Recuerdo que, tras la victoria ante el Málaga, escribí que este equipo no enganchaba. El Espanyol del Calderón volvió a completar un partido lamentable, calamitoso, de auténtica marmota. No se puede jugar peor. Resulta inaceptable no disparar a portería durante 94 minutos. El portero local pudo quedarse tranquilamente en el vestuario, o en su domicilio, ya que el rival resultó inoperante. Es difícil ser menos competitivo. El entrenador y sus jugadores no propusieron nada, como en la mayoría de encuentros de la temporada. Tras encajar el gol, en el tercer minuto, los espanyolistas siguieron en un tono gris y tedioso, sin espíritu de reacción ni de control del juego. Ni actitud ni aptitud. Pocas ganas y menos calidad. Un Espanyol que aburre y que, de seguir en esta línea, alejará definitivamente a los aficionados del estadio. Van a acabar jugando solos. Tanta mediocridad está contagiando a la plantilla y al resto de fieles. Marco Asensio es un ejemplo de tanto desaguisado. Se trata de un magnífico jugador, que llegó a Barcelona cargado de chispa y con un tremendo hambre de fútbol y de triunfo. Por desgracia, el rendimiento del balear va cada partido a menos. Ha caído en la monotonía y en el nivel soso y apático del resto de la plantilla. Se ha contagiado de la mediocridad y el tedio del resto del vestuario.
Algunos pericos pensarán que perder contra el At. Madrid, en el antiguo Manzanares, podría entrar dentro de la lógica. No lo dudo. Pero perder como lo hizo el Espanyol no tiene por dónde cogerlo. Lo peor del caso es que no vislumbro ni adivino una posible mejora, a corto plazo. El técnico debe ser el primero en abanderar la reacción y actuar como líder del colectivo. Si hay que cambiar a ciertos jugadores se cambian, sin mayores problemas. A dos, a cinco o a todos. Lo mismo opino respecto al sistema, si no funciona, pues carpetazo y punto. Y, caso de no verse capaz, que lo manifieste y se baje del carro, antes de que lo relegue la propia entidad. No se puede jugar peor ni transmitir menos que el Espanyol de la presente temporada.