El partido de Copa volvió dar minutos a jugadores que están entrando poco en la dinámica competitiva y, sin ser un partido para la posteridad, pudimos comprobar que tenemos plantilla suficiente para completar un buen año. No hay mejor vitamina para un entrenador que comprobar que los menos habituales están en forma y con hambre. Es probable que para el aficionado común –y el no tan común-, este hecho ni le vaya ni le venga y no le dé demasiada importancia, sin embargo este hecho es un síntoma positivo.
Por ejemplo, vimos una pareja de centrales que, con ritmo de partidos, pueden dar competencia y solvencia a la zaga. Hay que tener en cuenta que los centrales, normalmente, son, debido a sus características físicas, a quienes más les afecta la inactividad. Además, me gustaría ver un día a Duarte ahí quien, por colocación, responsabilidad y salida de balón seguro que no flaquearía. En la creación, Sevilla debería tener más peso en el juego del equipo, sobre todo en los partidos de casa. Montañés para jugar a la contra debería de ser muy válido. Burgui y Jordan también han de ser muy a tener en cuenta y han de ganarse su rol a base de minutos. Arriba, Mamadou lo tiene difícil por la competencia que hay pero está siendo una buena opción para cuando los partidos se parten por su verticalidad.
No obstante, habrá que esperar al partido de vuelta para refrendar ciertos aspectos. El partido de Liga va a ser muy diferente y, conociendo a Rubi –excepcional entrenador- nos habrá estudiado a conciencia y buscará nuestras flaquezas para hacernos daño. Sin embargo, no creo que traicione su estilo y, por lo tanto, todo lo que plantee será desde el buen trato del balón. Si tenemos una presión bien coordinada podremos hacerles daño; en caso contrario, pasaremos apuros. En mi opinión, creo que nos vienen bien los equipos a los que les gusta proponer, aunque creo que Rubi tampoco se va a pegar un tiro en el pie y minimizará posibles riesgos, dada su actual clasificación.
En definitiva, gran noticia para Sergio que reafirma, pese a lo complicado de trabajar con una plantilla tan larga, lo enchufado que están todos los componentes por hacerse un hueco en el once. Los menos habituales saben que no se ha consolidado un once inicial claro y que las puertas están abiertas. Es raro no ver más de seis cambios de un primer once de Liga al último y, sinceramente, creo que a este equipo todavía le queda mucho para consolidarse en un once de garantías que repita habitualmente.
Ponerse a escribir este artículo justo después de ir a buscar el coche al mecánico no es buena idea porque puedes volver a casa de muy mal humor. Y ahora que no se me enfaden los mecánicos pericos, pero según qué cosas, me enervan. Te entregan la dolorosa y es como un puñal en el pecho: ¿296 euros por un cambio de aceite? ¿Qué se habrá creído? Enseguida he empezado a escudriñar la factura: había cosas que no había pedido hacer y por lo tanto había que deshacerlas. Así de claro.
Y con el mosqueo, me he puesto a reflexionar sobre este estado de ánimo tan desagradable. Primero en relación al dinero. En términos económicos, me imagino a los gestores del Espanyol: facturas en mano y con la rabia en el cuerpo. Esto lo pagamos ahora, esto no, esto mañana, esto el mes que viene… Y así temporada tras temporada. Este jugador lo podemos fichar ahora pero lo pagaremos a plazos, este lo vendemos ahora y lo cobramos al contado, etc.
Realmente hay que tener la mente clara para luchar día a día con la realidad económica del club. Gran mérito para los que han resistido los combates contra los números rojos. Suerte que el maná chino está a punto de caer sobre el templo perico. Será como la lluvia deseada que trae el cielo tras una sequía prolongada. Veremos este domingo si Sergio Oliveró, presidente de Genética Perica, quiere recibirla con paraguas o prefiere mojarse. Se lo preguntaremos en el Hat-trick Espanyol.
En otro orden de cosas, los jugadores que no son titulares habituales supongo que también tendrán las malas pulgas. Esos que nombra el técnico en las ruedas de prensa diciendo: que me lo pongan difícil para hacer las alineaciones. Si yo fuera jugador de banquillo, estaría ahí sentada de muy mala gana, dejando volar la imaginación para no dejarme llevar por la crispación. Por cierto, mala leche, y mucha, la del empate en el campo del Levante en el partido de Copa. Respiración. Om.
Esto de la mala leche tiene mucha filosofía detrás. Y dichos populares. De hecho, Aristóteles explicó que había una estructura social en función de la leche mamada. Esta es una asociación que viene de muy antiguo porque se creía que se adquiría un carácter u otro en función del lácteo materno. En fin… Por cierto míster, felicidades por esos 200 partidos. Te mereces hacer otros 200, aunque mejor con un poco más de alegría en las ruedas de prensa.