‘Año nuevo, vida nueva’ es un dicho popular que significa que con todo inicio de ciclo se abren nuevas oportunidades. Todos nos marcamos como propósito mejorar las asignaturas que no hemos aprobado, y los que han cumplido sus objetivos, si son ambiciosos, siempre quieren un poco más. Como tú, amigo perico, durante el año tengo mis días buenos y no tan buenos, y como tú, disfruto de grandes momentos como la clasificación para la Europa League y también me deprimo y preocupo con otros como las muchas derrotas en el RCDE Stadium… Me alegro y sonrío con el empate en el derbi o con el fichaje de Raúl de Tomás, planifico cosas en clave perica, me lamento cuando no acabamos de ofrecer una buena imagen en Copa… Pero, sobre todo, miro al futuro de mi Espanyol con ilusión, aunque, no nos engañemos, no hay ninguna nueva vida con el cambio del año, ya que nos persiguen las decisiones que hemos tomado en el pasado y sus consecuencias. Y algunas de ellas, o bastantes, han sido muy erróneas. Pero estamos en el camino para empezar a cambiarlas.
Aún así, me abrazo al deseo de algo verdaderamente distinto. Lo espero y, como todos los espanyolistas, en estos momentos, este no es otro que la salvación. Es mi esperanza. Y cada vez creo más en ella. En solo dos semanas que llevamos de 2020 las sensaciones son muy distintas. Mucho más positivas. La llegada de Abelardo ha sido una bocanada de aire nuevo que empieza a transformar el pesimismo en optimismo. La imagen ofrecida en el derbi, en el que después de muchos años nos quedamos con ganas de seguir jugando, demostró que este equipo quiere salvarse. Y lo más importante, que puede hacerlo. Una de las cosas que le faltaba era gol y este ya está aquí. El fichaje de Raúl de Tomás ha sido una bomba y hace que los rivales dejen de vernos como un equipo sin gol al haber fichado a uno de los delanteros más pretendidos durante el pasado verano. El club no va a escatimar esfuerzos para seguir en Primera y está trabajando en la llegada de más refuerzos. Pero la afición tampoco lo hará. Se va a dejar la vida por estos colores.
El perico se conforma con poco y estas tres cosas le han hecho cambiar su estado anímico. Ya vemos el futuro muy distinto y la luz del final de túnel ya empieza a vislumbrase con algo de claridad. Pero sabemos que habrá que sufrir, luchar y que todos tendremos que poner de nuestra parte. Y se hará. La primera demostración de que todo se ve distinto es el desplazamiento a Villarreal. La iniciativa de subvencionar el desplazamiento en autobús ha sido muy bien recibida y esta mañana se espera que se acaben las pocas entradas que aún quedan a la venta. La Cerámica volverá a ser blanquiazul y se vivirá uno de los desplazamientos ligueros más masivos en clave espanyolista. No sería extraño que unos 2.000 pericos se desplazaran el próximo domingo a tierras castellonenses.
Pero con el año nuevo no todo cambia. Por suerte, el Espanyol B sigue con su gran dinámica y supo reaccionar a la perfección a la derrota de la semana pasada en el derbi. Con su triunfo en Andorra, los de Gay alcanzan la segunda plaza en la clasificación y se sitúan a dos puntos del líder. ¡Estos que no cambien nada! La otra cara de la moneda, la que tampoco ha variado con el nuevo año y debería hacerlo urgentemente, es el Femenino A. Las de Jordi Ferrón han perdido los dos partidos disputados en 2020, ambos en casa, y siguen escribiendo las páginas más tristes de la historia del fútbol femenino perico. Con solo tres puntos sobre 45 disputados, y con los puestos de salvación a nueve puntos, el año nuevo, si no reaccionan rápido, les dejará muchos momentos de tristeza durante sus 366 días, por muy pocos de felicidad.