Ya se han jugado doce partidos y el balance de lo que hemos vivido hasta ahora no puede ser más que positivo, y no solo por los resultados, sino por la manera como se han conseguido. Todos nos sentimos alegres y contentos y con la esperanza de que se siga hasta el final de temporada, aunque también sabemos que todos los equipos pasan por momentos difíciles y que ese momento todavía no ha llegado. No quiero llamar al mal tiempo, pero el cansancio, las sanciones y las lesiones entran dentro de lo posible y no quiero hablar de si un jugador (Hermoso) pudiera recalar en otro equipo en enero, cosa que debilitaría la plantilla.
Quizá fuera de Cornellà ha habido dos momentos puntuales contra Valladolid y Sevilla que, sabiendo que ganando el equipo se ponía en lo alto de la clasificación, hubo una presión añadida. Incluso el mismo míster hizo un par de cambios contra el Valladolid que sorprendieron a todos por ser contrarios a su idea de fútbol, pero entiendo que igual había que hacerlos para conservar los tres puntos, aunque al final solo fue uno, que no está mal. Contra el Sevilla sí que fueron ofensivos cuando a lo mejor desde fuera deseábamos todo lo contrario. Pero en cualquier caso, máxima confianza hasta el final.
En la Copa no podemos estar muy satisfechos con el resultado aún sabiendo que hay un partido de vuelta y que se puede dar la vuelta con cierta tranquilidad. Veremos si la alineación es más o menos la de la ida o Rubi buscará hacer una mezcla de habituales y los que tienen menos participación en la Liga para intentar el pase a la siguiente ronda en una competición que a los pericos nos gusta mucho.
