Hay una expresión castellana que me gusta especialmente: vamos a liar la troca. No sé si es correcta, o si la conocéis, pero me va perfecta para ilustrar el artículo de hoy. Voy a intentar explicar matemáticamente la idiosincrasia perica de los últimos meses. Así, sin tener idea de números y arriesgando.
Veamos. Los pericos son aficionados entregados, apasionados y se dejan llevar por la força d’un sentiment. Viven montados en una montaña rusa y aguantan lo que les echen. Bien, el cálculo viene ahora. Cojamos una función -el Espanyol- y derivémosla. ¿Qué nos podemos encontrar? Que en el intervalo de setiembre a junio haya máximos locales, mínimos locales o puntos de inflexión de tangente horizontal.
Esto significa que podemos analizar el crecimiento del RCDE en los últimos meses, y para que podamos hacer la derivada de una función necesitamos que el intervalo sea continuo. Y sobra decir que los acontecimientos pericos se han desencadenado a ritmo de vértigo.
El máximo sería el punto donde la función deja de crecer, para empezar a decrecer. O lo que es lo mismo, la primera nefasta vuelta del equipo. Así empezamos la temporada: pasamos por el peor inicio liguero, marcharon jugadores de la cantera, vivimos una esperpéntica junta general de accionistas, un cambio de presidente y de entrenador, y los números rojos en caja eran más que alarmantes.
Bien. Una vez derivado el Espanyol, lo igualamos a cero y resolvemos la ecuación. Tenemos aquí otro punto estacionario: el mínimo, fechado en el 2 de diciembre (el debut de Aguirre). El mínimo es el punto donde la función deja de decrecer para empezar a crecer. Y aquí llega todo lo bueno: resurrección deportiva, la máscara de Stuani, el liderazgo de Sergio García, la afición está hermanada, tenemos el mejor estadio de Primera, estamos a punto de conseguir los 42 puntos deseados, se ha firmado el crédito para pagar deudas, y el presidente y el entrenador han superado los 100 días de entrega y decisiones acertadas.
Ahora bien. En el estudio de funciones matemáticas, los puntos de inflexión de tangente horizontal son escasos. Son puntos donde la función aparentemente va a dejar de crecer… pero justo comienza de nuevo a subir. Mucha atención porque ahí estamos ahora. Con la permanencia al alcance, sólo nos queda mirar para arriba. El extremo es Europa.