Una semana más o una semana menos según se mire. Una semana más palmando y firmando el peor inicio como local de la historia de la Liga, bien chicos, felicidades por otro récord. Una semana más con el entorno dando hachazos a diestro y siniestro, debo reconocer que si bien en vivo y retransmitiendo el señor Vía fue muy duro, luego algo más calmado y delante del teclado fue más comedido. Desconozco si leyó mi columna anterior, pero me alegro que se expresara sin la bilis de su a veces gemelo De Haro, uno de los tíos más dañinos para el club que han existido. Por momentos creo que es un infiltrado suizo… Lo malo de una club de fútbol es cuando toma el poder el vestuario, que pregunten en ‘Suizolandia’, cuando eso sucede es difícil revertir la situación. Tamudo, Luis García y amigos saben de lo que hablo. Con Rubi había sintonía y con Gallego no, eso está claro digan lo que digan unos y otros. La plantilla aceptó, cuando Quique, el papel de apagafuegos de David pero cuando ha tenido plenos poderes no sé porqué pero no le han creído. Xavier Bosch puso en alerta al culerismo detallando “fil per randa” como el equipo de los turistas está comandado por los jugadores, aquí parece ser lo mismo, pero a Chen las tormentas le pillan durmiendo. Lo de la afición es digno de estudio, aunque el nombre que más se asemeja a ello es bipolarismo.
El día del Valladolid se pasaba del aliento a pleno pulmón a los pitos en un chasquido, somos una afición llena de pequeños Kanye West. Me explico, Kanye es uno de los mejores artistas de rap o música urbana del mundo actualmente. Sufre un trastorno bipolar y de ahí que nos compare con él. Es un genio, un músico extraordinario y un productor a la altura de pocos, pero muchos se quedan con sus declaraciones fuera de onda o su extraña amistad con Trump. Si nos fijamos en su obra es el Picasso de la música actual. Uno de sus últimos trabajos parece detallar la actualidad perica. Seguramente West no conoce de nuestra existencia, pero su disco ‘Kid Sees Ghosts’ es la banda sonora de estos días en Can Ràbia. Empieza el disco con ‘Feel The Love’ como empiezan en Cornellà los encuentros, con la grada entonando a pulmón el amor por el club. Tras esto llega ‘Fire’, es decir, el incendio que provoca en la grada los goles rivales y la parsimonia local. Después de esta ‘4th Dimension’, que es donde parece meterse el equipo en los quince minutos de descanso. Y tras ello saltan liberados en unas segundas partes antagónicas que pretenden arreglar el desastre, de ahí el corte ‘Freeee’, con lo que el equipo parece otro. Vaya casualidad, Kanye entrega ‘Reborn’ y así estamos, con una Guerra Civil entre manos que ni Los Vengadores de Marvel van a poder solucionar sin derrame de sangre. Lo único seguro es que todos, jugadores, cuerpo técnico y afición debemos unirnos.