Vigo no iluminó al Espanyol. Sus 11 millones de luces led de la Navidad son todo un fenómeno a nivel nacional, incluido el conocido arbusto ‘dinoseto’, al que colocaron un resultón lacito rojo luminoso en cuello. Pero el cuadro perico siguió a la sombra fuera de casa con una imagen nada brillante. El partido resultó también la continuación de la penitencia para el míster Vicente Moreno en relación a la consabida pregunta en las ruedas de prensa previas a un desplazamiento: “¿Para cuándo la primera victoria fuera?” Gota malaya propia de los campos de concentración japoneses en la Segunda Guerra Mundial de la que el entrenador aún no se ha liberado. No pudo ser el ‘Feliz Navidad Míster Moreno’.
El planteamiento inicial fue poner a Miguelón en el lateral derecho, a Yangel Herrera de ‘6’, acompañado de Sergi Darder y Melendo con Aleix Vidal haciendo de Embarba. Pues eso, poca cosa.
Se adelantó el Celta en los primeros compases con una pared entre Iago Aspas y Santi Mina que este finalizó ante la excesiva pasividad de la zaga perica. Gol en contra en la primera jugada del rival. Los espanyolistas no acababan de asentarse sobre el césped de Balaídos. Se mostraban ñoños y sin punch, aunque en fases del partido disfrutaban de mayor posesión del esférico. Daban, en cambio, la sensación de mayor peligro los del Chacho cuando robaban y se iban en busca de Diego López con velocidad punta.
A menos revoluciones se movía el conjunto blanquiazul. Más al tran tran ante un Dituro como mero espectador por la ausencia de pelotas que los pericos dirigiesen a su portería.
Cabrera ordenaba a gritos la zaga y Diego pedía tensión, mientras que en el otra área RDT aparecía como una isla en mitad del océano. Pero incluso en este aislamiento se sacó un conejo de la chistera al habilitar la mejor ocasión del equipo en los minutos antes del descanso. Pase a Melendo que abrió a Aleix Vidal para que colocase un balón de oro a Javi Puado solo en el área celtarra. La definición del ‘9’ no fue todo lo certera que pudiese esperarse y la rosquita acabó tibia despejada por el cancerbero argentino.
¿Un rayo de esperanza para la reanudación? En absoluto. Como empezó la primera, arrancó la segunda, en este caso con la perfecta definición de Iago Aspas, ajustando la pelota al palo derecho del portero perico. Algo ya había olido el Chacho Coudet, cuando metió en el campo después del paso por vestuarios a Denis Suárez por un más estático Fran Beltrán. Llegaba el momento de Suárez tras jugar los 120 minutos de la eliminatoria de Copa ante el Andorra FC. Coudet veía claramente los desajustes en las líneas del Espanyol y puso un elemento ofensivo con mayor poder de creación.
La sangría quiso frenarla Moreno con un triple cambio: Loren, Nico Melamed y Morlanes por Melendo, Miguelón y Yangel Herrera. Una sacudida que motivó que el Celta dejase el balón al Espanyol y afilase los dientes para salir al contragolpe. Aspas, Brais y Santi Mina provocaban el pánico con sus llegadas y disparos contra la puerta blanquiazul. La contundencia brillaba por su ausencia y de ello se aprovechaban estos ‘lobos’ celestes para mirar de hincar el diente.
Pedrosa ponía cierta inquietud con sus cabalgadas por la izquierda de las cuales solo se conseguía algún saque esquina. Vicente Moreno tiró de la cantera con el cambio de Aleix Vidal por el jugador del filial Rubén Sánchez. El Espanyol seguía sin respirar, mientras que el Celta seguía a la suya, o lo que es lo mismo: tuya, mía y ‘pa’ adentro. De esta manera llegó el tercero, obra de un Denis al que no le tiemblan las piernas cuando tiene que definir con precisión.
Del Espanyol no había noticias, encefalograma plano y la última bala de Vicente Moreno fue el cambio de Pedrosa por Dídac Vilà. Y abro aquí un interrogante, porque el único efecto fue ganarse una amarilla por un rifirrafe con Hugo Mallo. El único alborozo para la parroquia perica fue el golazo de Loren con un disparo desde el centro del campo escorado a la derecha que tras rozar las nubes se coló de forma espectacular en la meta de un Dituro impotente para despejar el balón.
El paso del conjunto perico por Vigo fue para felicitar las fiestas con la aspirina que el Espanyol guarda para regalar a los locales apurados como en Getafe y ayer al Celta.
Sr. Casals el título de su artículo deberia haber sido el siguiente.
EL ESPANYOL SE CONVIRTIÓ EN UNA PESADILLA PARA SUS AFICIONADOS ANTES DE NAVIDAD.
Aquí el Celta poco o nada tuvo que ver. Lo pilla el Osasuna o el Rayo y ayer no ganan.
Y dudo que la parroquia perica tuviera algún alborozo ayer noche, incluso con el golazo del inoperante y decepcionante Loren.
Totalmente de acuerdo. Considerar un alborozo un gol inútil demuestra que somos muy poco exigentes…