¿Cuánto cuesta faltarle el respeto al socio del RCD Espanyol?
Los aficionados blanquiazules hemos aceptado los agravios como parte de nuestra existencia y nos hemos auto convencido que callar y tragar es la mejor manera de demostrar nuestro espanyolismo. Error. Poner la otra mejilla cuando nos machacan es concederle al ofensor el derecho a maltratarnos.
Los pericos de grada hemos normalizado la burla arbitral, el desdén de los organismos oficiales, el ninguneo mediático, las habituales provocaciones de TV3, la indiferencia de la Federación, el desapego de la sociedad catalana, las mentiras del club, el desprecio de jugadores que se van sin el menor respeto a la Institución y un montón de desaires que no tienen otra respuesta que un par de insultos y cuatro pataletas en redes sociales. Se ríen de nosotros, lo sabemos, pero buscamos mil excusas para no afrontar la realidad. En el Espanyol nunca pasa nada y, consiguientemente, cualquier mindundi se atreve con el Club y su afición.
Raúl de Tomás es el ejemplo más reciente de que la burla al aficionado sale gratis. Nadie paga la cláusula del respeto, porque no existe tal. Para Mao Ye, Domingo Catoira y Hugo Blanco el Espanyol es solo un sueldo. No les importa que la imagen del club haya sido ultrajada y manchada a los ojos del mundo entero. El RCD Espanyol está en manos de personas que ni conocen, ni conocerán nunca el sentimiento RCDE, pero deciden sobre el área deportiva y médica. Personas que faltan a la verdad cada vez que abren la boca, con burdas excusas para defender su pésima gestión. Personas que están destruyendo el club ante la inacción cómplice de pericos de corazón que callan y otorgan.
¿Por qué es tan barato ofender al Espanyol? ¿Por qué nadie defiende al perico? ¿Qué hace el club para revertir la situación? Históricamente, poco o nada, pero con la llegada de Chen y sus contrataciones de directivos de perfil bajo, desconocedores absolutos de la idiosincrasia del club que nunca imaginaron tener un cargo como el que ocupan aquí, la falta de respeto ha aumentado. Decía Bob Dylan que la respuesta a muchas dudas existencialistas está flotando en el viento, aunque, posiblemente si el músico estadounidense fuese perico nos diría que la respuesta a nuestros males, está flotando en el seno del propio club.
Mentiras, mentiras y más mentiras como línea de trabajo. Una tomadura de pelo que empieza en China y tiene continuidad en Cornellá. No me pidan que calle ante la pérdida de imagen y dignidad del Club que amo. No me pidan que me apunte al palmeo gratuito de mediocresextraños. Ya no es mi Espanyol, cierto, pero sigue siendo mi sentimiento y no voy a renunciar a él.
… y por eso nunca saldremos de la mediocridad.
Qui és Hugo Blanco?