El Espanyol inicia 2021 repitiendo errores del pasado reciente. El cambio de año no le ha sentado bien al conjunto de Vicente Moreno en su primer envite. Curiosamente, el cuadro perico inició 2020 con un esperanzador empate ante el Barça en el debut de Abelardo, aunque solo fue un espejismo que se acabó transformando en la peor temporada blanquiazul de la historia.
En el año Dani Jarque, que debe ser el de la esperanza, el choque ante Las Palmas ha desenterrado viejos fantasmas que esperemos sean un espejismo también. O un accidente en una campaña que debe ser victoriosa. Errores defensivos de bulto y falta de concentración (la entrega de Diego López a Lluís López), poca fluidez en ataque (diagonales inexistentes), poca pegada y nulo acierto de cara a puerta. E incluso arbitrajes desfavorables en jugadas dudosas.
En este último apartado, si bien el colegiado nos perjudicó claramente, el juego del equipo no dio para lograr el botín de los tres puntos. Hay que admitirlo.
El primer derbi televisado de la historia
En los compases iniciales del choque, coincidiendo con la salida en tromba del cuadro local, una peligrosa falta cometida por David López en la media luna del área perica nos permitió ver uno de esos extraños inventos del fútbol moderno. Keidi Bare ejerció de ‘soldado raso’, si me permiten el juego de palabras, y se estiró a ras de césped por detrás de la barrera para cubrir el hueco que dejan los futbolistas al saltar. Algo antiestético, pero que puede llegar a resultar efectivo.
De haber existido esta estrategia en los años 80, no habríamos ganado al Barça el 14 de diciembre de 1983, en el primer derbi que ofreció TV3. Ganó el Espanyol 1-0 con gol de Orlando ‘El Negro’ Giménez gracias a un pepinazo de falta directa que pasó por debajo las piernas de hasta dos defensores del Barça: el que sale a tapar el disparo y uno de los componentes de la barrera. El portero culé que encajó ese citado tanto era Javier Urruti. El malogrado guardameta internacional, por cierto, jugó más partidos de Liga con la camiseta blanquiazul que vestido de azulgrana. Para aquellos despistados que piensen lo contrario. Sempre t’estimarem Urruti.
Mal juego y peor fortuna
El único gol del choque llegó con mucha fortuna para el grupo grancanario. No por el disparo del Rober, que fue perfecto e imparable. Me refiero al último pase de Dani Castellano: se le escapa el balón y asiste a su compañero sin querer. Fue el inicio de una serie de episodios desgraciados. Nada de lo que ocurrió a partir de entonces nos favoreció. En la primera mitad, por cierto, hubo un penalti claro no señalado a David López, al que agarraron por el cuello a la salida de un córner.
El mal fario siguió tras el descanso. La expulsión de Lluís López es incomprensible. La imagen del colegiado riojano Ocón Arráiz, con algunos kilos de más, corriendo de forma cansina hacia el monitor del VAR es lamentable. Su incompetencia (¿por qué anuló el casi gol de Raúl de Tomás en la primera parte?), unida al teatro del bueno que le echó Rober fueron un cóctel explosivo. Es cierto que viene de un error de Diego López en la entrega, pero Lluís López, aunque sea el último hombre, toca balón y no merece un castigo tan severo.
VARón Aceitón y Luis García Plaza
Deseo que Luis García Plaza, entrenador del Mallorca, se recree con las imágenes del resumen. El técnico había insinuado durante el pasado mes de diciembre que los colegiados favorecían al Espanyol después de una derrota del conjunto balear ante el Fuenlabrada. Estará contento porque el mallorquín (no hay que ser malpensado) Varón Aceitón, encargado del VAR en Las Palmas, hiló muy fino para anular el golazo de Nico Melamed tras un fuera de juego de De Tomás en el inicio de la jugada. Sin embargo, hubo otro penalti claro a Melamed en el que lógicamente no entró el VAR ni VARón Aceitón.
Lo importante es que ha terminado 2020. Borrón y cuenta nueva. 2021 será nuestro año. Un año de Primera.