Verás, Raúl de Tomás, tras año y medio con nosotros ya habrás advertido que somos un club especialito. A bote pronto, como el zurriagazo que le clavaste al Almería, se me ocurren algunas cosillas que explican por qué somos así. Sin caer en victimismos y pamplinadas, eh, que no hay nada peor para no crecer que la condescendencia, y tú tienes pinta de poner remedios y no excusas.
Quería recordarte que nadie ha perdido más partidos en Primera que nosotros. Jugarlo casi todo y palmar más que nadie es vivir continuamente en la lona, aturdido, pero sin perder la fe y sin dejar contar al árbitro más segundos de la cuenta. Y tú, que tienes alma de boxeador, sabes bien que el mejor púgil no es el que golpea más fuerte, si no el que mejor resiste las hostias.
Salimos en la foto de los fundadores del campeonato de Liga e incluso osamos marcar el primer gol, pero lo cierto es que hemos visto muchas más veces recoger la pelotita de las redes a nuestro portero que al portero rival. Torcemos el gesto tantas veces mientras miramos de soslayo al marcador, que a veces se nos olvida sonreír.
Sabrás también que hemos perdido dos finales de UEFA en los penaltis. La primera, tras eliminar a varios de los cocos europeos de la época, y la segunda, invictos todo el torneo. Manda cojones, sí. A propósito de la UEFA, habrás notado al espanyolismo entre melancólico y despechado estos días viendo al ídolo canterano Gerard Moreno levantar el trofeo con el que solemos reprocharle al destino lo cabrón que está siendo con nuestra causa.
Bueno, sí, tenemos cuatro Copas del Rey que distan mucho de ser un palmarés propio del séptimo equipo histórico del fútbol español. El lugar en el que nos ha tocado pacer es un caramelo envenenado. Barcelona es una ciudad genial para vivir si eres futbolista, sí, y a LaLiga, aunque esté algo rezagada ahora respecto a la Premier, le sobran los motivos para mirarle de tú a tú a cualquiera. Esto va por ciclos. Pero tenemos que convivir con el vecino que ya sabes.
Nosotros, como afición, somos más cariñosos que exigentes. Nos han dado tan poco que, como le pasa al perrito maltratado que encuentra un hogar cálido, abrimos el corazón fácil, aun a riesgo de que nos lo rompan igual de rápido. Y luego estás tú, y contigo, nosotros. No sé si eras el ídolo que queríamos o merecíamos, pero sí tienes pinta de poder ser el héroe que necesitamos. Siempre has huido de ser cola de león. No quisiste nunca ser un recambio en el Madrid. Tú estás hecho para ser cabeza de ratón, pero de un ratón con ínfulas. Un ratón dispuesto a comerse al león. Supongo que debes tener tus momentos, sobre todo tras este año en Segunda, en los que piensas que no estamos a tu altura, pero, reconoce también, que las mejores páginas de tu currículum están por llegar.
Se me ocurren pocos relatos mejores que imaginarte liderando a nuestras tropas, guiándolas a la rebelión. Somos tu mejor lienzo en blanco por pintar. Empieza a colorear de blanquiazul la carrera que mereces. Hazte grande, gigante y vuela alto, Raúl.