Dije en el último artículo que veía a este Espanyol solamente por detrás de seis equipos -Madrid, Barça, Atlético, Sevilla y valencia-. A este primer vagón del tren será muy complicado subirse en un futuro cercano. Hay que dar gracias al señor Chen por conseguir haber hecho una plantilla que cuesta lo suyo. Los salarios han aumentado sustancialmente en muy poco tiempo. Pero no solo el nuevo propietario ha sido el culpable de este aumento, sino que la irrupción de los derechos televisivos han sido decisivos en este affaire.

Siendo las cifras, en un principio, veía casi insostenible la masa salarial pagada a la plantilla en el medio plazo y, además, veía casi imposible poder competir con el primer vagón del tren de la liga y mi pensamiento era “¿Tanto esfuerzo, de qué valdrá?”. Entonces, hablando con integrantes de otros clubs –humildes en tiempos pretéritos-, me di cuenta que, el tema sobre la inflación de salarios, no era un hecho aislado de este nuevo proyecto perico, sino que era una tónica que se había dado en la mayoría de clubs españoles.

Sin embargo, y a pesar de que los nuevos ingresos habrán satisfecho a muchos clubs, la desigualdad sigue existiendo. La brecha entre clubes potentes y menos potentes es la misma o mayor que años atrás, y la capacidad para acometer fichajes sigue siendo la misma que antes. Se ha podido ganar competitividad con otras ligas menores pero sigue sin haber una competencia leal. El pescado, contrariamente a la segunda división, está vendido antes de iniciarse el campeonato con escaso margen para la sorpresa. A toda esta dictadura de los poderosos, hay que añadir otro agravio que sufrimos el resto de individuos de esta sociedad.

Hay concretamente tres equipos, ahora mismo, en la primera división, que juegan con otras reglas del juego. Tres equipos vascos que no han de hacer el mismo esfuerzo económico que el resto de equipos. Es un hecho del que no se habla demasiado, sobre todo, porque quizás sean equipos y una sociedad –es de agradecer-sin demasiadas ambiciones expansionistas de querer abarcar demasiado, pero me parecen hechos irrefutables de nuestra Liga.

Dicho esto, las cosas se demuestran en el verde y es únicamente ahí donde debemos reflejar si somos merecedores o no de estar a un puntito de ese primer vagón. Ya nos sacaron los colores en el debut de esta temporada en Cornellà. Estamos ya avisados. Tenemos que creérnoslo, sí, pero también tenemos que ganarnos el derecho a creer en nosotros mismos.