Creíamos volver a ver otro festival pero a estas alturas uno ya no sabe a qué atenerse. No fue un partido agradable de ver. Fue un partido incómodo y todo empezó desde muy temprano con el gol del Tenerife. La suerte del míster es el fondo de armario. A pesar de la primera parte donde no se encontró la mejor versión de juego, en la mente siempre teníamos la ventaja que obtendríamos con los cambios. La mirada estaba puesta en Mallorca. El gol del Zaragoza daba cierta calma y tranquilidad pensando en el objetivo de ganar la liga de Segunda división. Vicente Moreno abrazó en el banquillo a RDT como si de una premonición fuese. Tocó su primer balón y marcó otro golazo desde fuera del área. Impresionante RDT y su mágica temporada goleadora. A pesar de las lesiones, del COVID-19 o la mala suerte en algunos momentos, sus registros son de escándalo.
Nunca me hizo ilusión ganar esta liga, pero ya que estamos, al saco. Pero el partido fue un calco del pasado. A la que nos meten un gol, la reacción para ganar es muy complicada. Pienso en la temporada que viene y jugando así sigo sin verlo claro.
Espero que una vez vuelva la adrenalina al cuerpo, el equipo pueda cambiar de tono porque me da respeto cuando bajamos dos notas.
Lo que está claro es que la última jornada será más emocionante de lo que creíamos. Ahí es nada. Un partido donde el empate y la victoria nos dará el campeonato. Todos enganchados a la televisión para celebrar el alirón de Segunda. Pienso pasármelo en grande disfrutando de la última tarde como si fuera y es un momento único. Espero y deseo que ustedes hagan lo mismo.