esta afirmación, gran parte de la afición considera que este plantel es inferior al del curso pasado, aunque, por contrapartida, Rubi puede sacarle mucho más rendimiento que Quique Sánchez Flores. Y coincido totalmente con ellos.
Pero más allá de la ausencia de fichajes, hay otro tema que a mí personalmente me ha entristecido más. La salida de algunos canteranos. A la hora de pensar en un futuro ilusionante, la mayoría de espanyolistas coincidimos en que este pasa por tener una buena base de futbolistas criados en la Dani Jarque, completando el equipo con nacionales de nivel y algún extranjero que marque diferencias. Esta afirmación la llevamos escuchando desde la época de N’Kono y Lauridsen, y lo logramos con la quinta de la Intertoto con la que volvimos a ganar una Copa del Rey. Pero cuando más cerca estábamos de volver a esa filosofía, por los motivos que sean, hemos dado un paso atrás. Creo que hemos perdido una oportunidad histórica para vivir ese sueño canterano. Al menos el que yo he soñado muchas veces.
Y me explico. Marc Roca ha debutado en una convocatoria con la selección sub-21, mientras que David López y Sergi Darder estaban en la prelista de Luis Enrique. Tres jugadores con ADN perico, que han de ser intocables en el once de Rubi, están seguidos por los seleccionadores nacionales. Pero hay más. Pau López ha sido convocado por primera vez con la absoluta, Gerard se ha quedado cerca y Aarón ha repetido con la sub-21. Y los tres también habrían sido importantes en el nuevo proyecto perico. ¿Se imaginan los seis en el once titular de Rubi y siendo seguidos por los seleccionadores?
Y las culpas habría que repartirlas a partes casi iguales. Los que se han ido lo han hecho porque han querido. Y esto me preocupa. Con Pau se equivocó el club al no renovarle en su día, mientras que Gerard y Aarón vieron con buenos ojos marcharse ante el estancamiento del proyecto. Pero yo me pregunto. ¿Por qué un canterano se quiere ir del club que se lo ha dado todo? Seguramente algo habrá hecho mal la entidad para que tres futbolistas con su futuro apuesten por seguir creciendo en otros sitios. Es cierto que, de momento, no podemos competir con los sueldos ni los proyectos deportivos que les ofrecen, pero en el fútbol aún hay casos de que no todo es dinero. Mientras tanto, yo seguiré esperando que algún día se cumpla mi sueño canterano.