Partido para olvidar ante el Cartagena. O, como considero que hay que hacer las cosas, para no hacerlo con tal de no cometer los mismos errores más adelante. Cinco cambios en el once de un Vicente Moreno que no supo (o pudo) mantener al equipo enchufado tras el ascenso en un encuentro que mostró las vergüenzas del equipo ante un rival que pelea por salir de la zona baja ¡de Segunda! No quiero ni imaginar que puede pasar la próxima campaña contra rivales como el Sevilla o el Villarreal.
Si algo quedó claro en el duelo ante los de Luis Carrión es que Rufete tiene trabajo por delante de cara a la confección del Espanyol de la próxima campaña. Lo sabíamos, ya que Vicente Moreno apenas ha contado con más de 12-13 jugadores a lo largo del curso, pero hasta que no lo hemos visto –o recordado– no hemos abierto los ojos. Le daré el beneficio de la duda a un Oier que falló, pero al que apenas pudimos ver, aunque a otros jugadores sí que hay que enseñarles la puerta de salida. Óscar Gil sigue sin dar el nivel, Calero continúa sin convencer debido a su tibieza al choque, Wu Lei está cada día más perdido y Dimata demuestra que no está para mucho más que no sea arrastrar centrales, bajar balones y provocar faltas. Son cuatro jugadores que, si no acaban de rendir en la categoría de plata, ¿cómo lo van a hacer en la élite?
Por contra, me gustó Vargas. Lo poco que hizo, lo hizo bien y sigo pensando que aún puede aportar, aunque da una de cal y dos, siendo generosos, de arena. Al menos se va a nacionalizar y dejará una plaza de extracomunitario libre.
El Espanyol estaba de resaca, pero no se puede permitir lo de esta jornada. Y si esto es lo que nos espera la próxima campaña, pongan en marcha el desfibrilador porque va a tocar sufrir. Espero y confío que no sea más que un tropiezo fruto de la relajación post euforia tras el ascenso, pero ello no quita que la segunda unidad haya naufragado y que el equipo se tenga que reforzar.
Pido a la dirección deportiva que haga un esfuerzo y traiga al menos un jugador por línea. Porque si hay algo que me da miedo es que el Espanyol se convierta en un equipo ascensor. Es lo peor que nos puede pasar. Evítenlo