Mi recordado amigo Norbert, cuando estábamos viendo un encuentro de fútbol, decía en muchas ocasiones: “este partido ya lo he visto antes y acaba…”. No siempre acertaba, pero es cierto que a veces los encuentros parecen responder a patrones que se repiten. Es lo que todos experimentamos el pasado miércoles en ‘Corneprat’ cuando Diego López paró el penalti. En ese momento, afición y jugadores -también los rivales- nos dimos cuenta de que aquel lance había cambiado el encuentro y que nos lanzábamos de forma inexorable a por la victoria. Fue cuando el estadio puso toda la carne en el asador para rematar a los prepotentes culés, y funcionó.
Esta temporada se está convirtiendo en un calco de la anterior. Como en la pasada, el equipo llega al ecuador de la liga habiéndose ‘encontrado a sí mismo’. Estamos en el mejor momento de la temporada y sigo pensando que en los planes de Quique, un loco de los datos y las estadísticas, estaba previsto que la segunda vuelta sería mejor.
La confluencia de varios factores le ha cambiado la cara al equipo. Se han recuperado jugadores; se ha situado correctamente a algunos cuyo rendimiento es muy superior en su posición ‘natural’ y otros han impuesto su presencia a base de esfuerzo, como Sergio García. También ha habido jugadores que por fin han aparecido, respondiendo a la calidad que se les suponía, como Granero, que empieza a ser una pieza clave en el equipo de QSF. Y lo que es tan importante o más, se han solucionado males que parecían endémicos, como acertar con los centrales y taponar el coladero del lateral derecho; hasta Dídac Vilà ha podido poner su granito de arena en la recuperación anímico-deportiva del equipo con sus buenas actuaciones. El equipo ha crecido y mira hacia arriba sin vértigo.
Además, Quique ya ha gastado ‘el comodín del público’ y sabe que a partir de ahora tiene que arriesgar e ir a por los partidos porque la afición no tolera más tropiezos inesperados. El equipo tocó fondo frente al Girona y ahora que ha mostrado su mejor cara venciendo a los líderes de LaLiga, entre otros, sabe lo que espera la afición periquita de él. En esta segunda vuelta creo que se escaparán pocos puntos de casa y seremos capaces de imponernos a esos que señalan como ‘de nuestra liga’ para situarnos pronto entre los 8 ó 10 primeros y competir en esa ‘liga bonita’ que dice Quique. Empezamos la segunda vuelta con la gasolina de la confianza a tope y bien situados en la parrilla.
En otro orden de cosas, se confirma la creación de una nueva estructura del club con dos grandes áreas: una de gestión (Área Corporativa) y otra deportiva, eliminando la figura del Consejero Delegado. La deportiva, como ya sabemos, la lidera Oscar Perarnau y para la de gestión se ha elegido a Roger Guasch que hasta ahora dirigía el Liceo y que se incorporará de forma gradual. Sin prejuzgar su capacidad, más teniendo en cuenta su dilatada experiencia al frente de grandes empresas, me parece un error no incorporar a alguien que conozca bien el mundo del fútbol que tiene sus mecanismos propios. Y puestos a pedir, y aun a costa de parecer un romántico, preferiría que al frente del club siempre hubiera un perico. Representar al Espanyol en Catalunya exige pisar muchos callos y es necesario un compromiso y una convicción que va más allá de la simple profesionalidad.
PD. Es patético el papel de pelotas del Barça que se obstinan en desempeñar la mayoría de medios de comunicación magnificando siempre lo negativo del Espanyol en los derbis. Espero que les amarguemos la fiesta superando la eliminatoria. De todas formas, el club haría bien en tomar nota de ciertas actitudes.
